30 de abril de 2008

carabanchel, LA MODELO, herrera de la mancha,

La gente; las mujeres en general y las pavisosas en particular antes de que salgan las modas ya se han comprado el bolso a juego. Y eso está mal.

A mi no me da tiempo a seguirles y así pasa, que yo me visto como me parece y lo demás según vea y hay veces que el resto de féminas me observan como quien ve a un punky pero sin agarrarse al bolso: sin quitarme la vista de encima, vaya. Y eso está muy mal.

Me pueden crear las modas un trauma muy grande. Me pasa esto en cuanto a otras cosas como por ej, al hablar, me dicen muchas veces lo de

-joder, tú es que eres muy clara y cuando no entiendes algo lo preguntas-

y yo flipo y no comprendo qué hacer si no ¿dar la razón como los tontos? cuando uno no sabe dónde va, ha de preguntar.

Y un@ antes de hacerse un flequillo por moda que sea o hacerse un tatuaje tiene que gustarse antes, qué más dará la moda, ya que de lo contrario van por ahí penando por esas calles. Me miran luego a mi como la extraña y mira que me jode.

Cada cual que vaya como le parezca, como si quieren ir en pelotas por la vida, pero que hagan el favor de no mirarme así. Está claro que aquí algo pasa. Esto de que me observen así las mujeres me tiene pensando, creo que viene ocurriendo desde hace un par de años, quizá, y me parece que se me ve bastante más diferente de lo que es mi intención.

En parte tengo una necesidad de diferenciarme del resto, yo por mi cuenta, pero son detalles sólo, no me gusta que me miren con esa extrañeza. Joder, esto me es díficil de explicar, no lo podré hablar nunca con nadie.

28 de abril de 2008

Regularcilla

El fin de semana ha sido muy suave, pensé que iba a vivirlo más jodida pero no. Tres cuartas partes del mismo lo he vivido sola, es lo que hay.

El viernes mi hermano Miguel me anduvo mostrando y explicando la marihuana que le queda y el semillero de la próxima temporada, me da todo tipo de explicaciones, hasta que yo cumplí los veinte años apenas me dirigía la palabra, no tenía yo los quince cuando me espetó una noche que como me volviese a ver en sus cosas me sacaba los ojos. Lo que me saca son once años, ahora se ha enamorado de una marroquí y sé lo que come y lo que caga, va a traérsela a espanya.

Tras cenar me fui yo sola con mis pensamientos a fumar hachís por ahi. Podría haber salido con mi hermano Pedro pero supe que iba a estar su amigo Elfeo y desde este verano me percaté de sus miradas y no me mola nada, no quise ir a dar conversación a nadie.

El sábado me negué a irme con César de compras, iba a estar su madre, seguí sin querer dar conversación a nadie. Me fui yo sola a fumarme reflejándome en el agua no potable pero estando allí me di cuenta que me había equivocado de idea por lo que me fui con el coche arriba y estuve divisando la comarca entera desde lo más alto de un cerro y pensando mierdas.

Quedé a las doce con César en el bar, cuando yo llegué allí estaba mi hermano con Elfeo y otros, no quise repartir besos. César llegó al momento, quería salir y yo primeramente no sabía cómo decirle que quería ir a ver a Sandra (por intentar ver a Angel). Al momento volvió a insistir en salir por ahi a tomarnos unas copas, le comenté la posibilidad de acercarnos a verla, la llamó y sí, allí estaba ella.

Primero pasamos a tomarnos algo a veinte km, no había apenas nadie pero yo cómoda, con mucha conversación, después a unos siete km de llegar me entró todo de lleno en el estómago, la sensación de tener a Angel delante, íbamos callejeando viendo dónde dejar el coche y yo ya iba malísima. Entramos y pensé caerme al suelo redonda de los mismos nervios.

