28 de noviembre de 2008

la chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina

Sí, el título de estos recuerdos viene a ser el título de la segunda novela póstuma de Larsson, y como me ha gustado mucho lo utilizo aquí en base a el mamotreto que tengo en mente escribir, y también porque quizá me lea ese libro. Y bien, una vez dicho esto, comienzo por el principio hasta que me harte.

La erótica del poder es una cosa muy chunga, que no se me olvide nunca.

Luis Alfredo, el jefe de personal de la empresa en la que me eroticé, tenía la planta y el porte de juan josé millás pero con quince años menos. No tenía oficio porque se vive muy bien del cuento y sobre todo cobrando como un respetable blanco trabajando en negro. No tenía vergüenza porque se pensaba que no tenerla le hacía más joven y considerable a mis ojos pero tampoco tenía la suficiente inteligencia como para engañarme. Sigue teniendo dos hijos y mujer, que ya es bastante.

A falta de licenciatura en económicas mi carta de presentación llevaba un par de ojos marrones tremendamente grandes y un nombre propio que según él no podría utilizar en ningún caso al coincidir con el de otra compañera. También, con mis ojos puestos, yo portaba una simpatía y un desparpajo fuera de lo normal así como un poder de convicción y una seguridad tal al explicarme que Luis Alfredo, por todo esto junto, no me había dado tiempo de regresar a casa y ya me estaba contratando.

Me gustó el sitio, el despacho que se me asignaba, el sueldo, el horario, las posibilidades de ascenso y el nombre de África por lo que así me hice llamar durante los más de tres años que allí trabajé puesto que me negué en rotundo a llamarme con mi nombre compuesto y porque mi apellido molón a Luis Alfredo le parecía que podía llevar a equívoco.

Como dije, Luis Alfredo me llamó la atención desde un principio por su parecido físico con millás y sólo por este hecho ya me apetecía escucharle. También porque era sociólogo y esa gente me raya. Él, por su parte, durante los primeros meses pretendía agradarme y acercarme a él por encima de cualquier otra cosa por lo que esa posición me resultaba muy cómoda.

Comía con África día sí día casi también y me hablaba de unas cosas y de otras, de todas y de todos, pagando casi siempre, en su intento de abarcarme. Por entonces, tan pronto me mostraba revistas de coches de los años mil para justificarme algunas conversaciones mantenidas anteriormente, como me llevaba a la oficina su creatividad plasmada con tinta china en folios din a-4, o bien me regalaba libros sin motivo aparente y me hacía siempre ser -sin pretenderlo- el puto centro de atención de todas y cada una de las reuniones internas.

Con el desbarajuste que allí había para mi era coser y cantar el hacer propuestas de mejora en las reuniones de departamento y una vez cumplidos los primeros plazos que él mismo me fijó y en los que me dio tiempo (de sobra) a reconducir y actualizar la contabilidad atrasada de tres años en tan solo unos meses, tuvimos la primera charla en la cual cumplió con lo estipulado: mi subida salarial, la titularidad del departamento, un % variable en comisiones y el acuerdo de fijarme un auxiliar administrativo que me quitase marrones.

Quizá cuando ahi le dije que procurase que el chico fuese guapo fue cuando se dio cuenta que no me conocía en absoluto y fue entonces cuando comenzó su paranoia. No lo sé. Sé que a partir de entonces comencé a cobrar en blanco más decentemente, que comencé a darme cuenta de esa -por entonces ligera- obsesión suya para conmigo, sé que a mi me hacían todavía gracia todas las tonterías mañaneras que me relataba y que esa posición estaba de puta madre en comparación con la del resto de féminas de la oficina, Ana incluida.(*)

No tardaron en aparecer ante mi de forma evidente sus ensimismamientos conmigo, me miraba con fijación y seguimiento casi absoluto, observándome, le daba igual que estuviésemos comiendo, hablando, tomando algo o trabajando. Como yo vivo siempre en la puta parra y como por entonces me follaba al Alberto muy alegremente en lo alto de la lavadora y en la bañera, yo no me percataba de adónde me conducía todo eso y todo lo que hacía era reirme y reirme porque allí se quedaba, ensimismado, mientras yo me partía de risa con Ana.

Me hacía guiños continuamente debido a mi acento al hablar y me contaba su vida entera mientras seguía observándome y en su particular proceso de intentar llegar a conocerme con su retahila de preguntas personales y directas. Recuerdo decirle que el novio de la Marisa me ponía mucho, sobre todo los jueves, pero que no pretendía tirármelo porque yo no entendía esas relaciones de estoy contigo pero me acuesto con los que puedo. Recuerdo contarle cosas como que en madrí no se puede vivir o que a mí era difícil sorprenderme porque yo me pasaba la vida controlándolo todo.

Él, en estas conversaciones, aparentaba la edad que realmente tenía y me decía cosas como que nunca se sabe, que había parejas que llegaban a determinados acuerdos ya fueran sexuales o de otra índole y que si estaban de acuerdo las dos partes no pasaba nada, yo reía porque también mostraba mucho interés en conocer a Alberto para seguir con su abarque, me enseñaba las fotos de sus hijos y me hablaba de la lactancia y de cosas que a mi me quedaban a años luz. También me dijo, por entonces, que sólamente había puesto los cuernos a su mujer una vez, que no había vuelto a hacerlo nunca más y que por lo tanto se trataba de una mujer maravillosa.

Los días y los meses transcurrían. La auxiliar administrativo a veces me daba más trabajo que el que le quitaba a África, pero mi tanto % de comisiones seguía al alza y la chica me hacía reir y me resultaba simpática. Luis Alfredo seguía muy contento de haberme conocido y por ello me concedía caprichos que yo muy simpáticamente aceptaba. Me hizo una propuesta interesante en cuanto a nuevas comisiones, se trataba de asistir a esas juntas y entonces yo así allí exponer ante los asistentes las cuentas, balances y presupuesto que yo misma le explicaba en la oficina. Acepté y debido a las horas extras a realizar comenzamos a pasar aún más tiempo juntos.

Esas juntas y reuniones siempre se producían fuera de la oficina y fuera del horario laboral. Ello conllevaba un par de horas de preparación, tomar un algo y después tener que coger el coche. No hacía mucho tiempo que Luis Alfredo se había provisto de otro coche, éste un mercedes-benz todo-terreno ML de edición limitada y propulsores de no se qué, y me lo enseñó encantado una noche en la que incomprensiblemente acudíamos a la reunión los dos solos.

En ese trayecto supe que yo también soy una mujer maravillosa. En el asiento del copiloto, al ser tan enorme, se podía hacer vida muy tranquilamente. No tardó en mostrarme el empuje de cada marcha de velocidad, las mil y una tonterías del salpicadero y sus alrededores y cómo no, el mismo firmamento, para lo que necesitó abrir el techo dejando paso a las estrellas a ciento y pico por la m-40, ya no recuerdo si julio o diciembre. Lo que no se me olvida es que mi pierna izquierda, por lo visto, también debía ser maravillosa, o poco menos que imántica.

Recordé a Ana en el instante de retirar su mano, como si fuera su pierna y no la mía. Recordé las veinte o treinta veces que ella me había advertido que lo de Luis Alfredo conmigo era todo tan evidente que no tardaría en hacerme proposiciones indecentes. No podía reirme por lo que todo lo que hice fue tragar saliva sin bajarle los pantalones! y explicarle lo primero que me vino a la cabeza, que cierta noche yo había visto la luna tremendamente hermosa, como nunca más había vuelto a verla y que era naranja. Como esa noche no había luna no sé el qué me contestó de los sillones de cuero negro.

Mientras yo recogía los papeles de la mesa tras finalizar esa junta le escuchaba algo más allá, bajo el marco de la puerta hablando con otro de forma muy cordial y muy así, no sé qué le decía de mi tierra, que como todo el mundo ya sabe es tierra de conquistadores y le decía esto mismo y no se qué de mérida y le contó como si al hombre le importara mucho de dónde provengo o si me gusta madrí por esto o lo otro. Recuerdo que miré y que los dos movían, no sé por qué, el nudo de sus corbatas y que me dio mucho asco. Sé que miré el reloj, que eran más de las doce de la noche y que pensé en mi madre, que ese día no me había pasado a verla y que me dije a mi misma que era la última junta a la que asistía.

En el camino de vuelta rechacé al menos por tres veces el irme a dormir a su casa. Me habló de la hora del reloj, de la temperatura de mi coche cuando lo recogiese, de la dificultad que encontraría al querer aparcarlo en mi barrio a esas horas y de la novia de la curva que se te aparece y te mata. Yo sólo pensaba en fundirme esa noche con Alberto entre sábanas, en fundirme todo lo recaudado y en que la mañana siguiente me levantaría a las mil si no lo pasaba discutiendo con éste que debía estarse preguntando qué había sido de mi.

Me dijo que envidiaba a Alberto, haciendo ya paralelo con mi -por entonces- 205, me dijo nuevamente que quería conocerlo, me dijo que yo era maravillosa y que él no tanto, pero y que él se había dado cuenta enseguida de cómo era yo porque él nunca fallaba. Yo me limité a sonreir, a asentir, y gracias gracias pero no le dije nada, ni que se parece al millás siquiera. Recuerdo que esa noche se despidió utilizando el diminutivo, Afri, cosa que con todo nombre me molesta que se haga.

A partir de aquella noche sí que tuve que acompañarlo una vez al decatlón en busca de una diana para sus críos o comer con él otro día en otro sitio nuevo o llegué tarde al trabajo por empeñarse en compartir el helado conmigo pero ya no volvió a ser lo mismo nunca, ya no me hacía ni puta gracia nada y el comunicarle mi decisión, de no asistir nunca más a juntas a deshoras, precipitó todo, surgió el celo de su avaricia y el que le robase aquel mechero.

Hubo que ir a una comida de empresa que se celebró en su misma casa, allá en su chalet en la sierra. Según me disponía -literalmente- a poner mi culo en una de las sillas, concretamente entre Alberto (que estaba justo a mi izquierda) y el novio de Ana (a mi derecha), Luis Alfredo me indicó que No, que yo me sentara allá, a su lado, y que tres o cuatro de los presentes que estaban ya sentados también iban a recolocarse a su gusto inmediatamente y por sus santos cojones. Tal fue la vergüenza que pasé que me senté allí donde me había dicho, sin rechistar. Alberto todavía se estaba riendo por responder (ya por instinto) ante África.

No pareció gustarle que Alberto me llevase subida a burro entre risas ya que de esa forma no escuchábamos lo que él tuviera o tuviese que comentarnos mientras paseábamos por las calles de su pueblo ni tampoco le gustó que Alberto le metiese una paliza jugando a su pimpón mientras yo en otra sala sonreía falsamente a su mujer. Igualmente me pidió explicaciones y me puso caras al ver que habíamos llegado en el coche de Ana y que pretendíamos volvernos a madrí con otra y con su novio fumaporros. Alberto simplemente alucinaba.

Haciendo uso de mi mala memoria al poco tiempo Luis Alfredo me juró, mirándome a los ojos, que ese 15% de comisión se había fijado como máximo en su momento y que no podía del verbo poder ofrecerme más. Yo le mentí del verbo mentir y dije creerle, no quería problemas pues ya los encontraba en el hospital y no volví a hacer una sola hora extra más, estaba segura que no se había fijado tope alguno y me desmotivé por completo.

Ana, ensimismándose al verle teclear, averiguó la contraseña para su carpeta privada del pc, accedimos y pudimos leer lo hermética y lo maravillosamente ingenua que nos veía a ambas. También vi el 21% que él sí estaba cobrando pero que a mí se había negado a concederme marcándome la puta niña bonita. A raiz de aquí comencé a esquivar sus frecuentes preguntas directas tachándolas como impertinencias en varias ocasiones y también intentaba esquivarle en la hora de la comida siempre que me era posible.

Comenzó a joderme y a recortarme retribuciones, que se suponían, a partes iguales. Ana me contaba haberle oido hablar de mi supuesto 12% habiendo cobrado yo un 8% y así, me presentaba ante los demás como ejemplo y sin embargo no dejaba de recortarme. Cuando me mostraba a la defensiva porque estaba hasta la polla él luego les decía a todos, a mis espaldas, que el hecho de negarme a hacer horas conllevaba a multiplicarse en ellas a algunos de los presentes, me tachaba de egoísta y de velar por mis propios intereses y me llamaba a todas horas sacándome de quicio y de la fumada.

Mi madre se fue al cielo donde no hay hijos de puta como él, que me seguía hasta el baño para preguntarme el por qué esto o por qué lo otro, que me apelotonaba los papeles en la mesa por tener que dedicarle más de una hora de reloj al teléfono que si tal que si cual, que me observaba siempre y permanentemente y que se había escuchado el disco de bebe unas setecientas veces porque le recordaba a la forma que tengo al hablar.

Las cosas con Alberto empezaron a no marchar del todo bien y cuando a veces me entretenía más de lo habitual y tardaba en subir a su casa me empezaba a joder también con preguntas ridículas respecto a Luis Alfredo. Yo le decía al Alberto que no me sentía bien, que estaba muy harta de todo y que me iba a reventar la cabeza. Él, por su parte, me aseguraba que todo estaba bien, que echaba sólo tres partidas más y se iba a dormir conmigo y que Luis Alfredo era un hijo de puta porque él pasaba más tiempo conmigo.

Recuerdo que entonces se sucedieron mis ataques de ansiedad.

El primero de ellos me llegó estando yo sola, en el burguer, leyendo el mundo deportivo, ronaldinho le había metido un golazo al sevilla en el camp nou una noche que dieron de cena gazpacho a todos los asistentes. Debía incorporarme al trabajo en un cuarto de hora pero me veía incapaz de moverme, cogí el móvil como pude pero los dedos se me agarrotaban clavándome las uñas de forma que me era imposible lograr marcar, le pedí ayuda a la pija de la mesa izquierda que me confundió con una leprosa y se largó de allí mirándome mal. Intentaba llorar sin mucho éxito al verme allí estática y con mil y un trabajos marqué el número de Luis Alfredo que en cinco minutos me recogió junto con otra compañera.

Recuerdo después el bajarme de otro de sus coches, éste un c-5, frente al centro de salud, que salió una enfermera y me metió 0,50 de trankimazin debajo de la lengua y que me llevó Luis Alfredo dentro, sentadita en una silla de ruedas. Recuerdo recordar entonces a mi madre bajando en la silla hasta la calle tras la visita ya frecuente de la ambulancia de turno. Me metieron en una habitación y me echó un celador sobre la camilla. En diez minutos vomité el whopper y los dos últimos años de mi vida, después entró a verme Luis Alfredo y me dejó en el bolso 20 euros para mi vuelta a casa.

El segundo ataque de ansiedad me dio comiendo con Luis Alfredo y con los otros dos deficientes, los dos propietarios del negocio. Me había pedido de primero arroz a la cubana. Juan se encontraba hablando de las tetas de la pamela, vigilante de tinte y playa, y se me revolvió el estómago al comprobar, una vez más, los ojos de Luis Alfredo en el hoyito de mi cuello mientras el otro subnormal no se callaba y su cara se volvía del color de mi plato. Recuerdo que me levanté sin más y eché a andar hacia la calle pero antes de llegar a la puerta tuve que sujetarme con el pico de una silla pues creía caerme al suelo de pura debilidad. Dos pasos más y ya tenía a Luis Alfredo pidiéndome tranquilidad sosteniéndome con fuerza por un brazo.

Me eché sobre la mesa en la sala de reuniones y poco más tarde se incorporó a trabajar Ana y pasó un rato allí conmigo y comencé a encontrarme algo mejor. Después recuerdo que entró por enémisa vez Luis Alfredo y que ella nos dejó solos y recuerdo que yo llevaba puesta una falda y las uñas de mis pies, allí abajo, eran de color rojo caoba.

Cuando poco después ya todo estaba fatal dentro de mi y cuando decidí apartar al Alberto de mi vida, Luis Alfredo comenzó a hablarme del malfollar, de la pérdida de valores en la juventud, de mis muchas oportunidades y de su puta madre. Hacía montañas de arena una y otra vez con mis cosas porque yo no me molestaba en darle explicaciones de mi vida y mucho menos de mis relaciones y eso le reventaba.

Organizó un viaje de empresa al cual en principio me negué a ir sin tener pareja ya que todos y cada uno iban acompañados y después, ante su mucha insistencia, le pregunté si era posible llevarme a César. Sorprendentemente me contestó que él no iba a pagarme siete polvos con mi rollete de fin de semana en la rioja. Me cagué en su puta madre y le pregunté quién se creía que era, así mismo y literalmente.

Él fue quien, unos días después, escuchó por el móvil y de golpe y porrazo y boca de Juan (el propietario), que yo me marchaba de la empresa en 8 días y que ya le había entregado mi carta de renuncia. Había sido, tiempo atrás, capaz de llamarme durante mis vacaciones, jodiéndome alguna que otra mañana, pero para llamarme en estas otras circunstancias no tuvo cojones. Él fue quien le indicó a Juan que no me pagase ni un duro en negro, estoy segura que fue idea de él y él mismo se inventó una indisposición en mi último día para no estar presente cuando me riese de ellos en la cara.

No había transcurrido una semana y me llamó al móvil para disculparse, me habló de la amistad, de los colores, de la vida en general y de la nuestra en particular. Recuerdo que esa tarde me estuve fumando un canutito escuchándole todas esas tonterías, le pedí mi dinero y se negó a dármelo porque y que había que empezar de cero. Le mandé a la mierda puesto que se pensaba que las condiciones las seguía poniendo él, así mismo se lo dije.

