9 de junio de 2008

Con las manos en La Masa

No ha hecho falta llegar a la semana que viene. Ayer domingo me vi con el negro; porque me apetecía verlo y porque todos los días sin excepción he tenido noticias suyas.

Estuvimos en el barrio de aluche que estaban en fiestas. Primeramente estuvimos en un bar tomando algo y pagó todo lo que bebimos. Después nos adentramos en el ferial. Intentó cogerme una pantera rosa chulísima con un gancho, se dejó más de cinco euros en el intento y no pudo ser. Nos montamos en una especie de canguro, quería que me besara allá arriba y no lo hizo. Etc.

Me ha dicho cosas muy interesantes de mi misma. Le gustan mucho mis formas, dice, y aparte de guapa soy inteligente. Desde luego. Yo le digo que me hace gracia, todo cierto.

Estuvimos moneando después, sentaditos en un banco. Nada, un par de besos al despedirnos, rechazo el ir a su casa y nos damos un par de picos. Al menos esta vez y no es por negro, no me ha entrado la ansiedad de follar la primera noche y eso está muy bien. Hemos quedado en vernos este jueves o la semana que viene, vernos -más mejor- como le he dicho. Y así será o no.

Me preguntó cuánto hachís fumo a diario. Le digo que dos. Dice que no, que por lo menos cuatro o cinco, me quedé blanca. Y es por cositas como esta que me asombra.

Pero pensé que nos habíamos entendido; le estuve explicando el por qué ahora mismo no tengo novio ni intenciones de tenerlo y me anduvo dando la razón diciendo que él si no quiere a una persona no sale con ella. Y el caso es que estoy tan agusto ya en la cama apurando un porrito y me manda un sms confirmando que ya ha llegado a su casa y me dice que me quiere. Tocate los pies, y que me quiere. No me ha gustado esto, no le he contestado.

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