7 de abril de 2017

No hay sultán más feliz que yo ni mendigo más pobre

Creo que él me escucha. No me escuchan apenas, lo valoro mucho.

Quiere lo mejor para mí. Estoy segura, lo ha demostrado varias veces.

Pero, siempre ha de haber un puto pero, entonces no entiendo por qué este vernos tan lento y este acostarnos tampoco y tan poco. Y entonces, para responderme, me digo una y otra vez lo puta que soy y la poca paciencia que tengo. Yo, minoría absoluta y puta. Me lo digo una vez y otra, para intentar mejorar, pero no sé si puedo.

Tengo ganas de él y de ningún otro, hambre de él y sed de él. No hay nada comparable a beber de la fuente de los deseos. Por desgracia él y yo no vivimos todavía en una isla desierta.

No hay comentarios: