29 de septiembre de 2016

Piki piki piki piki piki

Él se abrazó al volante en el colmo de la desesperación y sin alzar la voz lo más mínimo me dijo estar muy harto de volver una y otra vez a hablar de lo mismo. Yo apenas había dicho palabra, no le comprendía. Añadió que le había gustado mucho la noche pero que yo acababa de quitarle las ganas de volver la noche siguiente al hablar de lo mismo. Dijo también que a veces se pregunta si esto va hacia delante o se va a tomar por culo y lo dijo todo como quien no lo entiende.

Yo me quedé escuchando completamente inmóvil mientras fregaba escaleras con el pensamiento. Tan sólo le había dicho la pura verdad, lo mismo de siempre: me tiene en el abandono.

Seguimos hablando y entendí que esto es lo que hay morena y no me da la gana, pero luego comenzó a masajear suavemente mi espalda y se me olvidó la conversación. Huele que alimenta, me dejó a la puerta de mi casa.

La noche siguiente vino a verme y vino y se fue y luego vino otra vez para soltarme después con una y hacerme hablar con todas ellas, novias de antiguos enemigos que no me interesan lo más mínimo. Me bebí todo el vino y no probé el pan, me llevó a mear y también me llamó por mi nombre a voces y luego vino a despedirse pero se iba sin darme un beso, tuve que correr detrás.

21 de septiembre de 2016

Hay malas caras en Bruselas

Como me hizo un favor ahora dice que se lo tengo que compensar no sé cómo porque otras veces me dedica silencio por días y no hay quien lo entienda.

Casi siempre me da a elegir lo que quiero que hagamos y hago lo que me da la gana, que es lo que más me gusta, aunque sigo queriendo verle con más frecuencia y ante esto se hace el sordo.

Me precipito yo misma en un ir que apenas transcurre, mientras vivimos episodios para el recuerdo. Desde aquí puedo verle de nuevo comer en casa de los padres de mi amiga de instituto y desde aquí también se escucha el beso que me dio en el medio del pueblo cuando vino a verme.

Estoy trabajando la paciencia mientras voy sonriendo por la calle porque es posible que me quiera. Desde que sonrío de esta forma no llueve en el campo pero sí los ingresos bancarios, ya sean del juzgado, de la prestación por desempleo después de trabajar agosto o de wallapop con mi síndrome de Diógenes.

Pasamos del esta noche si quieres voy a verte al ahora no pyedo estoy de caza y en el camino se me va poniendo la cara de idiota integral fumada que tengo ahora mismo. Luego se me puede ver en la calle sonriendo, mañana mismo es fiesta y cuando ya no tengo gana de sonreír me acuerdo de lo bien que huele con sólo tenerle cerca y así sucesivamente.