Dentro, unas seis-siete personas, la Sandra allí tan feliz, con el novio inquilino de todo aquello a unos diez km, emborrachándose en una feria, César al parecer encuentra la misma realidad que yo y eso me hace estar tranquila. Me fumo, quiero tiempo por ver si llega Angel. Estando César en el baño la Sandra me dice al oído,

-joder, Angel viniendo aquí todas las noches y hoy que vienes tú no viene-

y entonces soy consciente de que no voy a verle. Al César todo lo visto le parece una mierda, me indica que rellenemos otro cubata y nos lo llevemos. Así hacemos.

Volvimos y estuvimos unas tres horas en su coche metidos, hablando de la especulación inmobiliaria, de la puta vida y del abelortamiento de muchos y nuestras exigencias. Algún silencio.

Me levanto el domingo sabiendo que se ha muerto un hermano de mi abuelo, se ha muerto con ciento dos años, ya está bien. Me lo dice Fran en un sms en el que también me dice que tiene ganas de verme. En el entierro todo bien jodido, han pintado la iglesia desde el último entierro en el que estuve. También he estado con mi hermana María esquivando a mi tía Laputa que a su vez es mi madrina pero que no la podemos ver ninguno.

Luego vengo a madrid y me encuentro un mail de Ana que me dice que por mi episodio en el metro parece que tengo quince años y para remate aquí en el blog encuentro un primer comentario y me dice (c+v),

-Siento decirte que estás perdiendo el tiempo. Es un asunto de prolepsis, acaso de ucronía. A las historias propias hay que darles un tinte distante, aséptico, turbio-

Bien. Lo de ucronía yo no sabía ni lo que era, mucho menos eso de prolepsis. Yo pienso que cada uno puede hablar de sí mismo como le venga en gana, en el otro blog hay una media de ochenta y cinco visitas diarias, debe ser que muy mal no escribo y ya quisiera yo que más de la mitad de las paranoias que vivo fuesen fantasías pero no, es mi puta vida, qué lo voy hacer, me toca la polla que nadie me lea o que nadie se lo crea, hacerlo bien o mal, me da igual, son mis movimientos y punto.

25 de abril de 2008

Para ser conductor de primera

He pasado a recoger un mandamiento de pago en el juzgado, me indemnizan 660 euros por empotrarse contra mi coche en una persecución policial un borracho que iba en su saxo allá por octubre o así de dosmilcinco.

Qué hijos de puta, me levanté esa mañana y me encontré la hecatombe en mi 206 y un possit color amarillo en el parabrisas en plan cámara oculta que decía ser la policía, que les llamase. El seguro de aquel imbécil el cual pagaba su papaíto tardó lo menos dos meses en hacerse cargo pero a mi aquello no me lo hizo un saxo, no, eso lo hizo la poli con su 4x4 o alguien con un tractor.

Como es el único auto que tengo lo seguí usando, Angel me lo vio en esas condiciones una noche, antes de que me lo arreglaran, le expliqué todo aunque seguramente no me creyese.

La gente está mal de la cabeza, en dosmilcuatro iba yo tan feliz metida en mi AX que me valió una mierda, seminuevo, y vino un subnormal con su seguro a todo riesgo y su golf gti y se saltó un ceda al paso y a mi que pasaba por allí me empotró contra los aparcamientos. Me pagaron 1200 euros y mi coche quedó siniestro total.

Al menos al 206 le empotraron por detrás y no en el motor ni estando yo dentro aunque de todas formas ¡cuánto hijo de puta habrá en esta vida!

24 de abril de 2008

Oport_unidad

Anoche estuve cenando con César por ahi por Reina Victoria, hacía unos quince días que no nos veíamos. Somos amigos desde niños, le sigo sintiendo muy cerca, estamos concretando una semana de playa, los dos, en julio.

Estoy jodida de ánimo y de pensamiento, lo sabe, lo hablamos por mail la semana pasada, hemos hablado de todo un poco pero me sigo quedando con la versión que tengo de toda la realidad.

