Estoy fumando mucho hachís últimamente, ahora no tengo marihuana y no queda más remedio que reciclarse. Lo sigo encontrando nada más que regular y en el mismo sitio, ahí en Alcorcón.
El otro día, justo cuando yo llegué, el camarero junto con otro invitaban a uno a largarse. Al rato, el morito me explicaba que hacía unos minutos habían tenido una visita porque ese imbécil se había chivado. La gente es gilipollas. Yo no tengo problema, me conocen ya todos y me sirvieron sin más. Esta vez fui yo sola, no me apetecía quedar con Mario que otras veces me acompaña.
A veces, cuando voy de camino o regreso, recuerdo mi segunda vez volviendo de Marruecos, estábamos ya en la provincia de Granada o quizás en Jaen, no sé, en un mondeo, yo llevaba veinticinco gramos pegaditos en el cuerpo, nos paró la guardia civil en una gasolinera y su perro se volvía loco, olía a hierba por todos lados, nos sacaron una piedrecita de hachís, juramos que no llevábamos nada más aparte de llevar unos cuatro días sin ducharnos viviendo en el zoco. Nos libramos al recibir ellos aviso de un alijo importante a unos km, me salió la actriz que llevo dentro y les pedí lo menos cinco veces que no me acercasen al perro por pánico.
A veces recuerdo todo aquello y a los nietos que no tendré se lo dejo aquí escrito.
El otro día, justo cuando yo llegué, el camarero junto con otro invitaban a uno a largarse. Al rato, el morito me explicaba que hacía unos minutos habían tenido una visita porque ese imbécil se había chivado. La gente es gilipollas. Yo no tengo problema, me conocen ya todos y me sirvieron sin más. Esta vez fui yo sola, no me apetecía quedar con Mario que otras veces me acompaña.
A veces, cuando voy de camino o regreso, recuerdo mi segunda vez volviendo de Marruecos, estábamos ya en la provincia de Granada o quizás en Jaen, no sé, en un mondeo, yo llevaba veinticinco gramos pegaditos en el cuerpo, nos paró la guardia civil en una gasolinera y su perro se volvía loco, olía a hierba por todos lados, nos sacaron una piedrecita de hachís, juramos que no llevábamos nada más aparte de llevar unos cuatro días sin ducharnos viviendo en el zoco. Nos libramos al recibir ellos aviso de un alijo importante a unos km, me salió la actriz que llevo dentro y les pedí lo menos cinco veces que no me acercasen al perro por pánico.
A veces recuerdo todo aquello y a los nietos que no tendré se lo dejo aquí escrito.
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