9 de mayo de 2009

Rotura de anterior cruzado

Supongamos que anoche, mientras yo dormía semidesnuda y plácidamente en mi cama, al jefe del sitio donde trabajo le dio una angina de pecho y la palmó estando acostado en la suya sin darle siquiera tiempo a despedirse de su mujer, que dormía a medio metro con su pijama de franela abotonado hasta el cuello. Bien. Partiendo de esta base, yo puedo decir que hoy me he ligado a todos los (tres) ejemplares masculinos que me han hablado a los ojos.

Tras comer yo sóla en el burguer de la calle Esparteros, en Sol, voy caminando con los auriculares puestos por la calle Mayor. No quiero mirar hacia la plaza porque debajo de uno de sus arcos, en mitad de los escalones y el efecto del vino, decidí acompañar a Ben a su hotel y follármelo; en ese orden. No quiero mirar hacia la plaza, hacia dos años atrás, no quiero. Lo que quiero son cosas nuevas, un no parar de hacerlas. Continúo caminando por la calle Mayor hasta el Palacio Real, donde me junto con Ché, y desde allí, tras no poder ver la colección del Carlos IV por causas ajenas a metro, continuamos bajando andando por la Puerta de Toledo hasta la Ronda de Valencia.

Estamos dentro de La Casa Encendida porque ofrece gratis Retratos de NY: fotografías del MoMA. Como no veo del todo bien me acerco mucho a cada una de las fotos para así poder leer sus títulos. Cindy Sherman, Lee Friedlander, Berenice Abbott, Weegee, Alfred Stieglitz y Cartier-Bresson, entre algún otro. Tanto Ché como yo vamos intercambiando opiniones y detalles sobre las imágenes porque ella entiende bastante más que yo y eso me gusta y me anima a participar. El chico de uno noventa que nos viene siguiendo desde la lámina 6, estando ya en la 18 o más, según leo en voz alta impresión en gelatina de plata abre la boca por vez primera en su seguimiento y, ante mi apunte, dice que para no entender tengo mucha sensibilidad para la fotografía. *Colocar aquí imagen de ligamento 1.

Una vez en la calle, y mientras dejamos atrás la fachada del Reina Sofía, Ché me recuerda el especial que se dedicó a Salvador Dalí en esas instalaciones. No quiero recordar esos hechos, aquella visita, porque entonces recuerdo la ansiedad ahogándome, mi salida al claustro para tomar aire y mi no entendimiento con Alberto, que por entonces me acompañaba. No quiero recordar cinco años atrás o seis, o la semana pasada, no quiero. Lo que quiero son cosas nuevas, un no parar de hacerlas, ya lo he dicho. Confirmo a Ché que haremos más cosas juntas y me despido posteriormente de ella cuando llegamos a la glorieta de Atocha.

Llamo por teléfono a César mientras camino por el paso de peatones que da acceso a la estación del ave. Tengo que llamarlo porque me he comprometido con él en acompañarlo hoy a un cumpleaños y son las siete de la tarde y todavía no me ha dicho la hora ni el sitio donde encontrarnos. Suena tono tras tono y no contesta por lo que decido acceder a la renfe. Me cruzo el jardín tropical cubierto en su plenitud valorando si irme ya para casa o acercarme a Alcorcón y, mientras estoy pasando los torniquetes del control de acceso, el chico que pasa a mi izquierda y que guarda un cierto parecido con el Alfonso de Borbón me indica algo así como que debería estar prohibido que pagasen las guapasverdadpreciosa. *Colocar aquí imagen de ligamento 2.

Aunque no calienta el sol, la gente igualmente se cobija a la sombra de los bancos en la parada de los taxis. Al rodear la esquina de la calle en cuestión escucho, ya desde ahí, la música que sale del interior del bar. Me paro y me enciendo un cigarro porque entiendo que no habrá gente dentro. Al entrar encuentro que sólo está el camarero, recostado en un taburete sobre la máquina de café, medio silbando acompañando la música. Me reconoce, y no tiene acuarius, no tiene nestea, no tiene cocacola, sólo tiene ganas de mirarme a los ojos. Me sirve la cocacola light, toma asiento de nuevo frente a mi taburete y comienza a hacerme preguntas, Tánger, Asilah, Tetuán, Rabat, Chaouen, Zagora, Masokh, afirma llamarse fonéticamente Masokh. De Marrakesh no me dice nada.