A mi regreso la he acabado de joder, he vuelto en metro, en el transbordo en Oporto me ha parecido distinguir a un íntimo de Angel, he acelerado algo mi paso, le he seguido, hacía el mismo transbordo que yo, casi la una de la mañana, iba metido en un traje y cuatro o cinco metros por delante mío, sí, era él. Al llegar al andén se ha quedado estático justo al principio, me ha visto ahí fijo y no sé si me habría visto ya antes, y yo miraba de frente, hacia adelante, no he tenido valor a pararme y saludarlo y él no sé pero tampoco ha dicho nada ni me ha parado. Yo llevaba los cascos con el móvil, le he ignorado al pasar, nueve minutos hasta próximo tren y allí ya en unos doscientos metros nos hemos seguido observando de lejos. Juraría que se ha metido en la cabina del conductor o no sé, no he vuelto a verlo y eso que divisaba a todos los del coche delantero... mierda puta.

Este, dos veranos atrás, una noche, me vino pidiendo hachís, le di, le pregunté por Angel y me contestó preguntándome -¿tú estás enamorada de él?- y yo me desentendí negando enamoramientos. -ahora le diré que has preguntado por él- y también negué.

Hace dos navidades me lo encontré volviendo también de comprar hachís, también ahí yo llevaba el mp3, me saludó yendo con otro al que no conozco, me dijo venirme siguiendo unos metros y repitió mi nombre lo menos cuatro veces, como no le había visto me excusé en los cascos, estuvo muy simpático.

Esta vez le he ignorado por completo, justo ahora que necesito saber del Angel quizá más que nunca, justo cuando yo y mi cabeza requeríamos cualquier encuentro... y he pasado de largo. Mierda puta.

Hasta ayer por la tarde pensaba ir a mendigar con la Sandra el sábado por la noche por no tener con quién salir y por buscar de algún modo un encuentro con Angel. Cenando me dijo César que él sí estará por lo que vi la improbabilidad ya de mendigar. Unas horas después tuve el encuentro a medio metro, como las buenas cosas, por casualidad, y he pasado de largo. Esto se lo cuento a alguien y se ríe de mi. Menuda mierda, qué coño hago. Tendría que estar estudiando y estoy aquí haciendo el gilipollas.

Que qué tal llevo la carrera me pregunta César. Si fuese una carrera de equivocaciones ya la habría terminado y con nota, no me jodas.

23 de abril de 2008

A veces no es posible

A veces soy muy puta y cuando no, solo lo soy un poco.

A quien realmente quiero es a Angel, nos habremos enrollado quince o veinte veces, no sé, antes, hace años, y tras terminar lo mío con Alberto [casi seis años] nos hemos vuelto a enrollar también, un par de veces, sin sexo, pero a mi me encanta. Todo lo que hace es mirarme, me mira, me remira y me vuelve a mirar, y, o bien tengo pecas intermitentes o algo le pasa conmigo. No me lo va a decir, nunca dice nada, qué me va a decir si ya lo sé todo.

Lo que pasa -y lo que no me pasa- con él se me queda pegado al cuerpo y yo intento desquitarme desnudando por ahí a cualquiera.

Empecé a ser más puta de lo que lo soy por naturaleza hace aproximadamente un año. Me gustó y mucho un amigo de Fran, allí estaba en pijama, cortándose un san jacobo, hablando en sintonía a mis oídos. Le bauticé como la sota de bastos, clavadito, le brillaban los ojos por todo el salón, me despidió al rato diciendo que nos veríamos aquí o allí. Y así fue.

Pero nada, mierda, estuvimos viendo las estrellas, y el firmamento, contándome yo no sé por qué media infancia, haciéndome reir toda la puta noche pero pasé más frío que en todo el invierno junto, nos bebimos la botella, vimos amanecer, sí, qué bonito: me fui a casa igual que estaba, cuatro o cinco horas dudando en si tirarme a su cuello o irme acostar, una noche tirada a la basura.

Esto fue un punto de inflexión para lo que vendría después.