En unos días ya le tenía al teléfono de nuevo pidiéndome esta vez que por favor regresara a la empresa, que no era nadie sin explotarme de nuevo. Le contesté que nos tomáramos un café o un algo para que me pagase parte de lo que me debía y para decirle lo que pensaba a la puta cara. Quedamos en vernos el día siguiente en el complejo de azca y cuando le vi aparecer, sin traje y sin corbata, supe de inmediato que acudía a comerme la cabeza o tal vez la boca.

Me habló de mucha mierda y le contesté con más de la misma y cuando llegó el momento oportuno le dije, con los mismos ojos con los que le miré al principio, que no había conocido en mi vida a nadie tan hipócrita, tan avaricioso, tan falso, tan malo y tan ya no me acuerdo pero qué agusto me quedé esa tarde. Sé que cuando me fui -y sin pagar un duro- comprobé que en aquél bolso de cuero rojo no llevaba papel y que entonces me paré en la calle infantas hasta conseguir un par de papelinas.

Podíamos habernos visto unos meses después de aquella comida pero no se presentó. Yo sí. Acudí a los juzgados de alcobendas, me presenté como testigo en el juicio que se celebró tras la denuncia de la madre de Juan hacia su marido, el deficiente propietario de la empresa. Luis Alfredo, como buen jefe de personal, decidió despedir primeramente a la hermana de Juan, hija también del deficiente propietario, la echó por puta y por mala y tras hartarse de lamentos también decidió despedir a la madre. Como los lamentos continuaron en el hogar el deficiente se compró un mercedes no sé si benz o no, se echó una novia guacamaya de veinte años menos y pidió el divorcio. Y allí estaba yo para dar por culo.

Siempre pensé que la sala de lo laboral y lo civil en los que se celebran ese tipo de eventos tendrían bastante más relevancia estéticamente hablando, pero no. Son salas como el salón comedor de tu casa, poco más, todos sentaditos en esa pequeña tribuna a dos palmos del suelo, fiscal y no se quién a la derecha, con la juez de frente escoltada por dos no sé quiénes y al otro lado la defensa con su no se quién y tú ahi abajo, en el medio, al lado de un micrófono para que la justicia te oiga alto y claro. A la izquierda tienes al criminal o deficiente en este caso. A la derecha tienes al que ya sólo se lamenta.

La fiscal antes de entrar me dio las gracias por acudir y yo recuerdo darla dos besos mientras pretendía recordar sin éxito la canción que escucha siempre el bizcochito de ally mcbeal. Dentro ya me sabía las preguntas que me iba a hacer, ellas querían demostrar entre lamentos la pura verdad, que Luis Aldredo es un ser extraño para su familia y que es él quien realmente tiene el poder dentro de la empresa, que ni ella ni su hija hacían ni el huevo y mucho menos lo cobraban.

Yo era consciente que era tarea difícil puesto que en ningún papel blanco figuraba que ese ser trabajase en parte ninguna, pero la fiscal les dijo siete u ocho veces que todo iba a salir bien y yo por mi parte me limité a asentir, sabía que esa señora era y seguirá siendo la última mierda casada o divorciada pero que también hay hijos de puta que nacieron con suerte y con ella morirán. Tan sólo en la primera parte de las preguntas, cuando me habló la fiscal, me permití el lujo de hacer un pequeño paréntesis porque sabía que había un chivato en la sala.

-¿conoce usted a Luis Alfredo De Mi Vida?-

-sí, lo conozco

-¿quién es?

-un impresentable

-limítase a contestar en el plano profesional o laboral

-sí, de acuerdo

-empecemos por el principio, srta. de apellido molón, ¿por qué se marchó usted de la empresa?

-me di de baja voluntariamente bla bla blás irrelevantes.

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(*) Ana, que también me llama África en esta vida, le sigue teniendo como superior laboralmente hablando, ahora y todavía, en noviembre de dosmilocho, y me cuenta ahora los últimos movimientos de él y a mi ya me da la risa. Nunca jamás en todo este tiempo le ha preguntado a Ana por mí aunque sabe, perfectamente y por ambas partes, que ella y yo somos amigas.

Ana ahora me dice que Luis Alfredo se ha hecho un cambio de look y yo me pregunto si realmente se parecerá al yonni deep ese que tanto le gustaba como actor, me cuenta que se ha cambiado el nombre y visto lo acontecido yo la pregunto a ella si se hace llamar Talibán o qué ha escogido, ella me indica que se hace llamar Juan y ella piensa que esto lo hace para deshacerse posteriormente del susodicho y suplantarle sin más puesto que el viejo ha de morirse hoy mejor que mañana. Me dice que ahora Luis Alfredo asiste a clases de teatro y yo no sé de dónde saca las horas del día el muy hijo de puta, y dice que se mueve por la oficina como si tuviera quince años.

Ella hoy lo califica de patético y yo, tras todo lo aprendido, lo que siento hoy es mucha repugnancia y pena profunda de la raza humana.

24 de noviembre de 2008

lo que hay que oir da que pensar

-Qué lástima
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Al Alberto no le gustaba hacérselo conmigo en la terraza no fuese a verle alguien. Alguna vez que otra -todas ellas al principio- sí que follamos encima de la lavadora, en la ducha, en la terraza sí porque sí, en el ascensor, saltando una valla, sitios que yo no sé dónde estamos, y en el sofá de la Marisa, que se pensaba que el piso era suyo.
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La Marisa (mallorquina, peluquera por cuenta ajena, champú biofruttis - envase verde, fortuna light mierda puta, pelos en la mesa), mi compañera de habitaciones. yo cobro por habitación (aunque el piso no valiera una mierda), gastaba por entonces un novio de sierra de fuentes más acá o más allá, cacereño, con unos ojos azul tajo preciosos, que no sé si era rubio o moreno porque la Marisa, peluquera por cuenta ajena, nada podía hacer con su cabeza rasurada y siempre que le ví era de noche y en manga larga y del color de sus cejas ya no me acuerdo, joder.
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El novio de la Marisa, extremeño él también, estaba bastante tremendo sobre todo los jueves. Yo llegaba y me lo encontraba sin un puto pelo en la barba como siempre y siempre limpito y oliendo bien y siempre atareado, que cuando no estaba barriendo estaba fregando y cuando no él mismo se hacía la cena y la cama, casi siempre cogía el mismo colchón porque según su enamorada es un piso de chicas y los novios duermen en un colchón aparte.
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Yo me follaba al Alberto cada vez que me convenía en el piso que compartí con la Marisa, aunque se pensara que el piso era suyo, y me lo hacía en horarios de peluquerías abiertas al público. Me lo hacía que si esto que si lo otro en la cocina, mientras el extremeño con su jersey nuevo se encontraba cortando unas berenjenas en el comedor ignorando todavía el enésimo enfado absurdo que traería la Marisa, y me lo terminaba de hacer en mi habitación de chica mala, con Alberto en mi oído repitiéndome que teníamos a alguien haciendo la cena.
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La misma tarde que Marisa me dijo que me había cogido de mi armario mi cazadora negra terminé echando el primer polvo en el sillón del comedor, algo sin mucha importancia, con Alberto y rapidito porque yo tenía que meterme como siempre bajo tierra camino del metro y él irse a estudiar oposiciones.
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Otras veces ni aún viniendo de saltar una verja y estando oscuro como estaba y la piscina vacía tuvo los huevos para meterse en el agua.
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Alberto también me hacía la cena de vez en cuando y los fines de semana me hacía siempre la comida. Al principio me despertaba con sus ojos observándome las tetas, tan verdes, después una vez me hubo aprendido se limitaba a hacerme las mismas seguidillas y a concederme los mismos caprichos porque este camino ya nos le sabemos y porque me gusta correrme sin funda y adentro.
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Cuando se animó y/o cuando se me iban los ojos y me quitaba la palabra de la boca -ey, Angel, tío, dónde vas, qué guapo- y ya sí que quería montárselo conmigo en tierra mar y aire a mi ya me daba igual quién estaba en el salón, no me apetecía siquiera el meterle mano, para qué, tampoco si hacía dos días o tres días o qué es lo que me estás contando.
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No tengo buen recuerdo de verle allí conmigo en la ducha, por ej., aunque tampoco recuerdo que allí sucediese ninguna catástrofe; no debía ser nada especial y quizá por eso no recuerdo volver a la ducha con él más veces que aquellas.
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En sitios desconocidos era mejor que no porque nunca se sabe qué o quién puede aparecer o siempre había que cerrar alguna puerta o escuchar a ver quién llamaba, se convirtió todo en un follar por follar, en un gemir por gemir, en un sí sí te digo que sí pero es que no y no digas que estás sola cuando esto está lleno de gente.
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Recuerdo ya al final que nos fuimos de vacaciones para intentar arreglar algo que ya no se sostenía por más base fundamental que se aplicara y recuerdo ahora que ni tan siquiera reparé ya en arreglarlo a polvos, tampoco sabía qué estaba yo haciendo allí.
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-Qué poco amor hicimos.
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Esto mismo o similar dirá la chica culpable de que yo escriba todo esto y a la cual oigo gemir ahora, desde aquí, en el 2º algo, aquí a mi izquierda, y que parece estar en la cama con otro ser. Ella es mujer, eso seguro, y quizá piense de aquí a un tiempo lo que yo pienso, o quizá no, no lo sé, sólo sé que soy yo quien la oye gemir y que prefiero estar aquí sola y drogándome.
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Alguna vez dije por ahi no sé cuando pero lo sigo pensando que se folla bastante más de lo que se hace el amor porque si hay que follar se folla y todos los días son días de fiesta, pero el amor, no, el amor se trabaja, y a nadie le gusta trabajar.
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Y yo voy ahora de arranque, desde este punto I, y teniendo en cuenta que no follo desde mayo, que ya se han marchitado las flores y que. hablando de flores, voy allá, a intentar arrancar mi espinita, sé que me merece la pena trabajarme a Angel.
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-Me lo voy a currar.

