29 de junio de 2009

Quiero quitarme esta pena

No nos hemos visto.

Es más, no ha hecho por verme.

Si hubiera hecho por verme me hubiera visto perfectamente allí en mitad de la plaza, pero no Nos hemos visto. Supongo que no pasa nada, supongo que todo sigue siendo igual de triste, o quizá algo más, pero qué más da.

Podría haberme llegado ahí de frente y con una super mega sonrisa de esas que pone cada vez que le parece conveniente. Podría haberme mojado el tanga como es costumbre ante esos acontecimientos, y haberme dormido después plácidamente soñando que volaba como antaño, pero no. Opta por continuar en este silencio eterno y sin saber si es por bien o por mal, qué ganas de matarle a golpes me sobrevienen de vez en cuando.

Creo haber recuperado a Mario, que desde hace un tiempo se mantenía más bien ausente, y entiendo que esto es lo único válido del fin del semana. Ha vuelto a nosotros la complicidad, el mirarme directamente a los ojos y decirme que estoy equivocada, el enumerarme -ayudándose de los dedos de una mano- a los que considera somos sus únicos amigos, y regresan sus razonamientos ante mi congoja. Vuelve a reirme, a confiarme sus absurdos pensamientos y yo vuelvo a sentirlo conmigo.

En unos quince días estaremos los dos tirados tomando el sol en la playa de cualquier pueblo de Alicante y riéndonos de cualquier cosa pero todo sigue siendo igual de triste, no Nos hemos visto y en el fondo es lo único que me importa.

A saber ahora cuándo volveremos a vernos. Mierda puta es poco.

26 de junio de 2009

Verde que te quiero verde

Una cosita. Se ha muerto michael jackson, kun fú, lola flores, carmina ordoñez, juanito valderrama, fernando fernán gómez y el de milana bonita. Se van los mejores y nos quedamos aquí el resto a perpetuarnos, mierda para todos. Como no iba montada en ninguno de los dos trenes que chocaron esta mañana en madrí no tengo nada interesante que contar salvo lo dicho. Se alternan los pensamientos cojonudos con otros malos malísimos. Como me siguen dando arrebatos que no son ni medio normales no me fío de lo que puedo dar de sí en el presente fin de semana y no me sirve de nada pensar en ocasiones como ésta en las que me quedo en blanco. Ya vuelve el calor, el rojo puta. He visto un vestido palabra de honor precioso rojo que te cojo por 69 euros. También he visto una carta de hacienda somos todos diciéndome que para qué me van a devolver 106,11 si resulta que yo debo al conjunto 585,77 vete a saber por qué ahora a hacienda ahora al ayuntamiento. Veo por otra parte, y también muy claramente, que o devuelvo los 660 euros a reale, tal y como me amenaza ese imbécil porque en su día arreglaron mi coche, o me veré en el banquillo de los acusados pagando costas judiciales por chula y mala persona. Veo que entre todos cuantos son van a quitarme la vida poco a poco, veo que no tengo un duro y que me tiritan las piernas. Veo que jamás he portado un vestido rojo ni Le he dicho que le quiero. Veo que a ninguna boda a la que lo lleve va a ser la mía, y veo que llevo más de dos semanas sin tomarme ni una pastilla, que he vuelto a fumar lo mismo o más, y que tengo cara de muerto viviente por la letrita letrita.

24 de junio de 2009

Puntos suspensivos

Quedan sólo unos días hasta que volvamos a encontrarnos.

Unos días no son apenas nada, en comparación con medio año, aunque pueden serlo todo teniendo en cuenta que es lo único que realmente me importa de cuanto acontece a mi alrededor.

No quisiera escribir que soy idiota pero no me va a quedar más remedio.

Soy idiota, sí, pero al menos no soy completamente gilipollas como la gran mayoría. La gente en general vuelve a producirme algo de incomodidad y cierta repugnancia al mismo tiempo. No entiendo nada, y ya ni siquiera sé si me interesa entender algo, lo que sí tengo claro es que me niego a convivir entre toda esa hipocresía que les ocupa.

Me importa poco ir de frente, es más, cambio de perfil cuantas veces quiera.

Me he borrado del tuenti por todo esto y porque, de un tiempo a esta parte, venía ocurriendo lo mismo que en este puto diario, se contabilizan quince, veinte e incluso más visitas diarias y ni las buenas tardes siquiera. Más de una vez, y más de dos, he tenido la impresión de que el tuenti es por momentos una carrera a ver quién consigue más amigos, más besos, más abrazos y más faltas de ortografía y, teniendo en cuenta que de los veinte o veintidós que llegaron a amistarse allí conmigo sólo existía un intercambio razonable con seis o siete, estaba tardando en salir de allí.

