14 de febrero de 2010

Tengo una debilidad

Ahora mismo me siento bien y rara vez me siento así de enérgica.

Acabo de estar hablando durante algo más de dos horas con Fran, con su novia asintiendo a su lado. Y he visto al hermano de Julián. No existen más motivos, estoy encantada y muy segura de lo que soy ahora mismo. Las personas más personas de todas cuantas conozco me quieren y me quieren bien. Debo estar tranquila.

(...)

Fran asiste como yo, asombrado, ante la fuga de Mario al capricho de turno de Belén. Me dice que ni Mario le ha avisado de su marcha ni ha sabido nada de él, como yo, y tampoco lo entiende. Tras más de dos horas conmigo Fran se va a follar con la novia y yo aquí, enérgica, suscribo lo que le oigo a mi padre, que no cambia el mundo, cambian las personas.

El hermano de Julián, cuando éste me llevaba subida en su bmx, se reía de nosotros porque él terminaba más rápido el recorrido de calles trazado montado en su sillín de sky anatómico supergigante. Fue por entonces, otra tarde, transportando al desnutrido atrás en mi bh cuando éste, sin querer, enredó su pierna izquierda entre los radios de mi rueda trasera y su cobi de vainilla nata y chocolate besó el cemento a las cinco de la tarde.

Unos años -no muchos- después el hermano de Julián y la hermana del desnutrido, la cual usaba top y hablaba en clave, hacían manitas que Julián no sabía bien cómo explicarme. Yo le mostraba a éste la polla récord y extremoduro en doble pletina y él me descubría los doritos y la hobbyconsolas. El cielo era azul claro y tardaba muchísimo en anochecer. En la vuelta de mi primer viaje a la playa, cuando me robaron todo el equipaje, la abuela de ambos se ocupó en abastecerme de bermudas y camisetas de algodón de la pasada expo.

A Julián no tardando mucho se le rompió la inocencia no sé bien dónde y me vino diciendo una noche que lo mejor para mi era separarnos, que me juntase con la Sandra y él con el hermano de ésta y que no hiciese preguntas. No las hice. Me las contesté todas juntas un par de treces de agosto después cuando, bajo una lluvia de estrellas, mis ojos cayeron en los de Angel que se encontraban clisados en los míos y la Sandra le dijo a éste lo que le tendría que haber dicho yo directamente. Tengo entendido que, por entonces, el hermano de Julián comenzó a tratar con mis propios hermanos, sobre todo con Pedro pero yo tenía bastante con saber que Angel estaba ahí para mí.

Al hermano de Julián parece ser que le ha gustado siempre mucho el campo en general y los pájaros en particular y, aunque en mis casi seis años de relación con Alberto se me obnubila todo recuerdo, sí visualizo alguna que otra verbena en la cual el hermano de Julián dice o canta algo gracioso y yo le remato. Es alguien muy auténtico y siempre he valorado mucho esto en las personas.

