21 de diciembre de 2010

Tejido óseo

Desde que supe que la cara no es más que un conjunto de huesos colocados por debajo de la mitad anterior de la base del cráneo mi vida no ha vuelto a ser la que era. Desde entonces me asomo al espejo y me encuentro a la mala vida mirándome de frente, casi siempre despeinada. Juego con mis dos puntos infraorbitarios mientras me bajo los pantalones, me toco la glabela y sonrío. Podría ser peor, me digo, podría ser manca y no poder tocármela.

Prácticamente cada noche, de una forma u otra, pienso que tengo los peñascos hechos polvo de los que él no me echa. Estoy aprendiendo mucho sin esfuerzo y todo lo que aprendo duele, quisiera no saber apenas nada y recordar su nombre con trabajo. Hoy en día existe en el mundo más esclavitud de la que jamás antes hubo y todo por culpa del dinero, espero que me toque la lotería para comprarme mejores pensamientos.