Comencé a sentirme extraña, meses atrás de esto, en verano, un gatillazo arruinó la última noche con Angel, la posible primera noche de sexo con él, y ahora vivía esto. Me entró una ansiedad que se me salía del cuerpo, me remató Fran diciéndome que nunca había visto a su amigo con una piba, me sentí como los niños de Fátima.

Un mes después, el que me gustaba en mi infancia, el Dañino, me estuvo colgando los ojos durante toda la noche, otras noches atrás también me había percatado de ello y esta vez despachó a la novia que se fue a dormir y me estuvo mostrando las habilidades de su coche. Le tengo muy estudiado, creo bien que tenía pensado follar conmigo pero yo lo que necesitaba era sentirme apetecible. Y me apeteció putearle un poco y me pasé, un par de horas y allí estábamos todavía fumándonos un porro. Luego también amanecía, nos enrollamos, pero ese coche es minúsculo y no puedes apenas moverte cuanto menos rodearte por lo que me sugirió aparcarlo para otro día y hasta hoy.

Comencé a preocuparme un poco, me empecé a ver por encima de las circunstancias, sobrada, todavía no lo entiendo el por qué de todo esto.

Entonces apareció Ben a quien conozco desde hace solo unos meses y me vino hablando del querer y del no molestar y que me quería y tenía que verme como sea. Y sí, nos vimos, pero ni querer ni nada, solo son tonterías pero y que me quiere. Estuvimos toda la tarde bebiendo sangría y diciendo gilipolleces y se me fue pegando y yo me dejé hacer. Y me hizo de todo, sí, pero allí se quedó sin erección, lo dejamos por imposible y a los tres ronquidos me largué de allí.

No hemos vuelto a vernos ni he vuelto a verme con nadie porque esto ya clama al cielo, esto ya no puede ser por casualidad de la vida, no, esto va a ser que yo voy por ahí acojonando sin darme cuenta o no sé qué pasa y de esto me tengo que desquitar yo como sea. Lo de matapollas es que es muy fuerte.

Algo de mal rollo tras todo esto pues sí arrastro, no me apetece ya probar con nadie al menos por el momento y como la ley de murcy existe ahora resulta que ligo más que nunca. Sé o me parece que esta ansiedad se va a quedar un tiempo más conmigo, quisiera manejarla pero a veces no es posible.

22 de abril de 2008

Alhambrada

Anoche me llamó Fran para contarme cómo le fue en su viaje a Granada ya que pasó allí el fin de semana. Estuvimos un buen rato hablando, me dio todo tipo de explicaciones,. Yo estuve hace unos años viendo la Alhambra y flipé, me gustó también mucho, luego me anduvo contando los próximos festivales que se van a celebrar en Cáceres de aquí a verano.

Habíamos hecho una apuesta. El viaje lo hacía con dos pibas y, como hay precedentes ,apostamos quien de las dos le iba a calentar más la polla en forma de besos, gané yo la apuesta puesto que la otra se presentó con el novio pero nada, todo lo más que se llevó fueron besos en la mejilla. A la gente le da por abrazarle y por matarle a besos y a abrazos, yo no he visto una cosa igual.

Cuando colgué me puse a pensar en que hace ya unos cuantos meses que no hablo con una piba por teléfono, y es que ya no tengo amigas. Bueno, en realidad entiendo que nunca las he tenido pero antes se hacían pasar por ellas y hablábamos y nos contábamos las cosas, ya no me fío de ninguna y con razones. Está Ana que vive aquí en Madrid, la conocí porque estuvimos trabajando unos años juntas pero a ella la conozco desde hace unos cinco años, poco más, nunca he tenido ningún problema con ella pero amigas de siempre no tengo ninguna.