Decía que soy idiota, sí, y sobre todo porque desde hace un par de meses también estoy en facebook, como si no tuviese otras tareas mejores que hacer. La semana pasada ya tenía pensado desenredarme pero antes decidí mentir como una perra y enviar un saludo a la hermana de Angel a través del facebook diciéndola que acababa de encontrarla en un grupo y por casualidad. Como contestación a mi saludo al día siguiente me pedía ser amiguitas. La acepté de buen grado y acto seguido me recorrí íntegramente sus fotos, robándola más de una docena en las que sale su hermano. Como agradecimiento indirecto volví a saludarla nuevamente mediante un mensaje privado y ya sí, muy directamente, la pregunté por sus cosas, por las de ella. Hasta hoy.

Porque es hermana de quien es, de lo contrario diría que no he conocido persona más extraña en mi puta vida.

Me tiritan los pensamientos, y el teclado de vez en cuando. Sé que ha entrado porque en el apartado ¿qué estás pensando? me robó ella a mi la respuesta, la muy hija de puta:

-jooooo quiero que lleguen las fiestas de ...

16 de junio de 2009

Así en el cielo como en la tierra

Flandes.

Sí, allá donde Felipe el Hermoso se hinchaba a follar, por allí mismo he empleado un par de días.

Podrían haberme violado siete u ocho veces, haberme descuartizado quizá, o haberme rociado en gasolina prendiéndome fuego. Podrían haberme hecho cachos y haberlos metido todos ellos en una bolsa de plástico color negro, tirándome a un contenedor. Podrían haberme dado de hostias hasta dejarme exhausta, o haberme secuestrado, asfixiado, acuchillado en la bañera, violándome nuevamente o pegándome un par de tiros. Cualquier tragedia digna de un final no feliz, cualquier barbaridad podría haberme sucedido, desde luego. Vivimos en un mundo en el que desaparecen los aviones en pleno vuelo, donde los unos asesinan cruelmente a los otros, la gente en el mundo asiste a corridas de toros, peleas de gallos, ejecuciones en directo, no se saben idiomas. Es así y es algo universal por lo que, por esto y por más, decidí desde un primer momento mentirla a mi hermana. La dije que hacía el viaje con Ana.

Si hubiera muerto evidentemente no estaría aquí ahora mismo escribiendo esto y si fuera víctima de violencia de género no tendría yo ni puta gana de ponerme aquí a relatar nada. Supongo que en alguna o varias de las cámaras de vigilancia por seguridad del aeropuerto de barajas, t4, debió quedar registrada mi desesperación del viernes por encontrar una zona habilitada de fumadores y juro, por lo más sagrado, que en los baños no me metí nada ilegal, solamente fueron 0,25g de trankimazín. Desde entonces entiendo que se perdió mi pista pero todo ha ido bien y ha vuelto mejor. He regresado. Hoy estoy aquí y vivo para contarlo.

En vez de solicitar una nueva cita con mi médico, y así recoger la dosis medicinal necesaria para no sufrir, decidí que lo que me convenía era no pensar en todos los doscientos veintiocho pasajeros del avión que han muerto hace unos días, decidí que no importaba el qué me estuviera esperando allá, que todo va y está en mí y que lo que realmente me apetecía era salirme de mi misma y del país. La noche del domingo, a mi regreso, ya sí la conté a mi hermana dónde había estado y con quién.

Flandes.

Antes de salir del aeropuerto de Bruselas ya me había perdido. Si ya de por sí me cuesta trabajo leer los carteles escritos en castellano más complicado aún se me hace en inglés por lo que enseguida llegué a la determinación que lo más práctico era seguir el dibujito que mostraba una maleta y, de este modo, llegar a recoger mi equipaje. Bien, a las cuartas o quintas escaleras mecánicas perdí de vista todo cartel y al ver, tras unos cristales, parte del cielo exterior me imaginé sin remedio comprando tangas en un chino y también visualicé un ford mondeo saltándose un semáforo y salpicándome de barro los vaqueros. Me acojoné incluso en turco escuchando a mi alrededor y sin entender una mierda.

