9 de diciembre de 2016

Si cada día tiene diferente color

Le pedí que viniera, para contarle todo. Vino y apenas pude contarle, aunque seguiré intentándolo.

Una hora después, ya dentro del bar, la magia decidió juntarme al pasado Dañino con el presente angelical. Cuatro ojos que, de vez en cuando, me miraban mientras hablaban de sus cacerías, sus puntos de mira con sus medidas y sus mañanas de frío. Y yo, desde mis ojos marrones como cuando manchas las bragas, presté atención a todo sin perder detalle.

Desde ahí subida en un taburete comprobé de nuevo cómo el presente está dispuesto a invitar a cualquiera. Desde ahí también era evidente que el pasado, con un presente acostado de dos criaturas y esposa, prefería estar allí bebiendo con nosotros. El pasado, de frente. A la izquierda, el presente. Un presente que no se acuesta conmigo desde hace un mes. Opiné de fútbol en distintas ocasiones y al preguntar por el rececho la explicación me llegó desde el pasado y me llevó al fondo de sus ojos verdes mientras yo pensaba si al otro par de ojos le habrán gustado los guantes de mi presente del mismo color.

Desde allí, en lo alto y sin perder detalle, no logré ver claramente como ahora aquello que tengo escrito en la memoria (1). Y mientras apuraba el último botellín inmersa en mi rico mundo interior, el pasado Dañino no sé cómo pero ya estaba saliendo a la calle y entonces escuché a Ángel, que le seguía, disculparse conmigo

-Ey Chafan, que no te espero

Desde allí, ya bajándome, di las buenas noches al camarero y el pasado se fue sin mirar atrás mientras el presente angelical volvía sobre sus pasos para juntarse conmigo, salir juntos, recoger su presente de mi coche, darme un beso y desaparecer.

(1) El pasado me mató y no resucité hasta la primera noche del presente de la primera persona del plural. Memorias del siglo XX

25 de noviembre de 2016

Que han muerto tres mujeres y que han sido ellos

Cuando me dejo llevar por la magia, vuelvo a creer en el amor y en el sol que saldrá mañana. Nada nuevo.

Sin embargo, al encender la tele, aparte de que vuelven a salir de dentro siempre los mismos señores, me he descubierto posturas a estas alturas socialmente trascendentales tales como que prefiero ser toro y morir en la plaza antes que ser perro y pasarme la vida entre treinta metros cuadrados. Debe ser jodido igualmente ser rata de laboratorio, pollita ponedora o un pavo en estadosunidos, pero ante todo no quiero esa vida perra y escojo crecer libre en la dehesa extremeña, saliendo al ruedo y que me den la vuelta póstuma en un cuadro sangriento más de corrida goyesca.

He aprendido también que no hay memoria ni vergüenza y que ya cualquier luna es la mejor del mundo.

18 de noviembre de 2016

Otros treinta metros para empezar de nuevo

Se desnudó completamente dejándose los calcetines puestos y no le dije nada porque le quiero.

Esta vez okupamos otra habitación, igual de fría pero ésta sin ventana. Me dio el abrazo que le pedí y también me procuró en silencio mi buenaventurado orgasmo. Antes de dormir le pregunté y me aseguró que se había corrido enseguida porque desde nuestra última vez había pasado mucho tiempo... y lo dijo tan campante.

No tiene vergüenza, pero no le digo gran cosa; que me canso de este ritmo de hablar y vernos tan lento y poco más. Entonces me habla de tiempos mejores que vendrán. Desde que se hartase, no hemos vuelto a hablar de adónde nos dirigimos ni qué tal. Entonces no sé dónde puedo llegar ni en qué condiciones.

No me veo mucho más tiempo a este ritmo ni tampoco escuchando excusas, habrá cambios y espero no tener que vivirlos tan sola.

10 de octubre de 2016

Y siempre estoy de buen humor

Yo puedo ser siete veces más chula, porque me está chuleando, pero no me atrevo. Tendré que beber para valentonarme por lo tanto lo haré estando cerca de casa.

Hemos vuelto a vernos. Me dio un beso al llegar y otros varios antes de bajarse de mi coche a la puerta de su casa, pero esta vez no cuenta porque continúo arrastrando la sensación otoñal de que no está dispuesto a dar más, viéndome por lo tanto perdiendo el tiempo y no me gusta perder el tiempo. Quizá se me agotó la paciencia, rara vez la he tenido.