22 de noviembre de 2008

punto de inflexión I

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Sábado, 19.25 horas.
Aún no he salido de casa ni, apenas, de la habitación.
He quedado con César para cenar por ahi, en un sitio nuevo que ha conocido en las inmediaciones de Gran Vía.
Voy a salir por todo lo dicho más que por apetencia.(*)




* f(x) = x4 + 2x no tiene puntos de inflexión porque la derivada segunda es siempre mayor o igual que cero, por tanto no hay cambio de concavidad. Sin embargo en x0 = 0 la derivada segunda se anula y la primera derivada no nula en x0 = 0 es la derivada cuarta, que es positiva. Observese que f tampoco presenta un extremo en x0.

20 de noviembre de 2008

Dulce introducción al caos

No me gusta que me espíen.

Tampoco me gustan las patatas cocidas ni los madridistas pero eso no viene ahora a cuento.

No me gusta que me espíen y lo están haciendo. Mientras yo estoy aquí, frente al teclado, ellos no dejan de observarme ni un instante, acompañando todos y cada uno de mis movimientos, sin descanso. Son ellos, los remordimientos.

Parece que no estén pero sí, sí, ahí andan.

Caminan dentro de mi cabeza con la misma inercia que bajo yo las escaleras mecánicas de Tribunal y, a pesar de mi esfuerzo en intentar perderles la pista, no hay manera. Anoche justamente les escuché decir que pretendían quedarse y no se qué de razón (que no es lo mismo que: y no se porqué razón).

La otra realidad

No quiero dejar de quererle y por eso ellos me persiguen, entiendo.

Llevo ya unos cuantos días (semana y) inculcándome que tengo que olvidarle para salir de esta parálisis pero luego no quiero hacerlo, no quiero olvidar porque tengo conciencia que no me he puesto a querer siquiera, qué es entonces lo que tengo yo que olvidar y por qué. No quiero.

Sin ser, ni oir, ni dar

Yo creo que lo que voy a hacer es quererle otro poco, sí, eso es lo que quiero.

Sigo preso, pero ahora el viento corre alrededor

Hace ya muchísimo tiempo que no le quiero a los ojos, yo creo que desde entonces o así, cuando Él me decía que yo sólo pensaba en fumar y fumar y tirarme al sol. Hoy soy más o menos lo mismo, tal y como Él dijo, soy de fumar y fumar, aunque no tengo pensado decírselo.

Y es que yo siempre termino diciéndole muchas tonterías pero quererle lo que es quererle le he querido más bien poco, yo sé querer más y mejor. Además que, de aquello hace ya tanto tiempo que ni me acuerdo, ya es hora de querer otra vez y luego, si yo le quiero mucho y él no me quiere nada, entonces ya sí tendré que olvidar y ya entenderé el que me sigan los remordimientos pero por haber querido tanto o cuánto, no antes.

No me gusta que me espíen y lo están haciendo. Son ellos, pero pienso dejarles atrás y voy a disponerme a quererle todo lo que me de la gana y otro poco más porque eso es lo que realmente quiero hacer y sé que no he hecho, cómo no me van a seguir si ellos saben de sobra lo que hay.

Se asoman y yo estoy aquí, paralizada, y ven cómo estoy y me dicen no se qué de razón y yo sé que olvidarle, así como así, no voy a conseguirlo así que a querer se ha dicho y luego ya veremos si me tengo que poner a olvidar sí o sí o ya sólo dedicarme a querer sin fin. Ninguna de las dos cosas la he llevado a cabo nunca.
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Por desobedecer, por ver al sol salir, por sacar la cabeza fuera

18 de noviembre de 2008

dolor de muelasNOLEER



PARTES IMPLICADAS EN DOCUMENTO
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Esafea: falsificó dni y eso desencadenó todo.
Chafan: víctima del sistema.


RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS, MEMORIA MEDIANTE

I. Julio 2007. Sábado. Playa nosequé en Campoamor (muy importante aquí el amor), Alicante. Quince cuarenta.
Hambre y calor. Piden una paella para cuatro en el restaurante más cercano a la arena. Frente a Chafan, César, con tres horas de sol mañanero en el cuerpo, se ríe. A la izquierda de Chafan se encuentra Ana y frente a ella su novio. Ana y Chafan colocan ambas su bolso personal en el respaldo de sus respectivas sillas de forma que los dos bolsos quedan colgando de las mismas, muy juntos.

II.
Hace más de veinte minutos que han pedido una paella para cuatro, a Chafan la da tiempo a ir al baño y a servirse la tercera copa de vino. César ansía volver a la toalla porque la tarde es espléndida. Ana no fuma y Chafan sí pero al que la acaba de robar el bolso, ya sea femenino singular o su puta madre, al parecer, el fumar o no fumar le toca la polla. Chafan se queda sin vida acreditativa, y sin los últimos quince días o así de pereza que llevaba metiditos en el bolso, al igual que sin papel, sin china y sin tabaco.

III.
Chafan encuentra un mechero mientras registran todos los contenedores de la zona. Cuando regresa y ve que sus compañer@s no han encontrado nada le grita al aire -y a los alrededores- incontinencias varias y se caga en dios.

IV.
Chafan a través del móvil de César anula primeramente su número de móvil en la compañía telefónica y después anula la tarjeta de débito del santander.queremos ser tu banco.

V.
Anulan la paella para cuatro y comparten bocadillo para dos. César paga a Chafan comida y tabaco. Mechero tiene.

VI.
Esa tarde Chafan ni fuma, ni toma el sol, ni escucha mp3, ni paga, ni lee mensajes, y duda si ha perdido el número de móvil de Angel para siempre.

VII.
Chafan comienza a sentir ligero dolor en muñeca derecha, mano con la que escribe y con la que fuma. De tenerle que retorcer a alguno la polla también lo haría con la mano derecha. Cenan los cuatro varias raciones de pescaíto frito y Chafan se lamenta de no poder echar un polvo siquiera como consolación, con los amigos no se folla.

VIII. Domingo. Hotel nosequé en Campoamor (muy importante aquí el amor), Alicante. Once cuarenta.
Chafan llama a través del móvil de César a la guardia civil, le indican que debe presentar denuncia escrita en comisaría de Denia, Alicante. Los cuatro regresan a Madrí.

IX. Alcobendas-San Sebastián de los Reyes, Madrí. Veintidós horas o más.
Chafan porta el brazo derecho con un dolor terrible, quejándose continuamente, y César -muy profesional él- diagnostica ♫ te jodes, haber estudiado cuando estabas a tiempo ♫. Tendinitis. Chafan conoce perfectamente camino a comisaría de policía ya que guardó cola tiempo atrás para conseguir pasaporte. Ana la indica antes de marcharse que cuente que ha sido un tirón, que así es aún más probable obtener indemnización y que ella misma la tramitará las gestiones con el seguro.

X. Comisaría de policía de Alcobendas, Madrí. Cero veinte.
Chafan presenta denuncia de robo de su bolso personal con forcejeo y persecución incluidos. Asegura que ese ser vestía con ropa oscura, que no medía más de un metro sesentaysiete, con pelo corto y que era muy veloz. Chafan logra a duras penas firmar con su mano derecha -con la que se escribe y se fuma- las cinco copias originales de la denuncia porque el dolor en el brazo es por momentos insoportable. Agente malo lamenta que Chafan se haya visto envuelta en esa situación, la habla de rumanos y ella piensa en los muertos en patera, la habla de secuelas físicas y ella piensa en baja médica y sofá y cenicero. La pregunta acerca de César y ella piensa en agente malo dando por culo a César y piensa que esto a César no le gustaría nada y sonríe.

XI. Alcobendas, Madrí. Una cero cinco.
Chafan y César llegan a centro de salud, Chafan se retuerce de dolor. Allí dos venezolanas y otra de segovia esperan pacientemente su turno. Chafan pregunta tres veces por el doctor mientras César la insiste en cambiar centro de salud por farmacia. Así lo hacen. César saca dinero en el cajero automático más próximo y entrega dinero a Chafan y tras comprar medicamentos para mitigar el dolor vuelan hacia el metronorte.

