16 de junio de 2009

Así en el cielo como en la tierra

Flandes.

Sí, allá donde Felipe el Hermoso se hinchaba a follar, por allí mismo he empleado un par de días.

Podrían haberme violado siete u ocho veces, haberme descuartizado quizá, o haberme rociado en gasolina prendiéndome fuego. Podrían haberme hecho cachos y haberlos metido todos ellos en una bolsa de plástico color negro, tirándome a un contenedor. Podrían haberme dado de hostias hasta dejarme exhausta, o haberme secuestrado, asfixiado, acuchillado en la bañera, violándome nuevamente o pegándome un par de tiros. Cualquier tragedia digna de un final no feliz, cualquier barbaridad podría haberme sucedido, desde luego. Vivimos en un mundo en el que desaparecen los aviones en pleno vuelo, donde los unos asesinan cruelmente a los otros, la gente en el mundo asiste a corridas de toros, peleas de gallos, ejecuciones en directo, no se saben idiomas. Es así y es algo universal por lo que, por esto y por más, decidí desde un primer momento mentirla a mi hermana. La dije que hacía el viaje con Ana.

Si hubiera muerto evidentemente no estaría aquí ahora mismo escribiendo esto y si fuera víctima de violencia de género no tendría yo ni puta gana de ponerme aquí a relatar nada. Supongo que en alguna o varias de las cámaras de vigilancia por seguridad del aeropuerto de barajas, t4, debió quedar registrada mi desesperación del viernes por encontrar una zona habilitada de fumadores y juro, por lo más sagrado, que en los baños no me metí nada ilegal, solamente fueron 0,25g de trankimazín. Desde entonces entiendo que se perdió mi pista pero todo ha ido bien y ha vuelto mejor. He regresado. Hoy estoy aquí y vivo para contarlo.

En vez de solicitar una nueva cita con mi médico, y así recoger la dosis medicinal necesaria para no sufrir, decidí que lo que me convenía era no pensar en todos los doscientos veintiocho pasajeros del avión que han muerto hace unos días, decidí que no importaba el qué me estuviera esperando allá, que todo va y está en mí y que lo que realmente me apetecía era salirme de mi misma y del país. La noche del domingo, a mi regreso, ya sí la conté a mi hermana dónde había estado y con quién.

Flandes.

Antes de salir del aeropuerto de Bruselas ya me había perdido. Si ya de por sí me cuesta trabajo leer los carteles escritos en castellano más complicado aún se me hace en inglés por lo que enseguida llegué a la determinación que lo más práctico era seguir el dibujito que mostraba una maleta y, de este modo, llegar a recoger mi equipaje. Bien, a las cuartas o quintas escaleras mecánicas perdí de vista todo cartel y al ver, tras unos cristales, parte del cielo exterior me imaginé sin remedio comprando tangas en un chino y también visualicé un ford mondeo saltándose un semáforo y salpicándome de barro los vaqueros. Me acojoné incluso en turco escuchando a mi alrededor y sin entender una mierda.

En el fondo tengo mucha suerte (de la que no existe) y cosas que no merezco, como la paciencia y amabilidad infinitas de Jorge para conmigo. ¿Cuántos correos habíamos intercambiado, seis, siete? No muchos más. ¿Se puede considerar cantidad suficiente para proponerme, y yo aceptar, un viaje de estas características? ¿Y si a su propuesta se le añade que aún no me había visto la cara? Al parecer sí, es suficiente. Yo y mi instinto. Mi instinto y yo. No sé cuándo fue que se dio cuenta que allí nadie se iba a acostar con nadie pero, durante mi estancia entre sus cosas, todo lo más que hizo fue jugar con una de mis manos e invitarme a descalzarme. Que yo recuerde malos tratos no presencié nunca y tampoco se me forzó a comerme nada que yo no quisiera. Una suerte bárbara o un instinto cojonudo, según se mire.

Una persona como yo, reitero, no merece una oportunidad de salida así porque, una persona como yo, duerme hasta hartarse de dormir, se absorta de cuando en cuando en sus propios pensamientos provocando comentarios del tipo "estás muy seria" "llevas un rato ahí callada", una persona como yo ni siquiera lleva dinero en efectivo, por lo tanto, la lógica incita más a alejarse de mi que a acercarme. Yo jamás he optado por proponerle a nadie algo semejante a esto que he vivido, tan dentro de mis cosas no meto a nadie así como así, y ni mucho menos tengo o muestro la cercanía y la transparencia que he recibido tanto de Jorge como de su amigo.

Flandes.

A pesar de haber aborrecido la cerveza durante el segundo lustro de los años noventa, el "prueba ésta, y ésta, y ésta" sorprendentemente funcionan conmigo. Regreso, entre unas cosas y otras, encantada habiendo aprendido y recordado cosas y detalles de mi misma que llevaba un tiempo obviando, encantada de constatar que hay gente por ahí en esta vida que hace y deja hacer pero, a la vez, regreso con la certeza de que ya puedo estar a miles de kilómetros o en las antípodas que siempre habrá un gesto, un olor, un instante, que me coloque allá, en el lugar donde no parezco tener pensamientos de moverme, entre Sus cosas.





I'd be innocent officially, but that's a big word - innocence. Stupid's more like it. Well, everybody is somebody's fool. The only way to stay out of trouble is to grow old, so I guess I'll concentrate on that. Maybe I'll live so long that I'll forget her. Maybe I'll die trying.

Michael O'hara

6 comentarios:

cuentagotas dijo...

Vaya, vaya. Me sigue dejando anonadada la forma que tienes de describir tu estado de ánimo. No lo dejes.

Y sigo creyendo que los tienes bien puestos, ala.

Juan Carlos Eberhardt dijo...

¿ de donde sacas el no merezco ?
tenes que vivir y disfrutar las personas que conoces , ellas tambien merecen tu acercamiento
un abrazo

Correcaminos dijo...

Recupero esto de la entrada que hice sobre Leucipo en mi blog:
12. Falsos y aparentemente buenos son los que lo hacen todo de palabra y no de hecho.

6 ó 7 mails para las personas que obran y no necesitan hablar, son más que suficientes.


La confianza estaba ganada con lo que escribes, porque tal vez Jorge hubiera podido pensar que eras una drogata ladrona y paranóica tal y como te pintas a veces, y mira tu por donde ni él asesino ni tu paranóica.

Estoy totalmente de acuerdo con Juan Carlos. Pensar que no te mereces algo es el principio de ponerte por debajo de alguien (como si la otra persona ya fuera mejor), y TODOS somos iguales.

Art. dijo...

Jo-der, vaya entradita. ¿Real o inspiración?

Sigue siendo buena de todas formas, pero si ha sido real... olé tus ovarios y tus ganas de vivir. La vida está para eso.

PD: la próxima llevate un spray antivioladores de todas formas.

Silvia dijo...

Me alegro de que viajes, siempre es bueno y levanta el ánimo. Piensa en próximo!

PD: Cuando fui a Bélgica, me olvidé de Flandes.

patry dijo...

eso de encontrar en cualquier el lugar del mundo algo o alguien que te haga sentir bien es maravilloso, parece como si hubieran 5,6,10 o 24 células unidas en el espacio por una sola razón como es la conexión.
me encanta tu viaje,
me encanta que tengas esos cojones que tienes para plantarle cara a las situaciones más pintorescas.