29 de abril de 2010

Si por este mal de amores

Antes de llegar ya sé que Ángel no estará dentro.

Con premeditación, me encargué de leérselo a otro. Esto me hace representar serenidad, me encuentro bien y César está conmigo. En el transcurso de la noche, no muy tarde, Pablo me explica los motivos de su ausencia. Todo lo que me dice lo encuentro correcto, ya sé que Ángel se dedica a trabajar en negro cuanto puede, no me sorprende. Lo que no me esperaba era encontrarme de frente con Ella cuando saliera del baño. Había pensado en toda una retahíla de personas con las que podría llegar a coincidir allí dentro, pero en Ella no había reparado. No sé decir cuándo conseguí apartarme de su puta sonrisa, pero hacía ya un tiempo que no se me representaba. Nos miramos a los ojos un instante, lo mínimo que tardo en reconocerla y apartar mi mirada. La dejo paso. Es la mujer más guapa que he visto en toda mi vida, sin duda. Es Ella.

En lo poco que yo venga a significar sé que me reconoce cuando me ve. No hemos vuelto a cruzar una palabra desde Entonces nunca más, y de Entonces se van a cumplir once años. Entonces no me dijo mucho pero me lo dijo todo concentrado, como es ella. Me hizo ver la luz sin darse cuenta siquiera y desde aquella no muy extensa conversación, en la que ambas hablamos de otra fulana que importa menos que el pedo que me he tirado hace un rato, he sido totalmente incapaz de hacer ni el más leve gesto de acercamiento a Ella, aunque se portase tan bien conmigo. Se sabía culpable y Entonces intentó ayudarme. Me supera y supongo que, por la forma en la que llegó a expresarse Entonces, las dos sabemos bien quién es más diminuta. Su primer amor ante mis ojos. Ella.

La mujer más guapa que he visto en toda mi vida mide poco más de metro y medio porque nadie es perfecto, pero si hubiera que golpearla por guapa la matábamos en poco más de un cuarto de hora. No sé si se puede llegar a estar más triste. Es una tristeza muda, opaca, dentro de la cual me parece entender algunas cosas. Creo que ni siquiera duele ya, lo que es aún más triste. Ahora la tengo de forma constante feminizándome los ojos, achicándome espacio, interrumpiéndome, y no puedo odiarla.

2 comentarios:

emma dijo...

La belleza es efimera, no hace falta repetir lo obvio, la belleza no hace que una sea mas feliz, o mas querida, o mas lo que sea. Mas deseo si que ganas, eso es cierto, pero para que quieres tanto deseo? El deseo se agota, lo importante es el amor a uno mismo. No sufras Chafan, y si sufres no te preocupes, se te pasara.

dijo...

Si te achican el espacio abre el campo nena, emplea las bandas y hazlo rápido, muy rápido.