29 de mayo de 2015

Huyendo conmigo de mí

Quizá no tenga remedio, tan sólo soy verdad.

Tengo cerveza en la nevera y renovadas intenciones de avanzar en la vida. Sigo sufriendo bastante y me han sacado una muela. También espero cambios y por eso he sembrado claveles además de marihuana en el balcón. De vez en cuando llueve y me entran ganas de llorar, no debo hacerlo ni puedo tender la ropa.

A pesar de que el pasado y el futuro no sirven para nada pienso en ellos constantemente. Se lo he dicho a Fran, al Feo y a su hermano: la realidad que nos venden es una gran mentira. Estoy muy harta, aunque me ría a carcajadas y más que nunca.

Me da pereza volver a empezar con a qué te dedicas y toda esa mierda. Lo comprobé ligando en la última boda, era sevillano y no me acuerdo de su cara. Casi siempre creo que tengo la razón, sobrándome soberbia. Parece evidente que Ángel no me está echando de menos, ni me dice eso ni me dice nada, me duele con solo pensar en ello. Estoy muy confundida, le quiero todavía.

Me he propuesto no verle hasta septiembre. Siendo así, deberá ser él quien se desplace para que tenga lugar el encuentro. La pena es tan profunda que en semejante agujero no entra la rabia. Me he propuesto también abrir mucho los ojos y ahora sólo veo al gordo del estanco.