XII.
Esa noche no se fuma y no se duerme.

XIII. Lunes. Hospital Clínico de Madrí. Ocho treinta.
Chafan comienza desde ese entonces a mostrar su denuncia a todo aquél que se le pone por delante y la primera es la chica de recepción del hospital, después espera pacientemente su turno en urgencias. Poco después enfermera gorda la extiende el brazo y corrobora escribiendo que sí, que efectivamente duele mucho. La misma tendinitis del día anterior.

XIV.
Chafan llama desde el teléfono fijo de la casa de su hermana a la empresa para la que trabaja y explica lo ocurrido con forcejeo y brazo dañado, después baja a comprar el pan. También llama al seguro de hogar de la casa de su padre y a telefónica pidiendo copia de la última factura para rescatar el número de Angel. Bueno, y a Fran, para contárselo. Sale y regresa a casa hojeando un catálogo de móviles, se tira en el sofá y piensa en cómo lograr hacerse un porro utilizando solamente la mano izquierda.

XV.
Chafan envía fax a movistar solicitando baja en el contrato. Piensa que si la guacamaya que la coge el teléfono y que trabaja de tarde en movistar no la quiere suministrar otro móvil de forma gratuita a pesar de haber sufrido un robo entonces se cambiará a vodafone y listo. Entrega a Ana documentación del seguro de hogar de su padre y copia de denuncia del robo de enseres.

XVI. Tienda vodafone. Madrí.
Chafan se persona y trata con una comercial muy amable pero al no tener bolso donde llevar dni suyo u otro robado no consigue adquirir teléfono.

XVII.
Chafan rescata móvil antiguo tamaño walki-talki del armario de objetos obsoletos y tras adjudicarse ya no recuerda cómo una nueva tarjeta con su número de siempre recibe al menos unas cuatro llamadas de movistar pero solo consigue hablar con ellos minuto y medio de seguido, se caga en dios y en la batería. Cuando logra por fin enchufar el walki a la luz eléctrica recibe de nuevo llamada de movistar por parte de operadora eficaz y tras negarse rotundamente a gastarse dinero o puntos la operadora eficaz cede y la ofrece contraoferta a vodafone. Tras discutir modelo gratuito de móvil apalabra en conversación grabada su permanencia en la compañía y el recoger su nuevo móvil gratis en tienda más cercana.

XVIII.
Mientras ella guarda cola en un carrefur de Madrí, Esafea en Denia, Alicante, saca todo el dinero de Chafan de su cuenta del santander.queremos ser tu banco.y cada día el de más gente. Ninguno de los dos operadores imprudentes verifican con su oficina de Madrí la solicitud de Esafea, no se extraña ninguno que Esafea porte un primer apellido tan chulo y tampoco el segundo de ellos repara en que Esafea pretenda dejar en dos tacadas y cosa de 20minutos una cuenta de ahorros de Madrí con un saldo de siete euros con veinticinco por el culo te la hinco en Denia, Alicante.

XIX. Un par de días después. Catorce cuarenta.
Chafan desde casa de su hermana entra en la web, santander.cóm.o no vamos a querer ser tu banco y se encuentra que todo lo más que podrá apostar al barça esa noche son 7,25 porque en dos movimientos y una sola mañana han limpiado su cuenta. Chafan inmediatamente coge unas llaves que no son suyas y sale de la casa de su hermana, donde habita, dando un portazo.

XX. Sucursal bancaria de ahorros chafandikes. Quince cero uno.
Llega a la sucursal pero cinco minutos antes habían cerrado. Grita al aire incontinencias varias y se caga en dios y en denia. Piensa en su brazo y en el dolor y como no puede hacer cortes de manga se limita a dar patadas a la puerta. El director o similar la amenaza desde dentro con aspavientos indicando que él sí tiene móvil y que llamará a la policía. A Chafan la da la risa de la rabia porque eso mismo se dispone a hacer ella no sin antes ponerse a pitar con el peugeot a la puerta de la oficina.

XXI. Comisaría de policía de Carabanchel, Madrí.
Presenta segunda denuncia, esta vez por robo de fondos de su cuenta bancaria.

XXII. Madrí. Barrio semidesconocido aunque chafandike.
Chafan en cuanto averigua dónde se encuentra la ferretería más cercana allí acude y cambia cerradura de la puerta de la casa de su hermana y cerradura del peugeot. Comienza a hacer fotocopias de todos aquellos ticket de compra que no se sabe el qué pone que se compró y cuya fecha de pago fuese de tres meses atrás o así. Se gasta una pasta en sms pidiendo tickets a todo títere. A veces escanea en el trabajo y así se ahorra tener que ir a hacer la fotocopia. Cualquier cosa comprada parece que la vale para haberlo llevado metido en un bolso tamaño alforja.


XXIII. Sucursal bancaria.
La segunda denuncia junto con la primera se las estampa en la cara al director de su sucursal indicándole igualmente que los quince días de comprobación de los que la habla se los puede meter él por el culo, que en cuarentayocho horas ella tiene que estar de vacaciones, que en ese tiempo o bien sus fondos han regresado a su cuenta o presentará denuncia al banco y a él como director, le indica que de no ser así reclamará lo que haga falta por daños y perjuicios con llamada a telemadrí incluida.

XXIV.
En las cuarentayocho horas posteriores Chafan comprueba que por fin tiene el saldo que tenía y que apuntándose a la ocu te ponen asesor jurídico gratuito y te envían gratis una radio cd. La Sandra, que por aquél entonces era amigüita de Chafan y la llamaba y todo, la dice al teléfono que ella está dispuesta a comprarse dos botes de aftersun y que se los paguen. Chafan la dice lo menos tres veces que la fecha de compra debe ser anterior al robo.

XXV.
La vida continúa en Madrí y Chafan comprueba diariamente que su dinero no se mueve aunque a partir de este momento debe comenzar a identificarse de siete formas distintas en las sucursales del santander.queremos ser tu banco distribuidas por toda la península debido al alto nivel de seguridad de su cuenta ahora. Esafea en Denia, Alicante, con dni de Chafan [foto], se compra tres móviles a cargo de Chafan, firma guarramente la adquisición y se los lleva saliendo por la puerta y desde entonces comienza a llamar por teléfono a gentes a todas las horas del día y de la noche.

XXVI.
Chafan primeramente recibe facturas de movistar de números extraños a su nombre y en su domicilio y después comprueba que, al contrario del muro de seguridad que ella se encuentra cuando acude a una sucursal y pretende sacar dinero, los recibos que Esafea ha domiciliado a su nombre se cargan divinamente disminuyendo de nuevo su saldo bancario. Entiende que la están suplantando y los devuelve ese mes y del mismo modo también debe hacerlo el siguiente. Desde ese momento comienzan los problemas con el banco ya que tan pronto devuelven absolutamente todo (letras de préstamo incluidas) como cargan de nuevo las facturas de esos teléfonos.

XXVII.
Chafan solicita a movistar la copia del contrato de esos teléfonos ya que recibe varias amenazas por escrito por parte de la compañía marcándola unos plazos de pago o que de lo contrario la anularán su propia línea.

XXVIII. Comisaría de Tetuán, Madrí.
Chafan presenta tercera denuncia, esta vez por adquisición de teléfonos a su nombre y cargo. Como le tiene que enseñar al policía becario en qué orden se coloca una página 3/5 respecto a las demás páginas, termina echando la mañana en la plaza de la remonta ligando con otro de los malos -pero más feo y más malo- al que le cuenta de todo menos que llevaba cuatro gramos de hachís en la guantera del bolso.

XXIX.
Chafan se pelea en un par de ocasiones con movistar porque responsable retrasado la insiste en que la compañía tiene contratos firmados por ella, se intercambian amenazas varias entre ellos, uno que si juicio otra que si polígrafo. Chafan envía de nuevo fax a movistar solicitando baja amenazando con demanda. Le entrega a Ana certificado de empadronamiento en el domicilio de la casa de su padre junto con copia de todos los tickets de compra de cosas raras que ha podido conseguir reunir hasta el momento.

XXX. Ayuntamiento de Madrí, distrito periférico.
Chafan, siguiendo instrucciones de la ocu, presenta denuncia vía calidad y consumo, denunciando a movistar y al banco santander.queremos joderte la vida cargándote recibos que no son tuyos. Piensa que no dejan de joderla y que cuando no la llaman es porque la han escrito y así sucesivamente.

XXXI.
Chafan recibe indemnización del seguro de hogar de su padre, 232,26€, una mierda teniendo en cuenta que en la denuncia hizo constar la pérdida de 300 sólamente contando efectivo.
Recibe escrito de movistar lamentando molestias y jurándola que ya han rectificado y que se han dado cuenta que Esafea ni de coña podría falsificarle la firma [foto]. Como muestra de paz cristiana la hacen llegar promociones exclusivas desde entonces con cierta asiduidad.
Recibe escrito del santander notificándola que desde que empezó a insultarles a la cara pasa a ser cliente preferente, 0% comisiones con carácter retroactivo.