De todas formas siempre me he llevado mejor con los pibes que con ellas, me causan bastantes menos problemas y suelen ser bastante más transparentes, también está el hecho de que yo me crié al lado de mis hermanos, varios, y eso tiene su puntito. A mi lo que más me jode es el engaño y una mujer acude al engaño de forma frecuente, lo digo yo que soy mujer. Desde hace ya algo más de un año en vez de mendigar alrededor de alguna de ellas lo que hago es que me muevo solamente con los amigos y tengo suerte porque tengo varios. De no tener la tendencia que tengo a entenderme con ellos me tendría que encerrar en mi casa porque ahora mismo no tengo a mano a ni una sola conocida -que no amiga- que no tenga pareja.

Antes y hasta hace no mucho, me quedaba estática pensándolo y me entraba cierta angustia porque veía que todos iban a su puta bola y yo me quedaba ahí viendo la vida pasar pero de un tiempo a esta parte ya es que me viene a dar igual, he llegado a la conclusión que me conviene y que por el momento es del todo cierta: la gente es gilipollas, pareciera que si tienes pareja ya no existe el resto del mundo, me meo yo en todo eso, hay muchas, yo sé de tres o cuatro, que antes muy bien muy bien y una vez que echaron el lazo a un pibe, si te he visto no me acuerdo. Eso si es amistad le pueden dar por culo a todo el que lo crea.

Yo misma veo con mis ojos que muchas relaciones se pudiera decir que se basan en todo menos en amor, yo misma veo y constato distintos maltratos psicológicos -físicos aún no he visto-, yo misma compruebo a menudo que eso ni es querer ni es mierda, veo continuos desprecios y faltas de respeto que me llega a dar hasta miedo pero ya paso, ya cuando alguna de ellas me viene contando que todo es estupendo y que el cielo es azul clarito a todo digo que sí, que sí y me quedo tan agusto, aunque me sigue molestando que parece que la que desencaje sea yo, que aquí llevo casi tres años sin pareja.

-¿y tú, qué, no has encontrado a ninguno?-


como si esto se tratase de quien sale a pescar. Asco me dan, pero ya no me molesto en entrar en valoraciones, si no tengo pareja es porque no me da la gana, así de claro, y así a grandes rasgos por algunos detalles que he ido diciendo, pero ahí en situación pongo cara de circunstancias y a todo que sí, que sí y marchando.

Pienso que follar es una cosa y el amor otra distinta, si hay quien se empeña en confundirlo o pretende confundirme a mi me parece que no va a poder ser, yo lo tengo bastante claro, pero sí, me repito: me jode que me vean a mi como extraña, yo al menos sé con quién me acuesto y con quién me levanto. En su día cuando dejé de saberlo me cambié de cama y punto, el tiempo va marcando y esta decisión no fue un error.

19 de abril de 2008

Chiquitita dime por qué

Ahora no sé calcular desde cuando pero llevo una temporada en que todo se me hacen pensamientos alrededor de la chiquita esta rubia, raíz de mis males angelicales. Me da por pensarla como si importara ya algo o acaso no haya nunca dejado de importar o yo que sé pero es que la veo ahi tan feliz, sonriendo y tiene una sonrisa preciosa la cabrona, y la veo ahí en su feminidad tan dulce y tan así como parece y entonces veo y soy consciente que ella enamoró a dos y yo solo estoy ahí mirando sin, al parecer, enamorar a nadie, y me entra una angustia que algún día no salgo de ese pensamiento.

No me reconozco los ovarios cuando la pienso a ella y es que la estoy viendo, allí, aquella noche, siendo ya solamente amigos si es que le quedara alguna confianza en ella y veo cómo habla con él, y me miran, siguen hablando y me siguen mirando, le dice, la contesta, vuelven a mirar, y yo la veo entonces y la veo ahora y ni rastro de mis ovarios mientras tanto ni durante ni después. Qué cojones hablarían pero qué importará ya. Nada, pero yo ahí dándolo vueltas y ella venga a sonreir y mira que abulta poco pero yo me veo incluso más diminuta, qué putada.

