Desde que supe que la cara no es más que un conjunto de huesos colocados por debajo de la mitad anterior de la base del cráneo mi vida no ha vuelto a ser la que era. Desde entonces me asomo al espejo y me encuentro a la mala vida mirándome de frente, casi siempre despeinada. Juego con mis dos puntos infraorbitarios mientras me bajo los pantalones, me toco la glabela y sonrío. Podría ser peor, me digo, podría ser manca y no poder tocármela.
Prácticamente cada noche, de una forma u otra, pienso que tengo los peñascos hechos polvo de los que él no me echa. Estoy aprendiendo mucho sin esfuerzo y todo lo que aprendo duele, quisiera no saber apenas nada y recordar su nombre con trabajo. Hoy en día existe en el mundo más esclavitud de la que jamás antes hubo y todo por culpa del dinero, espero que me toque la lotería para comprarme mejores pensamientos.
4 comentarios:
No te pienses que estoy todo el día en tu blog, vengo de casualidad y por costumbre, la verdad que nunca me ha gustado lo que escribes pero que mas da tampoco nos gustan muchas cosas y las hacemos.
La glabela, infranoseque, cada día estas peor pero a mi tambien me gustaría que me tocara la loteria.
Felices fiestas Anita, que lo pases mejor que nunca y que se cumplan todos tus sueños.
Bebe poco que ya sabes que después acabas echando la pota y lo escribes y nos revuelves todo.
Esas tres primeras líneas son demoledoras.
Este texto es lo más poético que he leído en mucho tiempo. Independientemente de que esa fuera tu motivación o no, me parece la hostia. Le veo una fuerza increíble. Cómo me alegro de volver a leerte.
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