Por días se aleja.
No entiendo bien dónde quiere ir a colocarse. Yo, como Gloria Fuertes, sigo aquí, donde me puso.
Algo está pasando y no sé lo que es. No se ve bien desde mi posición, con abanico de posibilidades en mano. Posibilidad de aprobar una oposición en junio y posibilidades múltiples de hacer el amor con él. Desde aquí sólo veo números triples que se repiten por doquier constantemente y me dedico, abanico en mano, a buscarles un sentido que no tienen porque no me estoy enterando de lo que pasa.
Se resiste a pisar esta casa, no quiere entrar en esta locura. Me dice que viene, que va a venir, pero no viene nunca. Me acuerdo de la Loba herida y no me masturbo. Estoy expectante, aunque no me cuenta nada del otro jueves.
Me enfrío a semanas, sobre todo dentro de aquellas salas. Él, todo simpatía y dicharacherismo me enviaba fotos a primeros de octubre de su menú con los amigotes. Hace veinte días, acompañado de uno sólo de estos amigotes, me envío un saludo de éste y un luego te sigo escribiendo. Desde hace días me dice que se duerme o ni contesta porque está dormido. Hoy tenía mucho sueño al cabo de un cuarto de hora. En fin.
Tengo los pies helados. Quiero acercarme a los suyos por debajo de las sábanas y que él sea lo primero que vea por la mañana, con sus ojos haciéndose verde y abiertos, porque dice que los abre a las 7 por arte de magia, ni antes ni después. Lo he sabido hace unos días, aunque de nada me sirve.
3 comentarios:
Hay alguna persona, hombre o mujer, lo que sea, de conducta paranormal, epiléptico o subnormal, para que te entienda?
Desde que eras muy pequeña te gustó escuchar como crujía tu motor,
llévame contigo, llévame de aquí, que me estrelle si soy feliz.
Pasa un avión
-cabrón-
a reacción.
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