Aprendí a leer entre líneas a muy temprana edad.
Creo que aprendí la misma tarde en que se me cayó el mundo al suelo y tuve que irlo recogiendo con cepillo y cogedor. A nadie le he contado nunca lo que estoy tardando en barrerlo.
Con aquella bajada a los infiernos, porque al infierno se baja, conseguí aprender a distinguir la diferencia entre el Dar por el gusto de dar, y el Dar por el gusto de recibir. Y debido a esto es sumamente díficil que otra mujer y yo lleguemos a tener mucha afinidad porque prácticamente siempre, y digo siempre, la mujer Da por el gusto de recibir y cuando no, da por culo cuanto puede. Yo me dejo observar, siempre lo hago porque no me importa, y ellas siempre me observan. Que si esto que si lo otro, yo intentando abarcar y ellas observando. Cada una a lo suyo, como ha de ser. Rara es ya la vez en que fallo en mis distinciones, ya sé ver la diferencia.
Supongo y entiendo que me doctoré con Raquel, sí, no hay duda.
Por todo esto, y por más que ahora no viene a cuento, me siento mucho más cómoda y mejor acompañada con presencias masculinas y es bastante más estimulante, también, por otra parte. Pienso que el hombre da, pero porque tiene que dar y acaba dando y ya está, no se complica la vida y raro es el que se tiñe. Hoy, sin ir más lejos, he llorado y he reído con ellos. Ellas pasan de mi y yo de ellas.
Raquel se casará este fin de semana con el mismo que la desvirgó, aunque yo no he llorado por esto, a mi me parece muy bien que las cornudas se casen, es más, deberían casarse todas cuantas son y criar cuernos e hijos a partes iguales. Yo he llorado por algo mucho más absurdo pero que me es más importante: porque no sé ser una de ellas.
Me encontraba en el trabajo rumiando la tristeza que me supone el que no haya hecho por verme, tarareando interiormente una y otra vez el cabrones y cobardes de la mala y preguntándome si aún será tiempo para algo o ya no será tiempo de nada. Me consumía el pensamiento de que esta situación se prolongue mucho más allá en el tiempo y me decía a mi misma cuánto es mucho, cuánto es poco y cuánto es nada. La tristeza infinita que llego a sentir con esta clase de cavilaciones se hacía más y más grande, y más siempre ha sido más.
Bien, el sonido estándar de aviso de sms en mi teléfono móvil me sacó del ensimismamiento e hizo variar mi posición, alargando el brazo hasta sacar el aparato del bolso. Según desbloqueé el teclado aparecieron dos mensajes no leídos. Mientras comprobaba que ninguno de ellos era de Él, ya tenía nublada la vista iniciando el llanto. Con la lectura del primero de ellos, de un Sergi atosigándome por quedar conmigo, dos lágrimas recorrieron sin permiso mis mejillas. Con el segundo, de seny y muy señor mío, me sequé ambas lágrimas y le di al f5 de yahoo, sonriendo ya malvadamente, mientras me quedaba un instante ahí parada, clisada en la pantalla.
7 comentarios:
Fabuloso.
A mí me va por épocas, lo de sentirme más agusto con hombres o con mujeres. Hoy en día me es más o menos indiferente, hay tantísimos roles de género...
Y por lo demás... Joder si es triste. Hay que hacer algo (ojalá supiera el qué)
Yo con las mujeres me siento bien si me las follo...o si son amigas mías pero es cierto que ésa rivalidad existe y a veces a mí me toca los cojones porque ven en mí a una rival inexsistente, a ver qué me explique alguien qué tía puede tener celos de una bollera a la que se le acerquen los tíos si saben que no me gustan???
en fín, yo con el género masculino tengo amistades más verdaderas más sinceras sin reproches de ya no me llamas, ya no haces por verme, nada de eso, estan siempre dan, dan porque sí y punto.
Esa libertad con las mujeres sólo la consigo con mi amiga del alma y con otra colega más...pero bueno tía a pasar de ellas ve siempre donde encuentres armonía.
Ya una vez más compruebo que tu vida y la mía tienen algunas cositas que van en paralelo...igual te lo cuento en secreto.
un besazo y si tienes que llorar llora, porque mañana tienes que sonreír.
Espero haberte hecho reír más que llorar, a pesar de que no nos conocemos en persona.
Pues sí, que se casen todas. Y a poder ser, en el mismo día: así con la excusa de que no ser ubicuo, se va a un bodorrio y se pasa de tropecientos.
Bueno, ya mismo estarás de vacaciones: que vengas con la alegría de que Él no es el centro de tu ser, sólo El complemento que quieres tener cerquita el mayor tiempo posible.
Un beso.
Mejor "de no ser ubicuo" que "de que no ser ubicuo".
Ya soy difícil de entender como para poner palabras de más con las que tropieces y te rompas los piños.
Un beso en la otra mejilla.
"Da por el gusto de recibir y cuando no, da por culo cuanto puede"
a lo mejor no debo reirme, pero me estoy partiendo, lo siento
muy buena entrada
Hermosa canción.
(Vale, me piro y no vuelvo hasta el próximo post, entrada o sencillamente tu cuerpo, alma incluida, destilado y vertido ante mis ojos pegados al monitor que me separa de ti).
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