Este fin de semana me lo he pasado filosofando, es decir, haciendo el imbécil sin solucionar nada.
El viernes me teñí el pelo de nuevo, semidefinitivo ya, discutí cambiando impresiones con Sandra que me cansa muchísimo y me bebi una botella de sidra de villaviciosa de asturias, un pueblo en el que estuve media tarde hace ahora cuatro años y que ni recuerdo.
Le tomé prestados dos cogollos de marihuana a mi hermano Miguel para abastecerme hasta el domingo y de lo cual me ha sobrado apenas un porro. No me apetecía salir a tomarme una copa siquiera por lo que estuve hasta cerca de las cinco de la mañana haciendo cábalas con Mario, metidos en mi coche, fuma que te fuma.
El sábado me estuve moviendo con Susana, lo ha dejado con el novio, parece algo para siempre. Yo la he puesto al día de mis últimos movimientos, ella dice que tengo una vida de lo más interesante y yo pienso -sí, por los cojones-, no me pasan más que tragedias.
Me mantuve en mis cosas, siempre estoy en mis cosas porque no estoy con él. Voy a dar un giro a todo esto o me quedo gilipollas, una de dos y puede que se realice la segunda opción visto lo acontecido:
El sábado supe de la posibilidad de encontrarme con él, íbamos a salir, de hecho no era ni la una de la mañana y todos parecían tener prisa, cuando son otr@s los que tienen prisa siempre salimos. Al rato de estar allí apareció con los amigos. Yo no veo una mierda de lejos pero le intuía, Mario después me cuenta que cuando ellos llegaron desde su posición no me veía por lo que giró y se puso totalmente en diagonal a mi y allí se mantuvo un rato.
El caso es que le veo poca cosa pero le veo muy bien y ni yo me acerco a saludarlo ni él hace intenciones de venirme a decir nada. Mario dice que me estuvo observando, yo parece que vi eso también en alguna ocasión pero ahi seguía de lo más entretenido y de vez en cuando siguiendo la música con movimientos de cabeza. Me pone que es algo extraordinario pero no fui a decirle una mierda aun siendo consciente que algo tengo que hacer con esto.
Ayer domingo a las tres y media de la mañana me manda un sms Sandra, me cuenta que el que está con la hija del jefe no es él, es otro, y que él no tiene novia. No la contesto puesto que lo único que podría salir de mi serían malas palabras. Esta mañana me manda otros dos sms, en el primero me pregunta si sé que él ha vendido el coche. Cansarme es poco, la contesto que no sé nada, que no le he visto. Me responde que lo ha vendido y se ha comprado otro más grande y que cree que el sábado salió.
Pienso y se lo comenté a Mario cuando volvimos que ya es necesidad el hablar con él y que el hecho de vernos así en estas condiciones tampoco me sorprende, pensé que me iba a afectar más pero no, se me hizo leve, y a no ser que se dé otra situación distinta es muy poco probable que él venga a saludarme y hasta que esa otra situación no se dé yo tampoco voy a ir expresamente a saludarlo allá por haberle visto, que son ya muchas cosas y que me encuentro saturada.
Ahora bien, se lo dije a César y ahora se lo he dicho a Mario y a Susana: de este verano no pasa. Este verano esto toma otra posición, sea la que sea, para bien o para mal pero así no continúo ya más tiempo, es absurdo, ridículo y casi diría que surrealista todo esto que vivimos.
El viernes me teñí el pelo de nuevo, semidefinitivo ya, discutí cambiando impresiones con Sandra que me cansa muchísimo y me bebi una botella de sidra de villaviciosa de asturias, un pueblo en el que estuve media tarde hace ahora cuatro años y que ni recuerdo.
Le tomé prestados dos cogollos de marihuana a mi hermano Miguel para abastecerme hasta el domingo y de lo cual me ha sobrado apenas un porro. No me apetecía salir a tomarme una copa siquiera por lo que estuve hasta cerca de las cinco de la mañana haciendo cábalas con Mario, metidos en mi coche, fuma que te fuma.
El sábado me estuve moviendo con Susana, lo ha dejado con el novio, parece algo para siempre. Yo la he puesto al día de mis últimos movimientos, ella dice que tengo una vida de lo más interesante y yo pienso -sí, por los cojones-, no me pasan más que tragedias.
Me mantuve en mis cosas, siempre estoy en mis cosas porque no estoy con él. Voy a dar un giro a todo esto o me quedo gilipollas, una de dos y puede que se realice la segunda opción visto lo acontecido:
El sábado supe de la posibilidad de encontrarme con él, íbamos a salir, de hecho no era ni la una de la mañana y todos parecían tener prisa, cuando son otr@s los que tienen prisa siempre salimos. Al rato de estar allí apareció con los amigos. Yo no veo una mierda de lejos pero le intuía, Mario después me cuenta que cuando ellos llegaron desde su posición no me veía por lo que giró y se puso totalmente en diagonal a mi y allí se mantuvo un rato.
El caso es que le veo poca cosa pero le veo muy bien y ni yo me acerco a saludarlo ni él hace intenciones de venirme a decir nada. Mario dice que me estuvo observando, yo parece que vi eso también en alguna ocasión pero ahi seguía de lo más entretenido y de vez en cuando siguiendo la música con movimientos de cabeza. Me pone que es algo extraordinario pero no fui a decirle una mierda aun siendo consciente que algo tengo que hacer con esto.
Ayer domingo a las tres y media de la mañana me manda un sms Sandra, me cuenta que el que está con la hija del jefe no es él, es otro, y que él no tiene novia. No la contesto puesto que lo único que podría salir de mi serían malas palabras. Esta mañana me manda otros dos sms, en el primero me pregunta si sé que él ha vendido el coche. Cansarme es poco, la contesto que no sé nada, que no le he visto. Me responde que lo ha vendido y se ha comprado otro más grande y que cree que el sábado salió.
Pienso y se lo comenté a Mario cuando volvimos que ya es necesidad el hablar con él y que el hecho de vernos así en estas condiciones tampoco me sorprende, pensé que me iba a afectar más pero no, se me hizo leve, y a no ser que se dé otra situación distinta es muy poco probable que él venga a saludarme y hasta que esa otra situación no se dé yo tampoco voy a ir expresamente a saludarlo allá por haberle visto, que son ya muchas cosas y que me encuentro saturada.
Ahora bien, se lo dije a César y ahora se lo he dicho a Mario y a Susana: de este verano no pasa. Este verano esto toma otra posición, sea la que sea, para bien o para mal pero así no continúo ya más tiempo, es absurdo, ridículo y casi diría que surrealista todo esto que vivimos.
A pesar de tanta miseria junta le sigo sintiendo dentro y ni follando con otros se me quita, de esto tengo yo que salir.
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