29 de junio de 2009

Quiero quitarme esta pena

No nos hemos visto.

Es más, no ha hecho por verme.

Si hubiera hecho por verme me hubiera visto perfectamente allí en mitad de la plaza, pero no Nos hemos visto. Supongo que no pasa nada, supongo que todo sigue siendo igual de triste, o quizá algo más, pero qué más da.

Podría haberme llegado ahí de frente y con una super mega sonrisa de esas que pone cada vez que le parece conveniente. Podría haberme mojado el tanga como es costumbre ante esos acontecimientos, y haberme dormido después plácidamente soñando que volaba como antaño, pero no. Opta por continuar en este silencio eterno y sin saber si es por bien o por mal, qué ganas de matarle a golpes me sobrevienen de vez en cuando.

Creo haber recuperado a Mario, que desde hace un tiempo se mantenía más bien ausente, y entiendo que esto es lo único válido del fin del semana. Ha vuelto a nosotros la complicidad, el mirarme directamente a los ojos y decirme que estoy equivocada, el enumerarme -ayudándose de los dedos de una mano- a los que considera somos sus únicos amigos, y regresan sus razonamientos ante mi congoja. Vuelve a reirme, a confiarme sus absurdos pensamientos y yo vuelvo a sentirlo conmigo.

En unos quince días estaremos los dos tirados tomando el sol en la playa de cualquier pueblo de Alicante y riéndonos de cualquier cosa pero todo sigue siendo igual de triste, no Nos hemos visto y en el fondo es lo único que me importa.

A saber ahora cuándo volveremos a vernos. Mierda puta es poco.

5 comentarios:

cuentagotas dijo...

jo, qué bajón. hay que hacer algo. ¿por qué no le llamas?

yo sí te he visto, más o menos

silvia dijo...

¿qué le llame?

Seguro que la plaza era bonita, que había gente sonriendo, o quizás seria, pero habría gente, puede que pájaros y mil y un detalles de los que ni te fijarías.

Qué cusioso esperar a alguien y entristecernos porque no llega, cuando ni siquiera hemos sido capaces de esperarnos a nosotros mismos.

Prueba a intentarlo.

patry dijo...

Las palabras de Silvia me gustan como esa esperanza y desesperación q van de la mano en tu fin de semana.

A mí se me ocurre odiarlo por romper tu reloj, por dejarte esperando su sonrisa, por no permitirte ser feliz, con 13 segundos de su presencia hubieras volado...con que poquito nos conformamos.

Te recomiendo que escuches la canción de Te Odio del grupo Los seis días.

Teseo dijo...

Qué fácil es estar triste y qué difícil es estar feliz más de un cuarto de hora seguido.

Vaya, yo espero estar antes de quince días en Valencia. Si lo consigo, estaré más cerca de ti físicamente. Pero después de lo leído sobre tu presencia en la misma plaza que Él, parece que la distancia más difícil de recorrer es la de un corazón a otro. Ya podrían hacer un Ave para cosas así, y no para llegar antes a donde no encontraremos la felicidad que vale la pena.

Un abrazo desde el otro lado de la red.

C. Chase dijo...

De las dos cosas he hecho. Con ese polvillo y esos trocitos de hierba seca y endurecida metiéndose por la ropa, haciendo que te pique todo, y más al mezclarse con el sudor... las manos ásperas de agarrar las pesadas alpacas por esas cuerdas negras tan delgadas... y el sol imponente de la época en la que se hace esto.