XXXII.
Chafan recibe llamada de la comisaría de la guardia civil de Denia, Alicante. Le hacen saber que Esafea ha sido detenida unos días atrás cometiendo otra fechoría y que mediante un registro a su domicilio le han incautado dni falsificado con datos chafandikes [foto] y también un teléfono móvil que según verifica Chafan es uno de los números que contrató a su nombre copiando guarramente en el contrato su firma imposible. El malo majete la explica que hay proceso judicial abierto y que además de ser guapa ella puede presentarse como parte de la acusación, por sufrir suplantación de identidad y que esta broma está tipificada como delito. La pide copia de todas las denuncias y ella se las hace llegar. La pregunta si quiere saber algo de la nacionalidad o identidad de la detenida pero Chafan le indica que no es necesario, la da realmente igual.

XXXIII. El otro día, noviembre 2008.
Chafan recibe llamada de juzgado 2X de Madrí, la explican que el proceso judicial se llevará a cabo en Denia, Alicante, y que ya se han abierto diligencias. Chafan piensa que Esafea será probablemente insolvente pero que ella va a acogerse gratis al fiscal de oficio personándose como acusación particular siempre y cuando esto no conlleve gasto económico alguno y lo hará así ya que piensa que si Esafea la jodió las vacaciones ella quizá pueda joderla ahora el bolsillo si es que no es otro parásito social más.

XXXIV.
Chafan recibe fax del juzgado en el que la hacen llegar copia de toda la información del caso y en el que lee por vez primera el nombre y apellidos de Esafea. Esta aparece como supuesta autora de los hechos y como espanyola de toda la vida. En el mismo fax se puede apreciar que la guardia civil presenta conjuntamente informe del banco santander.queremos pillar cacho también. El banco se presenta como acusación y presenta testimonio de estafa mediante dos videos de las cámaras de seguridad de las oficinas en Denia, Alicante donde Esafea entraba y sacaba el dinero de Chafan sin problemas.

XXXV. Hoy mismo.
Chafan envía fax presentando diligencias al juzgado 2X de plaza castilla de Madrí y hace copia de Esafea para perpetuar aquí su imagen y tacha sus datos chafandikes con ayuda del programa paint. Chafan piensa que falsifique ella a su puta madre que seguramente tendrá más dinero, y que de tener que acudir a juicio ojala fuese un viernes y así puede ir con César a gastos pagados.

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Escribo todo este mamotreto de forma tan patética porque me da mucha rabia todo lo sucedido y de este modo la rabia queda plasmada de forma literal y porque no quiero que se me olviden los pasitos que fui dando entre las leyes y trampas y es que cuando tomó cuerpo el delito yo estaba muy empalagosa y muy así y tan sólo me salió escribir esto (que vendría a ser el XXVI) en septiembre de 2007:

Imagino que cuando dices
-se me olvidó-
quieres en realidad decir
-no he hecho otra cosa que pensar en ti-

Qué feliz soy ahora mismo
en ratos como este;
imaginando.

La realidad no la quiero;
me han falsificado el dni y están haciendo de las suyas.


Le pueden dar por el culo al mundo, si Esafea dejó de serlo por unas horas es por robarme a mi
un cacho de vida y por esto voy a intentar joderla y en eso esto y punto y final.

17 de noviembre de 2008

sacapuntas

Las amigas de mis amigos son mis amigas.
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Belén es la persona con la actitud y el comportamiento más surrealista que conozco y aunque no puedo razonarlo el surrealismo a mi siempre me ha interesado mucho, o quizá mi interés sea por esto mismo, da igual. El caso es que Belén y yo nos encontramos a años luz de distancia la una de la otra pero es posible llegar a compartir un fin de semana.

Ella está allí conmigo -dentro de mi coche o también tomándose un café- porque no puede estar en esos momentos con el banderillero con el que ahora sale (antes salió con un torero) y porque Mario -que es su amigo- está con Bea y con Susana a cincuenta km y no hay nadie más con el que poder estar.

Belén también tiene a Fran y a César como a sus dos mejores amigos, siendo esto lo único que ella y yo tenemos en común y cuyo hecho en sí conlleva muchas cosas.

Ella habla mucho, creo que demasiado, de su relación con el ahora banderillero, y también habla de la crisis y de su trabajo porque al fin y al cabo trabajamos en una mierda parecida solo que ella trabaja sin responsabilidad ninguna, ella traslada documentación al inss, al inem, al ayto, a la agencia tributaria y a notarías varias y por la calle va paseando los zapatos de tacón que la empresa para la que trabaja la obliga a ponerse. Habla en plural, con sentimiento de empresa y dice que está muy contenta y la gusta mucho trabajar y me habla de números de impuestos cuyo significado ha aprendido de memorieta.
.
Yo por mi cuenta, mientras la escucho, pienso en lo que ya sé, y pienso en que, casi siempre, desde la cola de la seguridad social o bien desde la de hacienda, coge el móvil y llama a Fran, que esto ocurre muy a menudo y a distintas horas y que a veces le llama llorando porque la vida es una mierda y ella es una desgraciada y otras veces le llama diciendo que se aburre y que la diga cosas bonitas porque está triste o porque no se quién no la quiere y entonces también termina llorando y tragedias de este tipo que después me cuenta Fran. Pero claro, de todo esto ella no me cuenta a mi nada.

Belén y yo no mantenemos ningún tipo de conversación y mucho menos hablamos de mi, cuando se supone que me llega el turno todo consiste en una batería de preguntas una detrás de otra, a las cuales voy contestando como buenamente puedo aunque a veces, antes que responda ya me ha preguntado de nuevo. Son preguntas que yo jamás le haría a nadie en mi puta vida y entonces me hace gracia y a la vez me jode encontrármelas así de frente, es muy curioso.

Belén me pregunta desde su mundo y yo contesto desde el mío y todo lo más que hacemos es hablar de ella o de sus cosas y esto sucede así tanto este fin de semana como siempre que nos vemos. Me pregunto continuamente si acaso escuchará algo de lo que la digo.

Belén lleva en el bolso más de diez papeletas que la faltan por vender, se trata de lotería de navidaz de una peña madridista y aun habiéndola dicho ya tres veces que no la pienso comprar, ella, me ofrece de nuevo. No es extraño que gire drásticamente el tema sobre el que se está hablando o que recuerde algo de mucha risa ahi de pronto y la apetezca contarlo.

Belén el sábado por la noche nada más verme llegar me pregunta si le quedan bien esas zapatillas con los tejanos y me pregunta también si está guapa. Yo a todo la digo que sí, que sí, porque esa sería la respuesta que le daría Fran y porque estoy segura que de encontrarse él entre nosotros le dirigiría a él esas preguntas. Yo por mi parte ni me he duchado pero ella se toma la molestia de decirme que la gusto mucho así, con el pelo suelto y tan negro.

Se están sucediendo una y otra vez en el televisor del bar las imágenes del madrí perdiendo en zorrilla, ella misma me lo indica para que preste atención y yo intento que rabie pero ella me habla de que tiene entradas para ir a ver el partido madrí sevilla al bernabéu, dentro de poco, y me lo cuenta como si tal cosa.

Como la conversación que se está teniendo en la mesa la importa lo mismo que a mi me indica mientras tomo asiento que como estamos en crisis no estaban hablando de nada, que la cuente yo algo, y yo la repito lo que la acabo de decir, lo del chino, que mucha crisis no hay cuando uno de ellos se ha gastado cuatromil euros por las botas que utilizó lionel messi al marcarle aquel gol al getafe. Se lo repito porque antes no me estaba escuchando y esta vez, por una vez, me sigue la conversación y me dice,

-el chino de la tienda de abajo de mi casa, ahora vive en la entreplanta de mi edificio pero sigue teniendo el local abajo y antes vendía a cien pesetas y ahora vende a cerosesenta y ahi no hay crisis ninguna, no han subido los precios, no entienden de crisis los chinos, yo voy a por un sacapuntas y me vale cerosesenta, vamos que no es que yo vaya a ir a por un sacapuntas al chino, no, no, para que me entiendas, es el mismo precio y punto, ni crisis ni nada-

Las dos reimos porque el punto es muy bueno y antes que se marche a dormir me cuenta que madruga para ir a ver al banderillero y yo en ese momento soy consciente que desde ahora Belén y yo compartiremos algo más puesto que Bea se muestra inquieta y hasta desagradable al comprobar que con frecuencia Belén se inclina hacia mi para decirme esto o lo otro.

Si a mi me hubieran dicho un tiempo atrás que llegaría el día en que yo estaría más próxima a Belén que a Bea no lo hubiera creido, es más, hubiera incluso apostado por lo contrario pero así son las cosas. Bea que todo lo más que la he hecho en esta vida han sido favores me tiene enfilada desde hace un tiempo siendo yo la diana de sus muchos desprecios y Belén, que no puede estar más alejada de mi en cuanto a forma de vida, me tiene incluso cierto aprecio y todo por prestarle un poco de atención y reirla sus tonterías.

Definitivamente es mejor no decirle a otra persona a la cara lo que realmente se piensa, aunque esta persona venga expresamente a preguntarte.

