30 de octubre de 2008

Desde que tú no me quieres

Ya he escuchado completamente la ley innata.

Tenía un miedo sobrenatural a decepcionarme pero no ha sido así.

Lo he venido escuchando poquito a poco, guardando protocolo de esencia y creo que ya, una vez llegada de nuevo la calma, estoy lo suficientemente preparada para asistir a un concierto y tirar el sujetador al escenario.

No sé desde qué preciso momento las letras del robe y mi alma conexionaron de forma que me duelen y me gustan, a partes iguales. Quizá esto venga siendo así desde siempre, así lo quisiera creer y así lo creo pero recordarlo no lo recuerdo.

Sí recuerdo que en aquella época en la que Julián escuchaba a los inhumanos le mostré por primera vez la hoguera en un cassete de doble pletina y que le gustó, le gustó mucho, pero no recuerdo cuál fue la mía en caso que esta no fuera la toma primera, que bien pudiera. También recuerdo que a Fran no hace mucho le estuve explicando el significado de la letra de esta para con Extremadura, la cual él había entendido erróneamente.

Tampoco olvido que a mi regreso de un concierto de la gira Yo, minoría absoluta en dosmildos Angel me saludó llamándome la atención sonriente acerca de mis pantalones de mil colores, siendo esta reacción mucho mejor a que hubiese sentido vergüenza ajena. Recuerdo que yo le conté con los ojos aún relampagueantes que venía del concierto y él me estuvo diciendo que antes extremoduro sí le gustaba pero que YA NO, como si se hubiera detenido a escucharlo alguna vez en su vida o ello fuese cuestión de moda. Recuerdo que su apunte me descolocó de tal manera que me dio la risa y en ese instante apareció mi entonces novio que se tiró a mi boca y Angel allí se quedó de cuerpo presente, retirándome yo dejándome llevar sin más explicaciones.

Y ahora que me detengo a pensarlo así y desde siempre que yo recuerde todo con él me remueve el alma, todo, por fugaz o nimio que sea el episodio, y creo posible que exista en mi también una ley innata que me ate por unanimidad o por estrecha minoría a sus idas y venidas porque todo con él me duele y me gusta también, a partes iguales.

Otra cosa no, pero obsesiones...

28 de octubre de 2008

café, copa y puro

La cena se pospuso -del verbo posponer- y lo que hice fue presentarme a comer por mi cuenta en casa de Fran antes de llevarle allá donde acabaré haciéndome una casita, en lo alto de la sierra.

Cuando llegué a su casa lo encontré preparando un arroz con tomate para los dos.

La noche antes mientras él se explicaba yo me le imaginaba por mi cuenta follándose contra la pared a horcajadas a esa chica nueva la cual miraba continuamente a Mario cada vez que este se levantaba. También me imaginé a ese cómo iba a follarse a esa y el gordo a aquella otra y es que hay sábados que ya puedo cenar dos veces que aun así parece que estoy muerta de hambre.

(...)

No follo desde mayo.

No me gusta ninguno de ellos, y yo no sé por qué entonces me los imagino a todos desnudos, qué necesidad tendré yo de ver esos cuerpos.

Qué pena me doy, creo que he cambiado tanto el aspecto del blog estos días por no pararme a escribir esta puta mierda.

Nunca jamás con anterioridad habían transcurrido cinco meses sin que echase un polvo y de no escribir aquí este transcurrir quizás no lo tendría tan presente y también al no escribirlo cabría la esperanza de recordarlo como si hubiesen pasado cuatro meses y no cinco, pero no, todo queda aquí escrito y se puede hacer bien la rima.

24 de octubre de 2008

Me dices good bye en tu nota tan ricamente

La gente no deja de cumplir años aunque supongo que eso es bueno, de corte inglés pero bueno. Mañana vamos de nuevo de cena y espero que me pongan cubierto y si he de desaparecer que sea al pagar.

