Tengo la sensación de que me falta un abuelo y eso que he tenido tres.
Mi hermana María me ha hecho saber hoy en el coche, de vuelta a madrí, que ese tío por el que muestro tanta curiosidad en saber si aquello se tratase de amor o de necesidad, aquél que murió dos años antes que yo naciera y que estuvo la friolera de treinta y tantos años casado y bien casado con la viuda de mi abuela, aquél, era más abuelo nuestro que el otro al que no conoció ni mi padre porque se lo mataron en guerra mientras nacía.
Y el otro abuelo que resta al que tampoco conocí ahora resulta que era el menos abuelo de todos.
Al abuelo en el frente lo tengo en el comedor en un único retrato. Al abuelo poco abuelo le puedo ver en un álbum de la abuela, dos veces, una y dos, la misma tarde, los mismos ojos cegados por el sol. El abuelo postizo a pesar de todo lo abuelo que fue no dejó foto pero aunque no nos hayan presentado hoy he visto cómo nos parecemos,
-dame que me coma otra bolilla a ver si mato a este bicho-
En los años setenta el cáncer era un bicho y franco un hijo de puta, mi abuela tenía un comercio y el abuelo de Angel estaba ya preparando el tirarse a aquél pozo.
Este fin de semana daba por hecho que íbamos a encontrarnos, son días de flores y de buenos propósitos, pero al único que he visto es a ElMalo con cara de venir de matar a alguien aunque un año más persista la duda de cómo fue la muerte de aquella pareja de treintañeros que iban de caza en los 90, o de si aquella se suicidó porque era hombre y no mujer o si es que la mataron en los cincuenta.
La madre de una mala persona murió cuando ella y yo teníamos cuatro años. Una vez me dijo que no la recordaba ni aun viéndola en foto y ahora me dice mi hermana que esa mujer era extremadamente fea, tan fea que no se te olvida y yo hoy mientras estábamos pasando santa olalla hice memoria de cómo entonces, antes de joderme, ya me estaba mintiendo diciéndome que su madre era muy guapa.
Se me olvida cada año que esa losa gigante de pizarra grabada data del milochocientoscincuentaysiete y que mientras estoy leyendo a medias los datos inscritos en la lápida seguramente estoy pisando restos suyos y de otros muchos cuerpos porque antes de nacer yo se enterraba mucho en ataúdes de alquiler y agarrando entre dos por cabeza y pies se lanzaba el cuerpo muerto adentro de la fosa envuelto el mismo con una sábana blanca y tras recorrer al cabo del tiempo la totalidad del suelo del camposanto se comenzaba de nuevo a enterrar por el principio respetando escrupulosamente la forma "metro sí metro no" y cuando por error al abrir la tierra aparecía un cuerpo que no fuese el requerido se le hacía saber a todo el mundo excepto a los familiares, por el qué dirán más que nada. Mi hermana no hubiera visto la cara de la madre de mi vecino, el cual tiene ahora ochenta y ocho años si no hubiera habido fallos técnicos de ese tipo.
Se me olvida igualmente que esta historia mía angelical data del milnovecientosnoventayocho y que mientras estoy yo pensándole él posiblemente está vaciando una caja de botellines en chándal de madrugada, o bien apuntando con la mira a la madre de bambi.
Y es que sí, definitivamente me falta un abuelo y otra droga más dura que la que me aporta este.
Mi hermana María me ha hecho saber hoy en el coche, de vuelta a madrí, que ese tío por el que muestro tanta curiosidad en saber si aquello se tratase de amor o de necesidad, aquél que murió dos años antes que yo naciera y que estuvo la friolera de treinta y tantos años casado y bien casado con la viuda de mi abuela, aquél, era más abuelo nuestro que el otro al que no conoció ni mi padre porque se lo mataron en guerra mientras nacía.
Y el otro abuelo que resta al que tampoco conocí ahora resulta que era el menos abuelo de todos.
Al abuelo en el frente lo tengo en el comedor en un único retrato. Al abuelo poco abuelo le puedo ver en un álbum de la abuela, dos veces, una y dos, la misma tarde, los mismos ojos cegados por el sol. El abuelo postizo a pesar de todo lo abuelo que fue no dejó foto pero aunque no nos hayan presentado hoy he visto cómo nos parecemos,
-dame que me coma otra bolilla a ver si mato a este bicho-
En los años setenta el cáncer era un bicho y franco un hijo de puta, mi abuela tenía un comercio y el abuelo de Angel estaba ya preparando el tirarse a aquél pozo.
