8 de octubre de 2012

Como rubia trenza que no cesa

Las cosas están cambiando, aunque este país sigue haciéndose mierda y no encuentro trabajo ni por arriba ni por abajo.

La Sandra, aparte de regalarme cinco días en las playas de Almería, me ha hecho entrega de un vestido, una falda y un quitaesmalte. Próximamente me entregará la cajita metálica donde guardo los cigarrillos que dejé en su coche y varios pintauñas que no utiliza. Ahora me llama, ahora también, ahora me chatea, ahora me mensajea, ahora no se lo cojo y ahora tampoco. Cuando finalmente leo que -por primera vez en la vida- Ángel ha hablado de mí en su presencia me lío entonces a ostias con el egoísmo y acabo corriendo a verla a su casa. Ahora parece que vive para alegrarme el día y tiene casera en el frigorífico.

Ahora Ángel entra en el bar sonriente e intenta, tres veces, contar lo bien que nos llevamos y cuánto nos reímos. Tiene evidentes ganas de hablar y de girar la conversación, pero el novio de la Sandra no se calla y parece imposible. No termina de decirlo hasta que el novio de la Sandra guarda silencio, asegurándose así que ella va a seguir la charla que está deseando dar. Cuenta en el colmo de la alegría que estuvo conmigo la última noche y después se dedica a detallar anécdotas de lo que fueron risas. Hace partícipes a la propia Sandra y también a su amigo ElMalo en sus explicaciones, recalcando que él y el resto estuvieron allí conmigo porque él me pidió que les invitase y no porque yo me ofreciera.

Recuerdo esa conversación, bebo casera. No eructo porque tengo todos los sentidos hechos oído. No la interrumpo mientras en mi cabeza le escucho a él hablar de nuevo, callejón abajo. Le va diciendo al Rufo que ahora tengo que invitar yo porque él me invitó en agosto, yo entonces le vuelvo a preguntar ¿es que aquella fue tu ruina? y él se ríe y todavía se sigue riendo, negándolo. Ahora ella dice que nunca le había visto tan contento, ella sigue diciéndome lo que quiero oír y todos los miedos del mundo me dicen cosas.

Ahora se permite corregirla en cuanto a mis estudios en Córdoba y le da la risa porque me sabía concejal independiente pero no de festejos y eso le hace entender parte de mi entonces plática. Ahora resulta que Ángel juega a la wii y vota a rajoy, pero no puedo caerle más en gracia. Ahora, mientras relleno mi vaso, le estoy recordando representándome el acto de la última introducción de su voto en las urnas, con supuesto vacile a los allí presentes incluido. Siempre introduce el voto en la urna el presidente de mesa y no él, por muy facha que se muestre, pero callo como una puta. Bebo y escucho.

Recuerdo también esa conversación, escucho y bebo. La Sandra no bebe, pero yo lo recuerdo perfectamente. No sé por qué Ángel acaba de sugerir a uno de sus acompañantes que tenga cuidado conmigo porque soy concejal. Ahora les estoy vacilando yo a ellos diciendo que a mí, entre rosas o gaviotas, solo me falta echar a volar y ahora me ha parecido entender cómo le dice en el bar a su amigo ElMalo que a él solo le falta el bigote. ElMalo se ríe, él también y pegan la risa a la Sandra que intenta pegármela a mí.

Ahora, en resumen, Él ya me cuenta hasta lo que comió en santiago de compostela y la Sandra cree que no se atreve a decirme nada. Nada es lo que sé de las intenciones de uno y otra. Le han perdido el miedo a la palabra y todo lo cuentan y todo lo dicen. Lo que quiero que me digan es a qué se debe tanto entusiasmo si después desaparece como siempre. Quizá vaya siendo hora de abandonar estos diecisiete años perpetuos con apariencia de veinticinco y colocarme realmente en los cuarenta y tres cuando ya me encuentre verdaderamente cansada de todo esto. Lo único que cambia respecto a tres años atrás es la cantidad de comentarios.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

chafan no me quiero irme por las ramas y si no es indiscrecion ayer lei la entrada no, no es el titulo de una canción y que quiere que le diga, a mi leer sus cosas me gusta mucho pero ayer la entrada era diferente..

besos

Chafan dijo...

Parece ser que le gusta también espiar, pero eso no me sirve. Haga el favor de resolverme la duda de este texto.

Anónimo dijo...

Lo vuelve a leer y nunca se sabe. Lo siento, no quiero delirar.

Anónimo dijo...

como ¿yo? voy a resolver tus dudas en la feria de los espejos deformantes. ¡Si no te conozco!
Pero si duermes con una camisa a rayas..