Hay una noche cumbre con el hermano de Julián en septiembre de dos mil siete. Esa noche yo estreno los zapatos más chulos y más dañinos que he tenido en mi vida y recuerdo reirme sin parar con la por entonces novia loca del amigo gay que toda mujer quisiera tener y recuerdo beber y hablar, muchísimo. Cerca de las cinco de la mañana a Angel no se le ocurre mejor cosa que intentar joderme la noche en la que le estoy ignorando. Me encuentro riéndome aquí, allí, y la que fuera mi compañera de habitación de internado me frena. Se me pone a hablar del amor y otros cuentos, la sigo la conversación y a su lado está su hermana apodada por otros como la gacela. Ambas conocen ya a Pablo, el cual camina hacia nosotras. Yo a Pablo todavía no le conozco pero camina hacia nosotras junto a Angel, que acabo de ver cómo se le une. A mi compañera de habitación de internado Angel la resulta muy guapo, como no podía ser de otra manera. Hablo con Angel varias intrascendencias y ella sabe que a mi éste me pone desde siempre por lo que, mientras él no escucha, la digo la verdad que es una lástima porque lo que tiene de guapo lo tiene de hermético. Mientras intento medir mis explicaciones ambas presenciamos cómo de una forma descarada y ruin Angel comienza a camelarse a la gacela apuntándola con su rifle y jijijí jajajá que ahora te agarro el brazo, que ahora te cojo la mano, que ahora te la suelto, que ahora Chafan se va a vomitar tras las cortinas del garito. Puedo tardar unos siete minutos en encontrar un chicle de menta en el interior de mi bolso antes de regresar al exterior. Angel está despidiéndose de la gacela en plan barrio sésamo o la reina sofía y la que fuera mi compañera de habitación de internado se lanza a mi retorciéndome al oído que menos mal que el guapo era hermético. Puedo llegar a beberme tres o cuatro copas más. No sé cuando entra el hermano de Julián en escena pero ahí está presente cuando son las siete de la mañana y yo menciono que no sé humanamente cómo echar a andar con los zapatos más chulos y más dañinos que he tenido en la vida. El hermano de Julián opta por acompañarme en el camino pues se trata de la misma dirección y jijijí jajajá. Caminamos hablando sin importancia pero me siento bien hablando. Su tono de voz es tremendamente sosegado, lo contrario a lo que apunta el tamaño de su cuerpo, es como un EaEa constante. Poco después ya estamos viendo al sol mañanero enfocándonos de frente y me dice que estaría hablando conmigo tres días seguidos, dice hasta luego a su abuelo que madrugó para comprar pan, y me dice seriamente y me lo repite que tengo que procurar no cambiar nunca. Yo reitero que no soy gran cosa y que sé que podría ser bastante mejor de lo que soy y él entonces me contesta que me viene observando desde hace tiempo y que, viva lo que viva, no tengo que permitir nunca el dejar de ser yo. Me dice también que lo que yo hago es muy difícil y que me admira por ello. Creo que se refiere a que yo nunca jamás falseo ni hago nada que no me salga, pero ante el miedo a decepcionarle no se lo pregunto. Si por Angel hubiese sido yo no hubiera pegado ojo en toda la puta noche.

Desde entonces, el hermano de Julián y yo hemos tenido dos, tres conversaciones de coincidencia pero mucho más impersonales. Hace unos meses le encontré en el facebook a través de Elfeo, nos hicimos amigüitos y me envió un mensaje privado de unas cinco líneas en mayúscula en las que decía algo así como que nunca se me olvidase dónde estamos y lo que somos. No supe el qué contestar.

El hermano de Julián vive en 4lcorcón, al igual que Pocholo. Éste último estuvo en el bar de Mario hace un par de semanas. Me habló en un tono de voz que bien pudiera ser el mismo que utiliza el hermano de Julián los catorce de febrero, me sonrió en todo momento a pesar de haberme deshecho de él en septiembre y me preguntó, asombrándome ante su sí escuchar, si ahora estoy residiendo en el pueblo. No le dediqué apenas tiempo ni tampoco a su niño de fin de semana, medio metro más alto, que me observaba desde el taburete. Me apresuré a reunirme con Mario para irnos a cenar fuera al capricho de Belén.

Esta noche, cuando entro con Fran y su novia al bar de un Mario que se ha ido sin nosotros, el hermano de Julián está en el punto exacto de la barra en el cual estuvo Angel vacilándome hace dos meses. Se encuentra cubateando con Elfeo y mi hermano Pedro y, mientras el primero de ellos me pregunta si no estaba yo en Barcelona, el hermano de Julián me hace una reverencia, me guiña un ojo y me masajea la espalda tras plantarme dos besos. No cambia el mundo, cambian las personas, sí, y hay quien te da la vida y hay quien, si puede, te la quita.

5 comentarios:

fin dijo...
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fin dijo...
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Chafan dijo...

Mira a ver si puedes meterte las suplantaciones de identidad por el culo, seguro que te caben.

fin dijo...

Te voy a perdonar, pero a la próxima no vuelvo mas.

Emmaskarada dijo...

Chafan, me encantan tus descripciones de noches vertiginosas. Presiento buenos augurios para ti.