Y cómo pueda ser que una sonrisa deje tras de sí semejante escombrera de pánicos y de sinsabores, cómo pudo llegar a marcarle tanto y que yo la viera ahi actuar con tantísima naturalidad, yo flipo.

Evoco también otro episodio, allá también por aquella época, en el que ella me preguntaba si yo era yo y yo afirmaba y poco más y entonces muy simpática ella enseñándome sus dientes me comentaba muy amigablemente que yo debía pasar del zorrón y hacerme caso de él. Y allí estaba yo sabiendo quién era ella sin que se identificara, allí yo contemplando su dentadura, allí yo sonriendo también por si alguien nos observara, yo, allí, diminuta que te cagas. Exactamente del mismo tamaño que tengo ahora cuando lo recuerdo y remuevo de nuevo.

Y cómo pueda ser también que yo, sabiendo tantas cosas como sé, me comporte luego como una subnormal profunda dando en su día importancia a un zorrón que lo único que consiguió fue revolotear. Qué mala me pongo solo de pensarlo y esta chica se me aparece como en forma de recordatorio de la verdadera importancia de las cosas.

18 de abril de 2008

actualizando

Esta mañana he estado recordando tonterías bastante grandes pero que guardan en común algo de vital importancia: qué ignorante he sido siempre, ahora menos pero todavía mucho.

Recuerdo con ocho-nueve años que aparte de ir a misa los domingos y fiestas de guardar también había una escuela. Yo no sabía lo que era que un sacapuntas pisara mi casa y aquel llamábase maestro sorteó un cajón tremendamente grande hasta arriba de material todo a estrenar y por aquel entonces mi número de la suerte era el siete pero iban diciendo números y la de las buenas notas que me precedía dijo el siete y se lo llevó todo y a mi ni me preguntaron. Aquel día cogí de número el cinco y no es broma, aún no lo he soltado, sí dejé ya de santiguarme cinco veces con la lengua en el paladar.

También me recuerdo algo después, con el pavo a la vuelta de la esquina, quedaba con la Sandra a las cinco y media en la plaza y ella a las cinco menos diez se presentaba en mi casa, daba igual que fuese martes o domingo y todo por ver a mi hermano Juan pasearse en calzoncillos oliendo a vidal shasoon que era el champú que teníamos todos esos años. Esto lo he sabido ayer por la mañana como quien dice, la Sandra es masoquista pero no gilipollas, no.

Y así sucesivamente me salen cientos de ejemplos y por eso quiero dejar estas sandeces aquí porque el pardillismo continúa y hay que asentarlo, que no sufra.

17 de abril de 2008

Fumando espero

Estoy fumando mucho hachís últimamente, ahora no tengo marihuana y no queda más remedio que reciclarse. Lo sigo encontrando nada más que regular y en el mismo sitio, ahí en Alcorcón.

El otro día, justo cuando yo llegué, el camarero junto con otro invitaban a uno a largarse. Al rato, el morito me explicaba que hacía unos minutos habían tenido una visita porque ese imbécil se había chivado. La gente es gilipollas. Yo no tengo problema, me conocen ya todos y me sirvieron sin más. Esta vez fui yo sola, no me apetecía quedar con Mario que otras veces me acompaña.

A veces, cuando voy de camino o regreso, recuerdo mi segunda vez volviendo de Marruecos, estábamos ya en la provincia de Granada o quizás en Jaen, no sé, en un mondeo, yo llevaba veinticinco gramos pegaditos en el cuerpo, nos paró la guardia civil en una gasolinera y su perro se volvía loco, olía a hierba por todos lados, nos sacaron una piedrecita de hachís, juramos que no llevábamos nada más aparte de llevar unos cuatro días sin ducharnos viviendo en el zoco. Nos libramos al recibir ellos aviso de un alijo importante a unos km, me salió la actriz que llevo dentro y les pedí lo menos cinco veces que no me acercasen al perro por pánico.

A veces recuerdo todo aquello y a los nietos que no tendré se lo dejo aquí escrito.