El caso es que tengo que aprobar como sea ese examen dentro de veinte días, pero me falta el sueño por estar pensando en este cobarde que ni hace por tenerme ni me quiere soltar. Hace casi dos meses que no se acerca a mi entrepierna, ya le he dicho que le voy a presentar a un concurso de sosos y nos hacemos ricos.

29 de septiembre de 2016

Piki piki piki piki piki

Él se abrazó al volante en el colmo de la desesperación y sin alzar la voz lo más mínimo me dijo estar muy harto de volver una y otra vez a hablar de lo mismo. Yo apenas había dicho palabra, no le comprendía. Añadió que le había gustado mucho la noche pero que yo acababa de quitarle las ganas de volver la noche siguiente al hablar de lo mismo. Dijo también que a veces se pregunta si esto va hacia delante o se va a tomar por culo y lo dijo todo como quien no lo entiende.

Yo me quedé escuchando completamente inmóvil mientras fregaba escaleras con el pensamiento. Tan sólo le había dicho la pura verdad, lo mismo de siempre: me tiene en el abandono.

Seguimos hablando y entendí que esto es lo que hay morena y no me da la gana, pero luego comenzó a masajear suavemente mi espalda y se me olvidó la conversación. Huele que alimenta, me dejó a la puerta de mi casa.

La noche siguiente vino a verme y vino y se fue y luego vino otra vez para soltarme después con una y hacerme hablar con todas ellas, novias de antiguos enemigos que no me interesan lo más mínimo. Me bebí todo el vino y no probé el pan, me llevó a mear y también me llamó por mi nombre a voces y luego vino a despedirse pero se iba sin darme un beso, tuve que correr detrás.

21 de septiembre de 2016

Hay malas caras en Bruselas

Como me hizo un favor ahora dice que se lo tengo que compensar no sé cómo porque otras veces me dedica silencio por días y no hay quien lo entienda.

Casi siempre me da a elegir lo que quiero que hagamos y hago lo que me da la gana, que es lo que más me gusta, aunque sigo queriendo verle con más frecuencia y ante esto se hace el sordo.

Me precipito yo misma en un ir que apenas transcurre, mientras vivimos episodios para el recuerdo. Desde aquí puedo verle de nuevo comer en casa de los padres de mi amiga de instituto y desde aquí también se escucha el beso que me dio en el medio del pueblo cuando vino a verme.

Estoy trabajando la paciencia mientras voy sonriendo por la calle porque es posible que me quiera. Desde que sonrío de esta forma no llueve en el campo pero sí los ingresos bancarios, ya sean del juzgado, de la prestación por desempleo después de trabajar agosto o de wallapop con mi síndrome de Diógenes.

Pasamos del esta noche si quieres voy a verte al ahora no pyedo estoy de caza y en el camino se me va poniendo la cara de idiota integral fumada que tengo ahora mismo. Luego se me puede ver en la calle sonriendo, mañana mismo es fiesta y cuando ya no tengo gana de sonreír me acuerdo de lo bien que huele con sólo tenerle cerca y así sucesivamente.

30 de agosto de 2016

No, no existe esa canción

Cuatrocientos noventa y tres besos después de hacer el amor sobre esta misma cama me di cuenta que estábamos completamente empapados en sudor y fue entonces cuando me lancé a lamerle detrás de las orejas. Sabía a sal, fue decírselo y entrarle risa y cosquillas al mismo tiempo. Al momento se reía por cualquiera de mis movimientos, ya fuera pellizcarle un pezón o tocarle el pie del lado contrario. Le tuve debajo de mí y bajo esas circunstancias cuanto tiempo quise. Decía que no sabía lo que le pasaba sin que las cosquillas cedieran y fue entonces cuando recordé que la felicidad es muy difícil de explicar. Fue una noche maravillosa y por lo inesperada absolutamente espléndida. Dado que recibí un masaje en esas condiciones ya solo me debe ocho. Después a las seis y pico primero sonó su despertador y al rato el mío, ambos con la misma melodía.

13 de agosto de 2016

El ruido de mis tripas soñadoras

Me levanto de la cama a las seis y veinticinco y voy dando cabezadas conduciendo hasta las ocho. A las tres y diez ya voy otra vez conduciendo y deseando fumar. Fumo y me suenan las tripas, entonces me hago otro porro. Mientras fumo y conduzco voy pensando en cuánto le quiero. También pienso en que él me quiere menos de lo que me gustaría y en cómo encontrar remedio. Todos los días el mismo trayecto, todos los días me suenan las tripas y el móvil. No siempre es él, casi nunca es él, mete mucho más ruido dentro de mi cabeza.