Esta semana ha sido como otra cualquiera ♫un día más y otro, puercos,♫ con sus cinco días y sus cinco noches pero ocurrieron hechos poco habituales como / haberme -por fin- inscrito en las vpo/ borrarme de la uned/ comer con mi hermano Pedro/ verle el ombligo al gordo barrigudo/ hacerme un análisis de sangre/ irme de compras/ volver a masturbarme en el trabajo/ mirarme las oposiciones/ pedirme Fran que le enseñe el tanga/ saber que a mi hermana la van a echar del trabajo donde venden relojes de medio millón a los cuarenta y cuatro/ concretar con Ana/ no ver en directo el partit de los cinco goles del barça en basilea/ saber de Julián/ y aunque los libros han de poder leerse gratis me he gastado dieciocho euros y donut y medio en leer, -ya sólo habla de amor-, el último del loriga este que me pareció muy simpático gratis en el 20min.
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Hijo de puta, estuve más de dos horas entre andenes leyéndomelo y todo para nada, se me ha quedado en el cuerpo aunque el libro él bien sabe que es una puta mierda. No sé cómo es posible ponerle palabras a tanto absurdo, estoy que no quepo en mi de gozo y pena negra al mismo tiempo. En cuanto leí su entrevista en el 20min lo supe, que ese hijo de puta tenía lo que fuera y vaya si lo tenía.
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Y mucho menos podía ni imaginar siquiera que el robe volviese a dejarme otra joyita que es como la banda sonora de ese puto libro y bueno, sólo he escuchado hasta el momento de ahora mismo tres, sólo tres temas, porque me da pánico.

Alabada sea la casualidad.

Saber de Julián -por fin- me ha provocado de nuevo una multitud de sensaciones y lo que es más importante, me ha hecho el inscribirme en las vpo donde también voy a apuntar a Pedro. Si Julián paga letra, yo la pago y la sangro si es menester. Vio al robe en Plasencia no hace mucho, concierto que yo ya sabía que iba a realizarse y en el cual estuve de pensamiento.

Otro hecho pero no sorprendente es mi retroceso en el tiempo.
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En agosto dosmilsiete supe de él y horas más tarde me encontraba en el paseo de la ría en Bilbao con un amarillito infinito rodeada de euskalerrías y gente de alkorkón. Esta vez no estaban sus ojos ahi mirándome dormir y babear al mismo tiempo pero aparece y minutos después me debe un baile y me invita a una borrachera en el salón de su casa.

Si he de desaparecer, que sea ahora mismo que no sé ni cómo estoy escribiendo, bueno sí, con mis trece años y con mis quince y con una fumada que no se la salta un taichinista, también.

22 de octubre de 2008

ay, bah, (de ay, bah... los donuts)

Llevo unos días en los que ya no voy caminando por madrí mirando al suelo por lo que he vuelto a escuchar piropos hacia mi persona tanto en la calle como en el metro. En el autobús no, pero porque no monto.

Creo que todo vuelve a estar en su sitio, tanto dentro como fuera de mi cabeza. Todo, excepto el donut y medio de chocolate que olvidé hoy en la segunda planta de la fnac dentro de su correspondiente bolsita blanca.

Estoy programando con Ana un viaje allá donde se hable de todo menos castellano. Llevamos la misma idea y esta no es otra que ir allá para no enterarnos de nada y sentir vergüenza de nosotras mismas para así estar deseando volver. Yo me iría mañana mismo pero ella es posible que se eche atrás y no dejo de repetírselo para que lo tenga presente.

Iremos a cualquier sitio que no sea Francia porque allí sí que no entendería una mierda y tras las últimas actuaciones de france football no quiero saber nada de todo aquello que empiece por fr, como la fragata de barcos que jamás tendré, la fregona que no cojo o las fresas con nata que nadie me ha puesto sobre el ombligo.

Si Ana y yo viajásemos diariamente juntas en metro los piropos en su mayoría irían dirigidos a ella, sin duda ninguna, lo que pasa es que yo juego con la ventaja que ella es siete veces más hermética y como entonces la que tendría que hablar sería yo me permito el lujo de excluir destinos.

Me apetece mucho Praga.

Ninguna de las dos hemos sabido colocar a ciencia cierta esta ciudad en el mapa de europa por lo que el acuerdo sería ir sin saber bien dónde llegamos ni en qué idioma hablan pero justamente por esto se me hace más entretenido que ir a Londres a ver el cambio de guardia o cabinas rojas sin tener intenciones de llamar de nadie.

Dicho todo lo cual espero que nadie en su sano juicio venga ahora aquí a joderme.

