-Me he fumado toda la marihuana que me traje, tampoco era tanta.
-Dije que no iba a volver a consumir hachís, pero he hecho trampa.
-No me queda papel.
Son estos, y en ese orden, los asuntos que ahora me atañen, aunque parece que hay vida ahí fuera.
Hay vida porque de vez en cuando se dirigen a mí diciéndome cosas como un eulo, si sólo compro papel, -se te ha caído un papel, guapa, si quieren verme la cara, o -después de ella estaba yo, si quieren cruzármela. César me espera a la puerta del baño de señoras, como ha de ser. Acabamos de salir de ver Ágora desde la tercera fila de los cines de Alberto Aguilera. He llorado en una escena concreta en la que el esclavo le toca las tetas a la filósofa protagonista, mientras ella no puede obrar remedio, pero él mismo se pierde en la fe de sus glúteos y rehúsa abusar de ella. Tardamos en salir de la sala porque la gente es lerda y yo me estoy meando. En los espejos del baño me veo igual de viva que la chica que está a mi espalda mirándome las botas. Una vez en la calle, César y yo comentamos si Amenábar realmente será el legionario romano que quedaba en segundo plano hasta acabarnos remontando a siglos antes de cristo, donde no estaban ni rouco ni el del bigote y cara abdominal que fue presidente por mayoría absoluta acosta de almunia detrás de pancartas, donde sólo estaba un tal judas escribiendo que yo traicionar no sé. Yo me guardo la mostaza del burger en el bolso mientras él me cuenta unas cosas y otras y participando en todas ellas se me olvida que estoy medio muerta en vida. Incluso me atrevo a decirle que quizá el año próximo me vaya a Londres, cosa que no había pensado nunca antes de esta mañana. Tras mucho hablar y más reir me acompaña a la parada del bus. Viajo sola durante un rato, sólo respiramos dos y estamos tan lejos, y en ese mientras tanto pienso que la vida no es ir al cine, follar, comer palomitas y colarte si puedes.
Los meses venideros no sé en qué emplearlos ni de qué vivir, ni cuántos porros llegaré a fumarme.
4 comentarios:
Bueno, pues Londres es una opción. Lo que pasa es que es difícil ganar pasta en Londres. Y además está lleno de españoles.
Vete a Irlanda. A Dublin. Todo te ira bien, estoy segura.
Te seguiré leyendo aunque te vayas a la luna.
y el presente? qué hacemos con él?
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