2 de enero de 2017

Qué lástima pero adiós

Están cambiando las cosas aun habiéndonos visto sólo tres veces desde la última vez que escribí.

Me estoy dando cuenta de cómo la gente se aleja irremediablemente de allá donde alguna vez pertenecimos. Quizá estaba yo sola y no estuvieron conmigo ni fui capaz de verlo.

Él sin embargo no se fue nunca, aunque apenas esté, y soy consciente ahora escribiendo. Recuerdo aquellas espantadas suyas y soy capaz de entenderlas, después siempre regresaba. Otros se marchan y no volverán jamás.

Fran se va a casar cualquier jueves de este mes o del siguiente. No nos ha invitado. La novia no tiene amigos, motivo por el cual entiendo que no asistiremos los demás. Como amiga observadora pienso, sin temor a equivocarme, que no será la última vez que se case.