En el fondo tengo mucha suerte (de la que no existe) y cosas que no merezco, como la paciencia y amabilidad infinitas de Jorge para conmigo. ¿Cuántos correos habíamos intercambiado, seis, siete? No muchos más. ¿Se puede considerar cantidad suficiente para proponerme, y yo aceptar, un viaje de estas características? ¿Y si a su propuesta se le añade que aún no me había visto la cara? Al parecer sí, es suficiente. Yo y mi instinto. Mi instinto y yo. No sé cuándo fue que se dio cuenta que allí nadie se iba a acostar con nadie pero, durante mi estancia entre sus cosas, todo lo más que hizo fue jugar con una de mis manos e invitarme a descalzarme. Que yo recuerde malos tratos no presencié nunca y tampoco se me forzó a comerme nada que yo no quisiera. Una suerte bárbara o un instinto cojonudo, según se mire.

Una persona como yo, reitero, no merece una oportunidad de salida así porque, una persona como yo, duerme hasta hartarse de dormir, se absorta de cuando en cuando en sus propios pensamientos provocando comentarios del tipo "estás muy seria" "llevas un rato ahí callada", una persona como yo ni siquiera lleva dinero en efectivo, por lo tanto, la lógica incita más a alejarse de mi que a acercarme. Yo jamás he optado por proponerle a nadie algo semejante a esto que he vivido, tan dentro de mis cosas no meto a nadie así como así, y ni mucho menos tengo o muestro la cercanía y la transparencia que he recibido tanto de Jorge como de su amigo.

Flandes.

A pesar de haber aborrecido la cerveza durante el segundo lustro de los años noventa, el "prueba ésta, y ésta, y ésta" sorprendentemente funcionan conmigo. Regreso, entre unas cosas y otras, encantada habiendo aprendido y recordado cosas y detalles de mi misma que llevaba un tiempo obviando, encantada de constatar que hay gente por ahí en esta vida que hace y deja hacer pero, a la vez, regreso con la certeza de que ya puedo estar a miles de kilómetros o en las antípodas que siempre habrá un gesto, un olor, un instante, que me coloque allá, en el lugar donde no parezco tener pensamientos de moverme, entre Sus cosas.





I'd be innocent officially, but that's a big word - innocence. Stupid's more like it. Well, everybody is somebody's fool. The only way to stay out of trouble is to grow old, so I guess I'll concentrate on that. Maybe I'll live so long that I'll forget her. Maybe I'll die trying.

Michael O'hara

9 de junio de 2009

61,20

La jornada electoral transcurrió de forma sorprendente.

A las doce del mediodía ya había cobrado y el hecho de tener que estar allí, presidiendo, me hizo tener a Samuel sentado permanentemente a mi izquierda durante todo el día. Samuel es, hasta el momento, el único ser humano mayor de cuarenta años que me pone en esta vida, aparte de Ralph Fiennes y de Frank Rijkaard. No me lo esperaba.

Samuel, que vive en mi barrio desde que llegase hace más de diez años, allí era un simple vocal por lo que las cosas se hicieron en todo momento como a mi me dio la gana aunque, cuando iban a dar las cinco, le escuché decirle a una interventora socialista que él estaba igual de enamorado que el primer día de su mujer, una gorda de cien kilos, y esto era lo último que yo pretendía escuchar.

Aunque me resultó algo tierno también pensé que era una lástima que no se tratase de una ocasión propicia para ordenar silencio tal y como sí hice un par de veces. No tuve más remedio que mostrarme simpática, después, cuando acudió la gorda a depositar su voto porque es lo que tienen los gordos: procuran ser muy simpáticos aunque caigan gordos de todas formas.

El voto regionalista de Noelia fue el único que acompañó al de Fran, que votó por correo. Yo decidí dárselo a Izquierda anticapitalista - revolta global porque me hicieron gracia. Fuimos los tres únicos que nos salimos de la tónica general. El Dañino también compareció, como el estúpido falangista que es, y tuvo la ocurrencia de preguntarme si acaso no me sabía su nombre al verme leerlo en el dni. Le contesté con desgana que era probable que intentase engañarme. César, por su parte, introdujo en el sobre todas las papeletas sociatas que estimó conveniente lo que provocó, ya durante el escrutinio, el tener que mostrárselas al público una por una para así poder dar su voto por válido.

En resumen, lo realmente sorprendente es terminar diciendo en voz alta más de ciento cuarenta veces partido popular y que no me haya muerto del asco.

2 de junio de 2009

Juro quererte y no comprendo

Es sábado y estoy con César escuchando gratis en directo a Medina Azahara. Sentir nuevamente cómo los diecisiete años te erizan la piel no tiene precio y esto me sucede un par de veces durante el concierto. César, por momentos, se sabe trozos de canciones y entonces me canta a los ojos y me gusta. Es bonito.