Hoy me he levantado de la cama a las seis y veinticinco y he ido dando cabezadas conduciendo hasta las ocho. A las tres y diez ya estaba otra vez conduciendo y deseando fumar. He fumado mientras me sonaban las tripas, me he fumado tres o cuatro porros hoy. Mientras fumaba y conducía venía pensando en cuánto le quiero y en cómo encontrar remedio. Él me quiere menos de lo que me gustaría, hoy es su viernes y no me ha dirigido la palabra. Ahora fumando pienso que él piensa que con haber hablado anoche conmigo es suficiente. Le quiero demasiado y me suenan las tripas, me voy a liar otro porro.

11 de julio de 2016

Yo lo asumo, me lo fumo

No bastaba con la señal del siglo pasado que me dejó en el pezón derecho puesto que desde anoche tengo el pezón izquierdo en carne viva y me duele al más mínimo roce.

Muerde sin conocimiento, no me necesita y tengo miedo. Quizá no me necesite nunca y me siga mordiendo por los siglos de los siglos. Quizá me quiera y nunca me hayan querido así, sin necesitarme. Quizá no le estoy queriendo como se debe querer a los que no te necesitan. Quizá el que me llame Petronila signifique algo más que un nombre feo y no sea el oro líquido que a mí me gusta imaginar.

Ronca y vota peor que mal, pero yo le quiero como las peras a los peros.

27 de junio de 2016

Si cantara el gallo rojo otro gallo cantaría

Pasan los años y nada nuevo bajo el sol, salvo el amor latiéndome.

Abandoné mi trabajo, como antaño. Esta vez por mi propia salud mental, tanta maldad instalada a mi alrededor me desesperaba. Era un trabajo sanitario excesivo mal pagado y poco higiénico el que desempeñaba y lo abandoné allá por el mes de marzo. Desde entonces estudio poco y mal de cara a un hipotético examen en octubre. Desde entonces no tengo ingreso alguno. Y desde entonces empleo más tiempo en enriquecer mi espíritu de lo que nunca antes lo hice. Hacer el bien no me supone esfuerzo, incluso creo que me comporto mejor con el resto desde que estoy con él y es que estoy en deuda con la vida por tan tremendo regalo. Pero, mientras mi tiempo discurre alejandome de la maldad entre el amor y otras grandes obras como dar de comer al hambriento y sonreír, el resto de parásitAs sociales se dedica como siempre a hacermelo todo mucho más difícil. Hacer el bien puede ser hacer el tonto cuando encuentras maldad campeando por doquier, sobre todo si la maldad se depila las piernas. Desde entonces he tenido que escuchar cómo esa hija de puta se dedica a mentir al resto de emplead@s acerca de mi marcha. Desde entonces tengo en vistas un juicio oral porque esa otra hija de puta me colgó el teléfono y no me quedó más remedio que presentarlA una demanda por pretender quedarse con mi fianza de alquiler porque las cortinas ya no son blancas sino marrones. Y desde entonces los marrones no han dejado de sucederse. El mismo día que pisé el juzgado y unos treinta segundos después de darle unas monedas al mendigo tras sacar dinero de una cuenta de ahorro en la que no ingreso, recibí una multa de tráfico. De nada me sirvió hablarlo con aquella puta y mala rubia que la dejaba en el parabrisas, ni siquiera se fiaba de mi fotocopia de seguro pagada y hubo de recordarme su mayor poder bélico investigando mi matrícula por radio. Ahora a Maruja, la hermana de Noelia, no se le ha ocurrido mejor marujeo que hablar con la madre de Ángel marujeando a su antojo mis cosas y después ha hecho lo mismo con mi hermana María y así hasta llegar a mis oídos y el infinito. Ya le dije anteriormente a Ángel que, si en esa próxima cena de parejas podemos elegir mesa, escogeremos una lo más lejos posible de ella. De la maldad y la mentira cuanto más lejos, mejor. Por cierto, llevo sin ver las cejas depiladas del amigo gay más de mes y medio. Está más rara que un perro verde y más loca que de costumbre, ahora basta con media tarde para meter nuevo novio en casa.

20 de junio de 2016

...ni límite por atravesar

Creo que puedo llegar a entenderle. Es cuestión de tiempo. Todo siempre es cuestión de tiempo. Todo nunca es cuestión de suerte.