Despacha rápido al paisano que acaba de entrar y lo hace con fonemas que no entiendo. Yo hago lo propio con quien me sirve el hachís. Volvemos a quedarnos solos y ahora ya no me pregunta, ahora ya considera el camino hecho estando yo, al otro lado de la barra, cansada de tanto andar. Me habla de la crisis económica y de ahí pasa a hablarme de la sentimental y, yo no sé bien cómo pero, todo se sale de madre y acaba diciéndome literalmente que quiere salir conmigo. *Colocar aquí imagen de ligamento 3.

A mi me da la risa y aunque quisiera poder hacer algo que no fuese reirme me es imposible. Sin darme tiempo a responder vuelven las preguntas, mi verano, mi casa, mi novio, mi exnovio, mi nombre. No se acordaba de mi nombre y con mi nombre se entretiene pero a mi ya me entran las prisas y, aunque él me habla entusiasmado del significado de mi nombre en árabe, le corto y cierro diciendo que ya me lo sabía y que allá en Marruecos mi nombre se terminó convirtiendo en la canción de barrio sésamo.

Coco. *Colocar aquí imagen de ligamento 4, 5 y lo que rima.

Cerca.

Lejos.

Sí, me sigo drogando. Soy débil.

Ya no son cuatro o cinco porros diarios. Ahora son tres (tres) y no me hacen ni cosquillas.

Salgo del bar al poco rato de decirle lo que realmente me interesaba: el chocolate que me venden es una mierda. Una mierda, sí, aunque cuando regreso a la renfe me fumo el que ha sido el cuarto de la tarde mientras espero en el andén la llegada del tren que me traería a casa. Desde allí, porro en mano y risa en boca, contesto a César al teléfono. Quiero salir con él así que nos veremos comer el domingo.

4 comentarios:

patry dijo...

Me dejas sin palabras!!!! genial descripción pero he de decirte que si el moro te tiró los trastos es pa una se anime y se le suba la moral, drogada o no un piropo siempre viene bien, aunque sea de un feo.

No recuerdes aunque cuesta quitarse el lastre de las malas sensaciones, te entiendo perfectamente, pero lo q más admiro de ti es que tiras pa alante y eso está de puta madre, aunque tu nombre sea canción de Barrio Sésamo en Marruecos.

pd: me encanta esa canción.

ruidoperro dijo...

no me pusiste el link entero de la canción, lo cual aumenta, si cabe la curiosidad que siento. Respecto a la gran vía, siempre me ha gustado más la zona de fuencarral que la de plaza españa.

Y sí, mirar hacia adelante es lo único, pero cuando tú miras hacia atrás a mí me encanta.

Por cierto, el comentario eliminado era mío, lo publiqué con otra identidad.

cuentagotas dijo...

Me identifico con lo de que no quieres es mirar para atrás, sino un no parar de cosas nuevas.

Y joder, me encanta tu manera de narrar, en general.

(A título anecdótico: si estuviste por Sol el sábado estuvimos cerquita, cerquita).

Chafan dijo...

patrycio, no sé si dices que te gusta don pimpón o mis paisanos.

ruido, he de decir que primero te subí el link a ti y aluego me dio envidia y me subí yo otro video acá. espero que te hiciera sonreir, a mi con el plá siempre me pasa.

moza, mis hechos acontecieron el viernes y no el sabat solo que colgué esto a las mil de la madrugada...
___________________
Quiero dejar constancia aquí mismo que anduve removiendo a Andresito hace unos dias en un post y posteriormente jugaron y en el 93' clasificó al barça él solito con un trallazo a la final de champions. Si por poco muero de gusto. Después, titulo esta mierda como Rotura de anterior cruzado y Andresito posteriormente va y se lesiona con Rotura de recto anterior. Es que tiene cojones, qué cosas.