18 de noviembre de 2016

Otros treinta metros para empezar de nuevo

Se desnudó completamente dejándose los calcetines puestos y no le dije nada porque le quiero.

Esta vez okupamos otra habitación, igual de fría pero ésta sin ventana. Me dio el abrazo que le pedí y también me procuró en silencio mi buenaventurado orgasmo. Antes de dormir le pregunté y me aseguró que se había corrido enseguida porque desde nuestra última vez había pasado mucho tiempo... y lo dijo tan campante.

No tiene vergüenza, pero no le digo gran cosa; que me canso de este ritmo de hablar y vernos tan lento y poco más. Entonces me habla de tiempos mejores que vendrán. Desde que se hartase, no hemos vuelto a hablar de adónde nos dirigimos ni qué tal. Entonces no sé dónde puedo llegar ni en qué condiciones.

No me veo mucho más tiempo a este ritmo ni tampoco escuchando excusas, habrá cambios y espero no tener que vivirlos tan sola.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aquí estamos contigo hasta fin y más allá