20 de octubre de 2008

Había una vez un barquito chiquitito

Ayer por la tarde le mostré a Mario dónde se ubicará mi casita en la sierra.

El sábado por la mañana lo empleamos en la notaría firmando la aceptación de herencia y otorgando poder a mi hermano Mayor para que pueda disponer a su libre albedrío de lo que ya desde hace años es suyo. Mi padre llama de señor/a a todo aquél que se encuentra al otro lado de la mesa y a mi entonces me entraban ganas de abrazarlo aunque no lo hice. En un momento dado nos encontramos todos en el pasillo esperando a la señora notaria cuando inesperadamente aparece la chica de quien mi hermano Pedro -a mi izquierda- está completamente enamorado. Me inclino hacia Pedro y le indico que ya estamos todos y no tarda ni cinco minutos en dejarme sobre el brazo su chaqueta y pasar directamente pálido al baño. Me hubiera pasado la mañana entera dando abrazos.

El sábado por la tarde rechacé la excursión que me propuso Mario por teléfono y lo pasé enteramente yo sola explorando y purgando el nudo que continuaba teniendo en el estómago y recorriendo cámara en mano todas las calles de mi infancia.

El sábado por la noche intenté ponerle palabras a todo esto que me angustia intercambiando pareceres en la cocina con mi hermana. Después, cerca ya de la media noche le hice saber a Mario que no pensaba moverme del sitio y encontrándome sola en mi coche conseguí llorar unos diez segundos y el resto lo dediqué a escuchar tragedias de antonio orozco y fumarme. Entre calada y calada comprobé en el colmo del éxtasis que el nudo en el estómago había desaparecido.

(...)

Ayer por la tarde vestidita de domingo le mostré a Mario dónde se ubicará mi casita en la sierra pero del nudo que he tenido en el estómago no le he dicho absolutamente nada, para tragedias me bastó con hablarle de antonio orozco. Llevaba aún la cámara de fotos dentro del bolso pero no reparé en hacer ninguna foto allí donde se ubicará mi casita y ahora me pregunto si acaso las ilusiones pueden retratarse.

La próxima vez que me acerque a ilusionarme subiré con Fran -a quien estoy deseando ver- y me fumaré allí mismo un porro, con cámara o sin ella.

15 de octubre de 2008

Porque las penas con rumbas son menos penas, morena

Ahora que tengo las pelotas en su sitio he de decir que:

Estoy malviviendo, sí, y estoy en un agujero de pena negra, también.

El lunes continué el ritual del sábado y me seguí muriendo durante el transcurso de todas las horas que tuvo la mañana pero al menos en el trabajo hice acto de presencia no como ayer -martes- que tras recorrer tres estaciones de metro, no más, regresé a mi guarida porque no podía con la angustia. Hoy miércoles todo apunta ya a viernes y aquí estoy trabajando como es debido.

No sé si he llegado a este estado por la ansiedad que ya esté aquí conmigo de nuevo o bien por los frecuentes amarillos con los porros, la médico lo duda y yo también. A su vez tengo los últimos acontecimientos atravesados en el estómago y esto me provoca el comer peor que mal y me trae este malestar y este sinvivir con sudores, a ratos fríos y a ratos ardiendo. Pero lo voy a superar a base de pelotas, lo sé, y mil y un precedentes me avalan.

No me explico el por qué me puedo estar muriendo y los análisis me los harán con mis restos la semana que viene ni tampoco el por qué me tengo que ver envuelta en esas situaciones que he vivido últimamente ni cómo puede ser que me siga afectando lo que sale por boca de alguien que me importa ya menos que nada, como es el caso de Bea.

Me da asco, eso es lo que siento hacia ella y sucedáneos, y a la vez es una tristeza inmensa que sin yo provocar absolutamente nada contra ellas -todas- me vea después envuelta entre tanta mierda. Pero he decidido seguir viviendo aunque algunas me prefieran invisible. He estado hablando por teléfono con ellos -todos-, con mi hermano Pedro, con Fran y con César y creo que mi decisión es acertada, merece la pena.

13 de octubre de 2008

Que quiere ser capitana de la tropa aragonesa

Al cura no le basta con su cara y el alzacuellos para dar vergüenza ajena por lo tanto canta la misa.