13 de noviembre de 2008

Para que tú no llores así

He estado leyendo estos días en el periódico desde las avalanchas de africanos en la zona fronteriza de Melilla -con gases lacrimógenos incluídos- hasta la descripción de cómo un solo individuo optó por degollar a su señora y una vez muerta la metió en el maletero y se cruzó galicia hasta llegar al cuartel de la guardia civil para dar parte.

Todas estas noticias me dan verdadera lástima. Lástima, porque ocurren y lástima profunda por encontrarlas enmarcadas en el periódico. Por todo ello son muchas las veces en las que me limito a leer el titular y otras veces ni eso puesto que -lamentablemente- dada su frecuencia ya no las considero noticia ni tampoco me aportan algo que no sea rabia.

Ayer fue distinto.
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En las cartas de los lectores un padre -separado- relataba cómo su hijo le preguntaba hace unos días si acaso estaba enfadado con él ya que tan sólo se están viendo un par de veces al mes. El padre, como pudo, le contaba al niño que un señor que manda mucho había decidido que fuese así pero que él estaba haciendo lo posible para que se viesen más y pudiesen vivir como padre e hijo. Por todo ello terminé llorando -por su pena y por la mía propia- sin que hubiera muertos de por medio, y eso para mí sí es noticia.

Hay veces que incluso la relatividad se me tambalea en forma de nido de confusiones pero en cualquier caso, el no tener el control -del llanto, esta vez- entiendo que me vino bien.

Como ya se sabe una vez abierto el grifo ya todo resulta más fácil y todo consiste en beber así que ayer volví a llorar por segunda vez en un mismo día. A media tarde me decidí a contestar los abrazos que me enviaba el otro día Noelia desde Niza y le dije que yo me encontraba regular de ánimo pero que nada, que todo bien y también le dije que la otra noche César me hablaba de acercarnos allí a la costa azul. Más tarde, mientras esperaba mi turno en la tienda para comprar un cuarto de banderillas me llegó su contestación (c + v) y me eché a llorar de nuevo,

-Hola familia, akab d ver tu sms, familia hay k sacar animo,d dnd sea, s una obligacion.y ncima tienes todo, djam dcirt k yo t envidio mxo, mxo y siempr das fuerza. no hay k flagelarse, no hay motivo. cuidat mxo familia. sabeis k pdeis venir cuand kerais, siempre os espero. ns vems pronto familia,un abrazo

Tengo yo ahora esa fuerza en los tobillos, qué desgraciada me siento y esto no me lo quitan las lágrimas. Esto debe ser lo que se conoce como desamparo.

10 de noviembre de 2008

la esperanza es un nombre muy feo

Por muchas ganas de morirte que tengas, no por ello te dan amagos de infarto. Y así pasa.

Me repiquetea incesantemente en la cabeza aquello que creo que debo hacer para sentirme mejor -que no siempre es lo mismo- y aquello que después termino haciendo -que no tiene nada que ver con lo que debiera, ni con mejoría ninguna-, y así ¿a qué hostias aspiro?, a recoger sinsabores debe ser porque no hago otra tarea.

No me lo explico.
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Y tampoco me explico por qué pretenderé explicármelo cuando ni yo misma conozco los motivos.
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Esta puta necesidad de control, muchas veces (casi siempre) sólo me sirve para calentarme la cabeza y paladear sinsabores.

Tal vez solamente ocurra una vez en la vida eso de que alguien te adivine desde la otra punta de un recinto tu subnormalidad profunda y te clave los ojos para dejarte ver la suya y te pare el reloj y te muerda los pezones y te cambie la vida, todo junto en una misma noche. Demasiado bonito para que esto ocurra siete u ocho veces en una misma vida y máxime cuando esa vida es la mía en la que no me entero de nada y está todo lleno de feos que te cagas. No creo que vuelva a ocurrirme algo de ese tipo, y lo que es más triste, a veces creo que de alguna forma pretendo que suceda, que me llegue uno de estos -menos traumado- clavándome los ojos y deseando morderme los pezones y ya puesta a pedir, que se me arrodille aquí a mi vera también, por qué no, y que me llore un poquito.

No vendrá.
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Todo apunta a que seguirá este repiqueteo y este sinvivir en mi cabeza, en esta búsqueda de un futuro próspero a corto plazo que yo misma no hago por labrarme porque yo tan sólo araño la tierra sin decidirme a sembrar una mierda.

Cuando paso un rato malo malísimo como éste me salen frases como la primera.

dolor de muelasNOLEER

-Qué feos son todos. Al menos todos aquellos que guardan cola los días de diario en los cines Lido de Bravo Murillo, en sesión de las ocho de la tarde. A veces cuando paso por ahi me pregunto si no habrá un complot entre los estilistas de madrí para joderme a mi la vida o algo. Esperpentos.

-No sé para qué cojones -aparte de para comprarse y confundirse lo máximo posible- ve la gente tanta televisión, tanto cine y tanta mierda. Si tienes ya la consola dos para qué hostias te compras la tres si los gráficos que te faltan los tiene tu jefe de personal en su ipod que se lo ha regalado él mismo a base de no subirte a ti el sueldo. Para qué querrás ese home cinema si luego cada dos por tres se te antoja ir a la sala. Sí, ya sé aunque no me lo digas que de ese modo a penélope se le ven las tetas más cerca y que has encontrado un sim clavadito a mi por si un día me da por largarme. Maldita la hora en la que escuché que los centros comerciales son los pueblos del siglo veintiuno. Hijos de la gran puta.

-Que quiere comprarse un audi, dice, y yo tengo que estar ahi para escucharlo. Que aunque no los tiene dice que son sólo seis millones y el suyo le valió dos aunque todavía no haya terminado de pagarlo. Continuamente me encuentro yo ese anuncio en la red donde me dice que me ha tocado uno pero no lo saco en conversación y mucho menos como probabilidad. Yo seguro que estoy espléndida metidita toda entera en un mercedes pero el primer pensamiento cuando me encuentro con alguno es pincharle una rueda. Al imbécil aquél con su golf gti de llantas cromadas según resucité del golpe debería haberle dado yo otro en los huevos. Descerebrados.

-Era justo ese, el de la izquierda, sí, el de la palestina al cuello, ese. Era su tercera manifestación pidiendo lo mismo, no al aborto. Ese día no acudió con la novia, con la Chris, ella estaba en el parque dándose el lote con Gustavo, el del gimnasio, el morenote ese. Cuando respondió al móvil la Chris no se lo creía pero sí se escuchaba el sonido de la ambulancia, llegaron rápido, la pelota de goma vino de pronto directamente a abortarle un ojo, las tiraba la polícia, perseguían a unos malos que hacían botellón en el Dos de Mayo y con los cuales se cruzaron, estaba escrito, era su destino. Retrógrados.

-Por causas ajenas a metro he vuelto a compartir entre cuatro un metro cuadrado, línea uno, catorce treinta. Esos vagones tan cucos en los que puedo sentarme ignorando a la vieja en línea diez que trajeron hace ahora unos añitos se los compró el del bigote y cara abdominal que fue presidente por mayoría absoluta acosta de almunia, al nieto de mussolini tras que compartieran un desfile de putas en milán y dejando previamente en la cuenta suiza de su yerno un ocho% en comisiones. Como alguna mañana yo recuerde este pasaje y me llegue a tocar el empujador de 都営 - Toei de turno, a la primera que vea que se parece a esperanza aguirre la pillo y la tiro a la vía. Bastardos.

-Y yo que veo que ellos ya han cerrado la puerta del coche pero a ella le da igual y aún así sigue haciendo preguntas al aire con el micrófono en la boca aún a sabiendas que de todos modos no van a contestarla por mucho que sepan la respuesta. Me pregunto si será necesario que se presente a hacer esa mierda de reportaje subida en esos tacones y con diez grados de temperatura y de escote aún a sabiendas que van a dejarla en la calle. Toda chula va y se le acerca a Santiago Carrillo y le pregunta que sus nietos cómo le llaman. Es la misma que estuvo cubriendo el penúltimo concierto de manolo escobar, imagino. El último lo va a dar cuando la palme. La otra noche esa misma chica estaba en la SEXta. No habría a quién entrevistar y se entrevista a los entrevistadores y allí se presentó ella con su par de focos. Anormales.

-Dientes. Dientes. Eso es lo que jode- Pues no voy yo y me río y antes que se me quite la risa van y me cuentan que lo apalabró isabel pantoja. Me gustaría haberme follado a su difunto. Que se me quitase la risa y pensar eso fue todo uno. A esta pantomima no, a la otra, a la enfarlopada en la bañera, la hizo dos hijos muy decentes, uno de ellos tremendamente apetecible y con unas cejas que no se acaban nunca. Creo que su padre me mola porque es lo más parecido que conozco a jesucristo. Un guapo, los demás: Chupatintas.
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-Hazte otro, corre.
-Bueno, dos.

