Y me revuelco por el suelo

Los comienzos de año son todos una puta mierda y así ha de ser este escrito.

Los comienzos de año son todos una puta mierda porque los comienzos siempre cansan, cuesta arrancar, requieren cierto esfuerzo y hay que felicitar no se sabe bien el qué, hay que sonreir aunque no quieras y hay que portarse como es debido porque los comienzos, dicen, que tienen que ser buenos.

Para todas las cosas hay una primera vez y así habrá de ser siempre. Para algunas de ellas siempre hay distintas veces, que si se come, que si se cena, distintas ocasiones y situaciones con sus distintos motivos, causas y consecuencias. Se come, se bebe, se mira, se toca, se folla, se ríe y se llora tantas veces y de tantas maneras que se llega a perder la cuenta. Otras veces no se olvidan.

He llorado por algo nuevo. No es algo que me haya traido el nuevo año, las lágrimas aparecieron poco antes de nochebuena con un año y tres o cuatro porros de más. No anduvieron presentándose ni nada, aparecieron nada más porque sí y luego tuve yo que estar haciendo averiguaciones. Sigo sin llorar porque Angel no me quiera porque es algo que desconozco. Tampoco me da por llorar por no verle, ya hice costumbre. Esta vez he llorado porque me veo un paso más allá de la inocencia ya perdida, veo mi propia insignificancia en el vivir y no me gusta, me veo a mí misma en conversaciones que no me interesan lo más mínimo y hablando de la vida de los demás como si a mí me importaran, me veo fuera de lugar y fuera de toda lógica, ni tengo fuerzas ni ganas para continuar y siento que me he desprendido de la yo que antes era.

No soy la misma ni me parezco y aquella ya no va a volver. Antes me sobraba fuerza y valor para cualquier paso que daba, derrochaba energía y todo el mundo era muy simpático. Nadie parece percatarse que aquella ya no reside en mi, es una muerte dulce, la yo que zarandeaba al mundo hace tiempo que no hace presencia, la yo llena de coraje que luchaba por las cosas ya no está y siento que la he perdido para siempre. Ahora me quedo fuera de los corros que antes yo misma instauraba entusiasmada. Ahora si no estoy lo más probable es que no me echen en falta, así pueden falsear por doquier y quizá comentar mis extrañezas. Me he ido quedando fuera de todo aquello a lo que la gente quiere arrimarse y decir lo que realmente se piensa definitivamente no es buena idea. No me arrepiento pero esto de verme desganada, perdida, y de no pertenecer a ningún sitio hace de mí un bulto sin sentido, me aleja de todo, me mata haciéndome ver la yo que ya no soy.

Mi propósito para este nuevo año es no volver a creer en nadie. Sólo así no me sentiré como ahora me siento, sólo así veo posible seguir viviendo. He de concienciarme y no creerme el sentirme acompañada. En su día pensé que lo estaba, ya he comprobado con creces que no, ya basta. No se trata de una huida sino que me he dado cuenta que todo me falta. Nadie absolutamente nadie a mi alrededor ve o me dice ver que no estoy bien, es posible que nadie se de cuenta. Julia, Noelia y su novio francés me hablan de valentía en mi proceder, yo les hablo de necesidad y no nos entendemos. De qué estamos hechos. No espero lástima ni anhelo del resto, pensé que la realidad era otra y no ésta, simplemente no soy como ellos ni pretendo serlo. Darte cuenta de lo poco que significas entre todo aquello que pensaste que tenías es jodido y es triste, pero más triste es aparentar que se tiene algo siendo mentira.

Estas lágrimas nuevas son lágrimas de úlcera, y duelen las hijas de puta, pero no habrá muchas más como éstas porque no voy a consentirlo. No habiendo esperanza no hay lágrima, tampoco hay altar pero éste no sé siquiera dónde queda porque no se ve nada desde aquí abajo. Qué cansancio.Lo que no te mata dicen que te hace más fuerte, yo como cien kilos no peso entiendo que con estas ideas me estoy acorazando. Hasta hace poco creo que podría haber sido feliz con muy poquita cosa, sin coraza ninguna, sin escudo y hasta sin bragas. A partir de ahora me va a costar mucho más como un puto comienzo.

Estoy cansada de vivir, aunque no pienso en el suicidio. He vivido tanto sin darme cuenta que ha venido incluso mi propia muerte a representarse, no soy la que era. Ha sido graduarme las gafas y verlo todo ante mis ojos. Lo que sea me está matando, nadie va a venir a hacer nada por remediarlo y yo estoy demasiado cansada para actuar. Pienso que todo lo vivido es una irrealidad, que aparte de todas las mentiras y engaños que he tenido que ir viviendo alrededor hay otras muchas otras mentiras e intereses que desconocía y entre los que conviví sin saberlo. Entiendo la felicidad como inalcanzable porque me siento muy sola y me es tarde para sacar fuerzas que he ido escurriendo, deambulo y ya es bastante.