Creo que a veces es feliz, como la otra noche cuando se levantó de la cama enseñandome el culo para mostrarme, entusiasmado, varios retratos de su infancia repartidos en las estanterías del mueble contiguo. Cuando les explica a los demás lo roja que soy, también se muestra encantado. Y cuando me propuso esperarle allí junto a su padre, a mi derecha, lo dijo literal y ayudándose con los brazos abriendome al mundo que está por venir.

Pero a veces no sé lo que me pasa y le lleno de reclamaciones. Le hablo de este abandono en el que me tiene y entonces, para hacer algo diferente, me lleva a andar. Y andamos hasta que me arden las plantas de los pies sobre las chanclas y entonces le pido que nos sentemos. Y él va a procurar sentarse frente a mí, casi siempre lejos, nunca cerca.

30 de mayo de 2016

Yo quiero vivir y comer jamón

Cobijó su cabeza en mi regazo, bajo el volante, y allí se mantuvo un rato. Me entretuve en despeinarle y peinarle a mi antojo, atusandole también las cejas. Se dejó hacer y así hablamos en memorable calma hasta que decidió cambiar de postura.

Sabiendo que apenas tardaría en recibir mi correspondiente orgasmo, salté con destreza sobre su asiento, colocandome a horcajadas sobre él. Terminé mordiendo cuello, mentón, labio inferior y todo lo que encontré comestible. Él se quejaba del dolor y a la vez parecía hacerle gracia. Yo seguía mordiendo en silencio al no poderme permitir chillar de gusto frente a su casa bajo la noche estrellada.

Tuve que desabrochar yo los botones de su pantalón, trabajo que no me importaría desempeñar por el resto de mis días. También tuve que pedirle que entrase y más de una vez pues no parecía pretender hacerlo.

Desde entonces entro y salgo, entro y salgo una y otra vez en ese recuerdo sin lograr entender su comportamiento. Una vez dentro le hablé de la felicidad y volvió a reír, todavía puedo escucharle.

16 de mayo de 2016

Eso es lo que quiero, besos

-Esta es Chafan.

A tod@s les dice esto, mientras se detiene a observar cómo les doy dos besos. A algunos les saluda muy efusivamente y luego se lo dice. A otras ha debido verlas anteriormente porque las nombra ante mis ojos y no las besa.

No quiero besar a su amigo Elmalo, por lo que nuestro amigo común, que se halla sentado a su derecha, también se queda sin besos. El novio de la Sandra, en su embriaguez habitual, vendrá al rato a por los suyos.

La hermana de su amigo Gigante dice que me quiere mucho y la permito que también me abrace. Me cuenta cosas de él, de su hermana y de todo el mundo. Me lleva de la mano loca de contenta y la sigo. Está enamorada, subida en una nube y el amor sale todo el tiempo por su boca.

Él, sin embargo, de amor no me habla. En realidad me habla muy poco. Yo quisiera que me hablase más y mejor, pero no lo está haciendo. Besarme tampoco es que me bese mucho.

Y yo vivo por y para besarle.

Yo, que dieciocho años atrás recogí sin pretenderlo una mierda por revolcarme con él a besos por el suelo. Yo, que en otra ocasión vomitaba ponche con cocacola y en menos de media hora me revolcaba nuevamente a besos con él por el suelo. Yo, que tengo una herida mayor de edad en la aureola de mi perdón derecho perpetrada con sus dientes. Yo, que no me acuesto con él desde mitad de abril mientras le veo tan contento haciéndome besar a los demás. Yo no lo entiendo.

30 de abril de 2016

Todo lo que no aprendí, nunca se me ha olvidado

Al parecer soy fabulosa.

Quisiera quererle mucho y todos los días, pero no se deja. Se deja sólo de vez en cuando, aunque para él soy fabulosa.

Le digo que le quiero más y más cerca. Él dice que es guapo y punto.

Cree que estamos bien así, yo creo que podemos estar mejor.

No sé si le estoy entendiendo bien, me pide que no piense tanto. También pienso en los intensos orgasmos que me está dedicando sin procurar los suyos y tampoco lo entiendo.

Una persona fabulosa no puede matar a otra a golpes ni a besos, aunque tenga muchas ganas.

9 de enero de 2016

No era un miércoles cualquiera, fue el mejor miércoles de todos los tiempos. Después de más de catorce horas juntos amanecí a su lado, por fin en mi casa, por fin en mi cama.

No necesito escribir estando tan contenta, me voy con la música a otra parte.