Cuando llevamos allí más de media hora necesito urgentemente o bien hacerme un canuto o salir corriendo y sin mirar atrás. El panorama visual invita a ello. Delante tenemos a una pareja de rubio con su rubia, a cual más teñido y a cuál melena más larga. A la derecha, una pareja de guacamayos formada por un aparente maltratador borracho y la señora del borracho sosteniendo en pie un carro de la compra. A la izquierda, dos heavys de aquí te espero armados con mochilas. Y una niñata de doce años tirando de papi, detrás de nosotros, empujándome cada veinte segundos. Decido fumar y acto seguido me absorto porque el vino de la caseta de Extremadura siempre está dulce y muy bueno. Es de pitarra.

En la siguiente pausa el cantante señala que acaba de darse cuenta de algo que ya había visto yo, mientras llegábamos a unos trescientos metros de distancia, y ya es difícil. Nos hace saber que el paseo central de la feria, la avenida ferial, representa y se asemeja -a base de bombillitas rojiblancas- a los arcos de la mezquita de Córdoba. Debería haber dicho que se tiraran todos a un pozo. Pretendo decirle esto en voz alta a César, y también recordarle que Córdoba compite con Cáceres por ser capital europea de la cultura en 2016, pero él no parece recordar mi comentario anterior acerca de la similitud con la mezquita porque le encuentro ahí embobado mirando los arcos, como uno más de tantos, y entonces me callo y sólo le digo que nos vayamos a beber más. Es lo más razonable.

Horas más tarde ya es domingo al mediodía. Entro al comedor y todo está demasiado oscuro. Accedo a la terraza y, tras levantar la primera de las persianas, me encuentro con la cara de tolerancia del López Aguilar, a unos tres metros de distancia, con el eslogan socialista "este partido se juega en europa, te han convocado". Hijos de la gran puta, hace más de quince días me hicieron saber por correo que debo ser presidenta de la mesa electoral. Me entran ganas de vomitar pero enseguida sonrío porque tendré la mañana posterior del lunes libre, 61,20 euros por los servicios prestados, y mucha suerte por no encontrarme en la terraza con Mayor Oreja. Es preferible.

Hoy, que ya es martes, voy recorriendo la estación de metro escuchando cumbias, que difícilmente llevaré a la práctica, cuando de pronto veo que una chica, muy mona ella, viene corriendo hacia mi tirando de un cable, con una cámara y su portador detrás. Observo que en el micrófono aparece el símbolo de telemadrí. Me pregunta, muy maja ella, si puede preguntarme. Yo me he fumado un porro no hace más de un cuarto de hora y asiento con la cabeza mientras me quito los auriculares. Dice que no quiere que pierda el siguiente metro, que será todo rápido. Yo en un principio me emociono porque sé, a través de mi hermana María, que este canal convoca una huelga de trabajadores detrás de otra. Imagino, entonces, que me va a preguntar por esperanza aguirre, por el güemes de los huevos o por federico trillo. Vuelvo a pensar en el porro que me he fumado y me mantengo seria porque quiero después salir en antena. Pero no, me hace una pregunta detrás de otra pero me pregunta que si el metro de madrí vuela y unas cuantas payasadas más que no le interesan a nadie. Mientras la explico, entre otras cosas, que la escasa frecuencia de trenes a partir de las ocho de la tarde es intolerable, oigo detrás de la chica que un chaval le dice al que le acompaña "mejor que la hagan preguntas a ésta y no a mi abuela" y entonces, ya que estamos rematando y no hay tiempo para más, caigo en la cuenta de que estoy siendo demasiado seria. Ni la pregunto que cuándo es el programa ni me paga un céntimo. Es lógico.

Ahora mismo no deja de retumbarme en la cabeza a qué hora decía que dejaba de trabajar Angel y en qué empleará el mando a distancia porque esa barriga no es de levantarse para ir al gimnasio. Me pregunto si verá algo en la tv aparte de escuchar las gilipolleces mañaneras de los cuarenta principales. Recuerdo ahora también que hace ya unos años de pura casualidad, haciendo zapping una tarde, vi sentada como invitada en un plató de tv a mi amiga Tamara, en un programa que conducía Jesús Vázquez, y fue allí a decir que a ella la gustaban mucho los negros. Es triste, pero cierto.

A mi también me gustan mucho los negros pero Ibrahim, aunque ha transcurrido un año entero, no ha mejorado ni un ápice en su castellano. Ahí sigue con su prinseza. Bah.

Está claro que lo que Es follar no follo, pero fumo y bebo y salgo por la tele.