El sábado también fuimos de cena celebrando el cumpleaños del amigo gay que toda mujer quisiera tener que evidentemente cumple años la semana que viene, y de los cuales cuatro o cinco los cumple como gay declarado.

Durante la cena se suceden los recordatorios y las anécdotas de nuestros dieciocho años junto a aquella chica descarriada que ya se ha casado y no hemos vuelto a saber de ella. De todos los episodios que narran yo me encontraba en el ochenta y cinco por ciento de los mismos, todos los taxistas que nombran en aquella época hubieran matado por follarme, todas esas idas y venidas que cuentan sucedían debido a que estaba yo presente, llegaron a pronunciar el nombre de gentes que apenas tuvieron cercanía alguna con la chica descarriada, Bea en su mundo llegó incluso a inventarse cosas también como si ella viviera algo alguna vez y tras comentar varios episodios dijo,

- uy, y también (risas mil) recuerdo que una vez me montó un pollo yo no sé por qué y se enfadó conmigo y agarró un botellín estampándolo contra la pared hecha una furia, sí, sí, qué espectáculo, me llamó de todo un poco...-

Este capítulo sucedió en el dosmil y quizá yo nunca lo olvide. En él eran las cinco de una tarde de febrero y estábamos hartas de beber vino y yo escogí entre todas ellas a Bea para pronunciar por vez primera en voz alta que mi madre se iba a morir de cáncer. La chica descarriada se encontraba con el resto en esas calles y nos vio llegar a ambas, se dirigió a Bea y (según la versión de esta) la descarriada la preguntó de dónde y por qué veníamos solas y como Bea no quisiera explicarla nada, en un arrebato la chica descarriada lanzó un botellín contra la pared haciéndolo trozitos. Bea tras la escena se apresuró a explicarme el arrebato por haberse negado a explicarla y yo entonces, pardilla cien por cien, la agradecí el gesto por buena amiga.

Hay que ser hija de puta y mala persona teniéndome como me tenía ahi a su izquierda y dos horas antes habiendo estado conmigo en misa para narrar esos hechos y encima hacerlo de ese modo. Esto se me sumó y en qué medida a que a pesar de mi ochenta y cinco por ciento de presencia en todos esos recuerdos no se me había nombrado ni una sola puta vez como si yo no existiera cuando la realidad es que todo aquello que ella cuenta se dio gracias a mi y mi zorreo con unos y con otros. Se me juntó todo en la cabeza sintiéndome absolutamente invisible y absurda por lo que bebí todo el vino posible por no joder la celebración y cambiamos de bar y seguí bebiendo.

Cuando al llegar al botellón escucho a Bea decir que cada vez que lleva un pendrive a un locutorio se lo lleva cargado con tres o cuatro virus decido fumarme un porro y hacer oídos sordos porque llego a la conclusión que lo suyo no es algo personal conmigo, que está loca y no me merece la pena ni escucharla siquiera. En cosa de diez minutos le indico a Mario que me voy a sentar en mi coche porque no me encuentro las piernas.

Allí permanecí más de dos horas de reloj, vomité todo lo que había cenado y sin cerrar la puerta del coche di marcha atrás para no respirar mi propio vómito, allí permanecí sin poder moverme siquiera, por momentos me dormía y despertaba dando cabezazos, y por momentos me dormía y pensaba en Angel y despertaba sonriendo, por momentos me mareaba, por momentos continuaban las arcadas, en definitiva: allí permanecí más de dos horas de reloj, muriéndome por momentos y con ganas de morirme en el resto.

Cuando terminaron su botellón yo llevaba contabilizadas unas tres-cuatro visitas rápidas por su parte y ya con todo concluido se me acercan y el amigo gay que toda mujer quisiera tener me indica que ya nos vamos y que él me lleva pero Mario y Bea consideran que es mejor entregarle mi coche a una chica con la que no tengo confianza ninguna porque es que ella tiene carnet y el gay es gay pero no lo tiene. A mi me daba todo bastante igual y así lo hicieron.

Hoy no, hoy me da todo bastante asco y llevo todo el domingo procurando controlar mi ansiedad como buenamente puedo aunque creo, también, que no está lejos el día en que reviente.

8 de octubre de 2008

la daMA´ de la guadaña

El sábado tendré que ir a misa y le veré de nuevo la cara al cura.