9 de noviembre de 2008

no te digo trigo por no llamarte rodrigo

Me llega un abrazo mu grande y muchos besos desde Niza y tras hablar durante más de una hora de reloj me echan de menos desde Cáceres.
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Dicho así todo es muy bonito, pareciera que me quiere todo el mundo pero ya se sabe que al móvil ni se le puede abrazar ni mirarlo a los ojos.
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Me sigue faltando algo.
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Evidentemente estoy y me encuentro bastante fastidiada por no decir jodida. Las noches de sábado no se hicieron para estar en estas condiciones: porro en mano, mano en teclado, teclado en piernas, piernas en cama, cama y cenicero, cenicero al suelo, suelo sucio, no fregar, no follar, no nada.
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Tengo el consuelo por nombre de suegra y que allá por cuando cumplamos Fran y yo cien años, los cien que ahora tiene TiaFelisa, todo será diferente. Estaré -si él no rompe el pacto de hacer vida conmigo desde mis treintaytrés o si no me he muerto antes de la pena- y me encontraré haciendo galletas o el tapete siete para la mesa camilla y entonces tendré, como ella, cien años y cada vez que me parezca, veinticinco, y estaré de nuevo frente a Él, y durante un momento me mirará a los ojos (sin móviles y sms que no se contestan) y me preguntará otra vez muy suavecito qué tal estoy porque sabe que ando ya por ahí, sin dueño, y yo sonreiré de nuevo y tras evidenciarle que estoy bien le repetiré aquello de
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-te vas a mojar, ¿no ves que está empezando a llover? aunque bueno, tú si te mojas da igual porque vas a estar guapo de todas maneras-
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y él me mirará de nuevo, ♫ se me ponen si me besas ♫ avergonzado y divertido al mismo tiempo, y yo no me retiraré, no cometeré el error de alejarme, no me moveré del sitio y ni pestañearé,
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BASTA YA: él debiera estar hoy mismo ya llorado y enterrado, yo qué sé qué será de mí y de él en el dosmilochenta ni para qué tanto puto acento.
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Las noches de sábado tampoco se hicieron para razonar las cosas, acabo de constatarlo.

6 de noviembre de 2008

paranormales y merodementes

Estoy y me siento extremadamente sensible.
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Por momentos me entran ganas de llorar aún a sabiendas que terminaré no haciéndolo y del mismo modo por momentos me llegan unas tremendas ganas de largarme del país aunque, teniendo en cuenta que Ana sigue igual de hermética que siempre, entiendo que a corto plazo no voy a salir de espanya, al menos acompañada.

Llevo unos días haciendo cálculos y he llegado a una conclusión impronunciable. Sé que socialmente el mero hecho de sugerir o pronunciar esta conclusión se consideraría inaceptable, una locura. Yo me encuentro bastante segura acerca de este cálculo, de todo eso pensado y repensado, creo que voy a llevarlo a cabo, así de simple.

También he estado pensando en el c.i. ya que en mi último paseo entre blogs lei a alguien que se enorgullecía afirmando que el suyo era de cientotreintaysiete. Me hizo gracia y me hizo pensar al mismo tiempo. En el instituto [cascabeles en botas incluidos] me negué a rellenar el test tras un arrebato de chulería y punkismo, aunque en el fondo de mi existía un miedo bastante considerable acerca del posible resultado. Hace ahora aproximadamente dos años rellené uno de esos test, y no recuerdo el motivo aunque sí el resultado: cientocuarentaytres, igualando mi nivel actual de colesterol. Lo que no recuerdo tampoco es si en algún momento hice trampas, aunque no creo. En cualquier caso quiero repetirlo ya que esto me daría la confianza que preciso para dar por zanjada y totalmente cierta mi conclusión.

Y he hecho otra valoración importante: tengo cosas en mi cabeza que nada bueno me reportan, al contrario, me están jodiendo y debo procurar apartarlas de mi, como sea. Entre ellas vienen y van los comentarios del novio de la Sandra, siendo todos despectivos hacia ella, incluso humillantes/ la imagen de mi hermana María, sentada en el w.c., llorando en el hospital rota de dolor tras la impotencia de ver a mi madre en su intento de decirla algo cuarentayocho horas antes de/ el mutismo y las lágrimas ocultas de Pedro que se destapa la venda de la cara y comprueba que los resultados obtenidos no son lo que él esperaba/ yo misma en el parque aquella noche, recogiendo los regalos de Alberto, regalos póstumos a la relación/ la chiquinina esta sonriendo, hablando y sonriendo/ ...
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En cuanto a la visita de la virgen del cubo y visualizar una y otra vez las escaleras de la casa de al lado sé que me va a resultar más complicado apartarme.
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Hoy es san severo. Va a ser quizá eso.

5 de noviembre de 2008

y los triglicéridos

No me equivocaba.

Yo aquí pensando en quererle hacer un hijo y Él mientras en el bar de siempre con una borrachera de agárrame que me caigo y bueno, si la borrachera fue de botellines o de whisky me da exactamente igual. Recuerdo que Sandra me dijo hace varias semanas que en la anterior melopea que se cogió junto con sus amigotes terminó haciendo calvos y todo.

Qué lástima.

Y ahora tras tanto santo, al haberme puesto tan familiar y tan así he de decir que él al menos se parece a su padre, alcohólico, y no al mío, follador nato.

(...)

El análisis de sangre es del todo satisfactorio, la médico me dice que no había visto un nivel tan perfecto de colesterol en meses: cientocuarentaytres. Aunque, si soy precisa, viendo el panorama del listado de pacientes este hecho no me es relevante. En definitiva sólo tengo bajo el ánimo y pienso -luego escribo- sobre las muy distintas muertes pero el ánimo me lo voy a subir yo por mi cuenta y sin pastillas. Además que le he cogido el gustillo y me he apuntado a otra cita, esta vez citológica. Llegué a pensar que no iba a enseñar el culo en meses pero de pronto ha surgido esto.

En fin.

3 de noviembre de 2008

Un beso y una flor

Tengo la sensación de que me falta un abuelo y eso que he tenido tres.

Mi hermana María me ha hecho saber hoy en el coche, de vuelta a madrí, que ese tío por el que muestro tanta curiosidad en saber si aquello se tratase de amor o de necesidad, aquél que murió dos años antes que yo naciera y que estuvo la friolera de treinta y tantos años casado y bien casado con la viuda de mi abuela, aquél, era más abuelo nuestro que el otro al que no conoció ni mi padre porque se lo mataron en guerra mientras nacía.

Y el otro abuelo que resta al que tampoco conocí ahora resulta que era el menos abuelo de todos.

Al abuelo en el frente lo tengo en el comedor en un único retrato. Al abuelo poco abuelo le puedo ver en un álbum de la abuela, dos veces, una y dos, la misma tarde, los mismos ojos cegados por el sol. El abuelo postizo a pesar de todo lo abuelo que fue no dejó foto pero aunque no nos hayan presentado hoy he visto cómo nos parecemos,

-dame que me coma otra bolilla a ver si mato a este bicho-

En los años setenta el cáncer era un bicho y franco un hijo de puta, mi abuela tenía un comercio y el abuelo de Angel estaba ya preparando el tirarse a aquél pozo.

Este fin de semana daba por hecho que íbamos a encontrarnos, son días de flores y de buenos propósitos, pero al único que he visto es a ElMalo con cara de venir de matar a alguien aunque un año más persista la duda de cómo fue la muerte de aquella pareja de treintañeros que iban de caza en los 90, o de si aquella se suicidó porque era hombre y no mujer o si es que la mataron en los cincuenta.

La madre de una mala persona murió cuando ella y yo teníamos cuatro años. Una vez me dijo que no la recordaba ni aun viéndola en foto y ahora me dice mi hermana que esa mujer era extremadamente fea, tan fea que no se te olvida y yo hoy mientras estábamos pasando santa olalla hice memoria de cómo entonces, antes de joderme, ya me estaba mintiendo diciéndome que su madre era muy guapa.

Se me olvida cada año que esa losa gigante de pizarra grabada data del milochocientoscincuentaysiete y que mientras estoy leyendo a medias los datos inscritos en la lápida seguramente estoy pisando restos suyos y de otros muchos cuerpos porque antes de nacer yo se enterraba mucho en ataúdes de alquiler y agarrando entre dos por cabeza y pies se lanzaba el cuerpo muerto adentro de la fosa envuelto el mismo con una sábana blanca y tras recorrer al cabo del tiempo la totalidad del suelo del camposanto se comenzaba de nuevo a enterrar por el principio respetando escrupulosamente la forma "metro sí metro no" y cuando por error al abrir la tierra aparecía un cuerpo que no fuese el requerido se le hacía saber a todo el mundo excepto a los familiares, por el qué dirán más que nada. Mi hermana no hubiera visto la cara de la madre de mi vecino, el cual tiene ahora ochenta y ocho años si no hubiera habido fallos técnicos de ese tipo.

Se me olvida igualmente que esta historia mía angelical data del milnovecientosnoventayocho y que mientras estoy yo pensándole él posiblemente está vaciando una caja de botellines en chándal de madrugada, o bien apuntando con la mira a la madre de bambi.

Y es que sí, definitivamente me falta un abuelo y otra droga más dura que la que me aporta este.