Se desnudó completamente dejándose los calcetines puestos y no le dije nada porque le quiero.
Esta vez okupamos otra habitación, igual de fría pero ésta sin ventana. Me dio el abrazo que le pedí y también me procuró en silencio mi buenaventurado orgasmo. Antes de dormir le pregunté y me aseguró que se había corrido enseguida porque desde nuestra última vez había pasado mucho tiempo... y lo dijo tan campante.
No tiene vergüenza, pero no le digo gran cosa; que me canso de este ritmo de hablar y vernos tan lento y poco más. Entonces me habla de tiempos mejores que vendrán. Desde que se hartase, no hemos vuelto a hablar de adónde nos dirigimos ni qué tal. Entonces no sé dónde puedo llegar ni en qué condiciones.
No me veo mucho más tiempo a este ritmo ni tampoco escuchando excusas, habrá cambios y espero no tener que vivirlos tan sola.
1 comentario:
Aquí estamos contigo hasta fin y más allá
Publicar un comentario