De no ser la misa para ella, mi madre me diría que el cura lo que tiene de niño lo tiene de feo, supongo y me gusta pensar que a ella también la daría cierta lástima.

Ahora hace cuatro años que recibiendo el pésame de Ana decidí inventarme la enfermedad que mi madre había padecido hasta el final y ahora, a su vez, hace un par de meses que su madre murió del mismo cáncer que la mía sólo que a la suya mientras estaba de tratamiento la dejaron las tripas dentro del cuerpo.

Yo vi a esta señora por única y última vez el verano pasado, estuve en su casa a petición de Ana y estuve examinando su planta de marihuana de la cual consumía para paliar los efectos de la quimio. Yo misma le había explicado a Ana con anterioridad cómo debiera aplicar la hierba en las comidas y yo misma la suministré los primeros cogollos.

Lo hice -creo- porque en su momento no me atreví a hacerlo con la mía y recuerdo que cuando estuve en su casa examinando la nirvana las encontré a ambas con buen aspecto y así se lo hice saber a la señora repitiéndome a mí misma que había hecho lo correcto mintiéndole a Ana y creyendo firmemente y con cierta angustia que su madre sí parecía que saldría adelante.

Me equivoqué y el desenlace fue el mismo. Como yo no sé mentir desde entonces con Ana estoy intranquila, no nos vemos desde antes de verano, no coincidimos en horarios aunque hablamos de todo menos de muerte y necesito, en cierto modo, contarle la verdad la próxima vez que nos encontremos aunque esto ya no sirva para nada al igual que la futura misa.

5 de octubre de 2008

Cantinero de cuba, cuba, cuba

Sigo siendo la misma gilipollas de la semana pasada pero nadie se da cuenta.

Todo lo que se me ha dicho estos días es lo de siempre y todo ello es bueno. Luego está el mensaje de Ibrahim -oye esta enfadado oque?- pero este sí que es gilipollas sin complejos.

He pasado el fin de semana fuera de madrí y por más que observo a mi alrededor muy gilipollas a mi parece que no se me ve aunque continúe pagando el litro de gasoil a más de un euro como tod@ espanyolit@ que se precie. Esto de proyectarme como siempre ante los demás afianza en mi la seguridad que porto aunque no sea suficiente para cambiarme el pensamiento pero en fin.

Punto y aparte.

(...)

Estoy tranquila.

Angel y yo podríamos habernos visto la madrugada del viernes pero no; crucé dos palabras con su hermana y dos miradas con Rufo y esto es bastante teniendo en cuenta que yo tan solo di las buenas noches sin particularizar, y ni amago de besar siquiera. Más tarde fue ella la que se dirigió a mi y la dejé bien claro que nosotros no estaríamos allí si otro sitio hubiera estado abierto. A él le imaginé acostado y más bien solo por lo que el sábado le mandé un sms de los simpáticos a raiz del 6-1 porque yo cuando quiero soy muy simpática. No me va a contestar ni lo requiero, estoy tranquila, más bien solo, dos miradas con Rufo, su hermana simpática y yo no tanto. 6-1. andresito balón de oro. le hablo al aire. estoy tranquila.

- ... dónde está el agüero o, estuvo contigo anoche? ...

Salimos el sábado tras el partit pero allá tampoco estaba, sí me encontré con ElMalo y nos observamos reconociéndonos mutuamente: él a cocaína y yo a hachís y escoltada por Mario, Fran y el amigo gay que toda mujer quisiera tener. Este último llegó a decirme que tengo las tetas muy bien puestas. En cualquier caso, el único que ligó fue Fran con un tío que aseguraba ser apóstata, yo por mi parte acabé comiendo pipas hasta no sentir la lengua y llegué a comerme no sé, unas veintisiete bolitas de gusanitos de queso.

Aparte de los hechos llegué a pensar en que hay noches que toda la música que suena lo hace en plan tragedia.

También he vivido un nuevo curso intensivo de cosecha de marihuana con mi hermano Miguel incluyendo porros dentro de las conversaciones y he vuelto a madrid trayendo en el bolso un cogollito de papaya, otro de california y el último de AK. Venía fumadísima por la autovía y he llegado a pensarme que las retenciones las estaba formando yo y mil y una paranoias que no se pueden explicar.

(...)

En resumen: escribo como el puto culo, fumo mucho y no consigo tranquilizarme.