Este fin de semana daba por hecho que íbamos a encontrarnos, son días de flores y de buenos propósitos, pero al único que he visto es a ElMalo con cara de venir de matar a alguien aunque un año más persista la duda de cómo fue la muerte de aquella pareja de treintañeros que iban de caza en los 90, o de si aquella se suicidó porque era hombre y no mujer o si es que la mataron en los cincuenta.
La madre de una mala persona murió cuando ella y yo teníamos cuatro años. Una vez me dijo que no la recordaba ni aun viéndola en foto y ahora me dice mi hermana que esa mujer era extremadamente fea, tan fea que no se te olvida y yo hoy mientras estábamos pasando santa olalla hice memoria de cómo entonces, antes de joderme, ya me estaba mintiendo diciéndome que su madre era muy guapa.
Se me olvida cada año que esa losa gigante de pizarra grabada data del milochocientoscincuentaysiete y que mientras estoy leyendo a medias los datos inscritos en la lápida seguramente estoy pisando restos suyos y de otros muchos cuerpos porque antes de nacer yo se enterraba mucho en ataúdes de alquiler y agarrando entre dos por cabeza y pies se lanzaba el cuerpo muerto adentro de la fosa envuelto el mismo con una sábana blanca y tras recorrer al cabo del tiempo la totalidad del suelo del camposanto se comenzaba de nuevo a enterrar por el principio respetando escrupulosamente la forma "metro sí metro no" y cuando por error al abrir la tierra aparecía un cuerpo que no fuese el requerido se le hacía saber a todo el mundo excepto a los familiares, por el qué dirán más que nada. Mi hermana no hubiera visto la cara de la madre de mi vecino, el cual tiene ahora ochenta y ocho años si no hubiera habido fallos técnicos de ese tipo.
Se me olvida igualmente que esta historia mía angelical data del milnovecientosnoventayocho y que mientras estoy yo pensándole él posiblemente está vaciando una caja de botellines en chándal de madrugada, o bien apuntando con la mira a la madre de bambi.
Y es que sí, definitivamente me falta un abuelo y otra droga más dura que la que me aporta este.
5 comentarios:
Si tu vida es tan complicada como tus relatos, tendré que hacer un curso de descifrador, mira que me cuesta entenderte, supongo que llevé demasiado tiempo la boina puesta y esto, deja secuelas.
Besos.
Iba a comentar algo pero me voy a limitar a hacer sólo mi comentario, aquí a mi rollo, sin meterme con nadie y todo eso de contar hasta tres mil antes de vomitar lo que realmente me gustaría decir.
No es porque esté en un curso tipo Cómo ser buena gente. Qué va. Sólo que tengo antecedentes de padecer úlceras de estómago y tal.
Lo dicho:
A mí me la sudan mis abuelos un cojón y medio. La verdad.
Sólo me queda la mare de mi pare y ésta vive (como el resto de mi familia tanto paterna como materna) en la ciudad que no pueblo de Jerez de la Frontera (allá por Cádiz).
Supongo que el cariño se nos pierde por MadriZ o Zaragoza porque a mis hermanos y a mí nunca nos ha llegado hasta aquí, ciudad que no pueblo de Barcelona donde residimos el Clan Montoya.
Este año he bajado y después de ocho años que no lo hacía la muy perra sigue con su conversación aprendida del ya cansino "Aunque estéis (mis hermanitos y servidora, supongo) lejos yo os quiero igual que a mis otros nietos bla bla bla".
Algún día, cuando me canse de escuchar tanta mierda o no me apetezca sonreir falsamente o, simplemente, me pille con un porrillo en el cuerpo soy capaz de contestarle eso que mi hermano El Cabrón repite cada vez que sale el tema de familias y trastos viejos pocos y lejos: "Pues yo a ti no".
MO.
P.D.: Hoy tengo mi portátil a eso de las 20.00h.
P.D.2: A las 21.00h como mucho me ves el careto por fin.
Hache, cuando se me ponga en la boina escribir para el gran público entonces cobraré la entrada a este garito, dalo por hecho.
Será eso de que no está hecha la miel para la boca del burro, pero aún así soy de los que les gusta entender, si ya sé que te le trae floja, pero hablo de mi, no de ti.
¿Chandal y cacería? Madre.
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