2 de octubre de 2008

Huelo hasta una mancha en la pared

No pasa nada, que soy gilipollas. Lo sigo siendo por mucho que pasen los días.

Soy bastante más gilipollas de lo que pensaba (en ocasiones) y mucho más de lo que debiera serlo (siempre). Pero a la vez que soy gilipollas no soy fea , que eso sí sería jodido. Y muy, muy gilipollas creo que no soy o de serlo mucho nadie jamás se ha atrevido a decírmelo a la cara, no sé, y si fuese fea me dirían de vez en cuando -gilipollas-, para suavizar, pero no es el caso.

Soy gilipollas a mi manera, que no es poco y ya es bastante.

Si me paro a pensar, desde hace muchos años se me dice con frecuencia que me muestro muy segura de mi misma, creo que me impongo o cohíbo en cierta forma por lo que muy al contrario que tacharme de gilipollas se me trata siempre con mucho, mucho tacto, no vaya a ser que me rompa y deje ahí al otr@ hablando sol@. Quizá por eso que aparento y porque sé que estoy de muy buen ver y porque seguridad no tengo ninguna, quizá por todo ello junto desde tiempos inmemoriales me vengo fijando siempre en la forma de las cosas que me llegan y considero que esto, -la forma de las cosas-, siempre es lo más importante, se me va la vida en el detalle.

A veces se ve todo muy negro.

A Ibrahim, por ej, le gustaban mucho mis formas, eso dijo, sabía pues de qué se trataba su historia conmigo aunque aún así no nos entendimos. Ahora sus sms me llegan con menos prisas y cada cuatro o cinco días aunque sigo sin contestarle por puro aburrimiento. Para continuar ♫ la perspectiva del fracaso a la que estamos condenados ♫ tampoco me entiendo con Angel al menos en cuanto a mensajes, ni un solo mensaje suyo me ha llegado ni me va a llegar y basta que pronuncie mi nombre para que yo ya esté mojando. Tampoco entiendo ni comprendo a muchísima gente que me cuenta esto o lo otro y por no entender no me entiendo ni yo. Ahora bien, dentro de todo ese intercambio social en el que habito y me muevo, me entere o no me entere, y aunque no quiera, la forma de los hechos me va directa a la retina y así voy haciendo y mostrándome más segura que la hostia.

Pero claro, el hacer y pensar las cosas de una determinada forma me da la seguridad que yo evidencio en apariencia pero yo soy gilipollas, aunque no se me diga yo sé que lo soy así que no entiendo cómo pueda ser posible el que yo consiga cosas que a priori se me presentan como inalcanzables y luego por otra parte ni me pongo a estudiar una mierda, aunque eso sea lo que me conviene hacer, ni saco provecho alguno de aquello que sea mi propósito tan entretenida como estoy en formatearlo todo.

En definitiva: yo y mi puta forma de hacer y medir las cosas.

Es muy frustrante y ahora me da por pensar que siendo fea seguro, fijo, que no tendría esta disconformidad ni este malestar porque estar no estoy bien y todo se me vuelven quejas. De ser fea entonces me rodearía también de feos y estos suelen ser siempre muy simpáticos así que ya encontraría yo la forma de entenderme con ellos, creo que sería más fácil. Como no es así yo me pierdo y me resguardo de ocho mil formas diferentes ante lo que me llega, por si acaso.

Gilipollas, está visto y comprobado.

Creo que me hablé bastante más claro con aquello que escribí allá por octubre de dosmilsiete y que me salió así

LO SABEMOS

No tengo por qué quejarme,
no hay motivos suficientes.

Los dos lo sabemos.

Tú,
no te acuestas con cualquiera,
tampoco te lías con cualquiera:
bendito tacto.

y Yo,
no puedo decir lo mismo:
puta barata ocasional.

No tengo por qué quejarme,
es más,
debería estar dando las gracias:
pon una puta en tu vida o algo.


Cuando escribí esto yo era bien zorra, sí. Ahora no son las mismas circunstancias en este sentido aunque sí coincide el resto. Ahora, con este registro sé que llevo algo más de cuatro meses ya, cuatro, sin que persona humana me muerda pezón alguno aunque no me da la gana reflexionar sobre este tema ahora porque entonces no duermo.