5 de octubre de 2009

Busco me

Son varias y muy diversas las personas aconsejándome que procure que este año en blanco no sea para mí un año de mera transición. Esto me hace pensar en que la sensación de pérdida de tiempo es una de las peores sensaciones que se pueden tener.

Ninguna de estas personas sabe que mi interés, ya sea en este año o en los sucesivos, es conseguir hallar ese punto de no retorno que no encuentro en mí pero que, sin embargo, sí les veo a ellos permitiéndoles hacer borrón y cuenta nueva. Un vacío más grande que éste que me ocupa no lo contemplo y me jode el pensar que aumente, pero aunque me siento así ese punto de no retorno no llega. No sé qué es lo que me falta para alcanzarlo, quisiera -a ratos- llegar a él y quizás se trate de entregarlo todo y sentir la derrota más absoluta para luego, ya sí, poder comenzar de nuevo.

De ser así creo que esa entrega no estoy dispuesta a darla ahora, aunque de este modo quizá yo misma me esté procurando este no final. Me da igual, ahora no toca, qué puedo yo entregar si tengo una desconfianza que no me cabe en el cuerpo, ahora no es tiempo de entrega. No es que piense que mi tiempo está bien empleado, ni muchísimo menos, más bien no dejo de perderlo pero si esta no entrega es la razón, por la cual el punto de no retorno no llega, entonces yo asumo las consecuencias.

El hecho de que mis veinticuatro meses con derecho a prestación hayan comenzado a contar a partir del presente mes y el no saber qué hacer con mis días no tienen, repito, no tienen apenas cabida en mi pensar si lo comparo con el cúmulo de pensamientos que barajo respecto a mi misma historia de siempre. No sé si alguna vez me cansaré de tanta cábala, si me debilitaré al verLe mojándome el tanga como acostumbro o si, por el contrario, todo lo que entregaré será mala hostia. Tampoco sé si me llegaré a emborrachar lo suficiente hasta llegar a rozar ese deseado punto.

Es posible que esté equivocada en mis puntos de apoyo y es también algo probable puesto que me equivoco mucho. En algún sitio escuché una vez que cuando no es posible pensar con la cabeza, se ha de pensar con el corazón y viceversa. Pero yo, que soy egoista por naturaleza, la pequeña de ocho y negándome a ser un puto número, casi siempre me inclino a pensar por propia conveniencia e incluso a veces lo hago sólo con el dedo corazón de la mano derecha, siendo éste un punto muy a tener en cuenta.

Todo es relativo y ahora mismo pienso que quizá ese punto de no retorno no tenga por qué darse y pueda llegar a ser coma la mitad de las veces. Para algunos media vida es tener cincuenta años, para otros son dos años porque se han hecho muy largos, media vida puede ser la estrategia de un polvo o lo que dura una misa. Una media vida puede ser cualquier cosa menos una vida entera, así supongo que todo consiste en el punto que se le quiera dar a las cosas.

Entiendo que yo me resisto al punto y final porque creo que todavía nos sobra suficiente vida para que nos comamos el uno al otro la boca, el orgullo, la paciencia, las perdices que uno cazaría y el otro removería a fuego lento en la cazuela. Creo que merece la pena seguir haciendo lo que me plazca, punto y coma, es lo que hago siempre y lo que mejor sé hacer y si ahora creo que toca esperar, espero y punto.



ya no me divierto pienso algunos días
y al otro día no hay sol que me acueste
me echo a correr buscando no se qué
pensando que tal vez es posible reponerse
...y busco me busco y no me encuentro

BB

10 comentarios:

patry dijo...

La no rutina puede ser una catástrofe mental o una nueva oportunidad para hacer todo aquello que el trabajo te impedía por sus horarios; desde cosas de ocio:cine, caminar por las mañanas madrileñas, tomar cafés a deshoras...hasta cursos que te interesen, como de fotografía, o de escritura...ambas cosas las haces muy bien y podrían servirte para algo más que aprender como por ejemplo conocer a gente nueva, hablar con personas diferentes o no pensar en exceso...

Un abrazote fuerte

Señor De la Vega dijo...

Mi Señora Chafan,
Usted se lo come y se lo guisa.
Leyéndola eso parece.
Da igual lo vacía que se encuentre, que usted con aire suyo, justifica su círculo y se enroca en la torre.
No le sobran argumentos propios para quedarse catatónica, porque su bloqueo es sentimental y no mental. Le duele reconocer que con tanto coco, fumada o despierta, le dieron en el trasero una patada que se niega a aceptar que se la dieron y quedó de 'tonta el bote'.
Por otro lado, íntimamente sabe que es de lo más trivial, vulgar, común, lo que le sucede, y que le duele más el haber perdido que lo que ha perdido. De hecho su tragedia sentimental no tiene, por no tener, ni tragedia.
Vista su vida desde lejos, (si como me dijo, es cierto que habla de su vida real), usted cuando escribe se mira desde más arriba más que yo mismo la miro, a pesar de carecer de perspectiva y andar cegada de egoísmo.
Tiene delante 24 meses y si la vida no se le acaba con la prestación por desempleo, seguro que muchos más de anodina existencia.
Mi consejo es que no se preocupe y siga en su círculo vicioso todo el tiempo que pueda, pensando en las perdices, usando el dedo para pedir un autostop al príncipe, tomando las drogas legales e ilegales a su disposición todo lo que pueda, intentando razonar para anular las razones del prójimo y razonar para anularse, al fin y al cabo ¿quién mejor que usted, que aún se conoce?
Disfrute su miseria, es suya, solo suya, ahora que es irresponsable, disfrútela lo que pueda porque quizás en el futuro no pueda, cuando crezca. ¿O quizás sí? Su vida también, sea una vida de completo fracaso, como esta primera mitad de su vida.
Besos sin labios y Suyo, Z+-----

Chafan dijo...

Señor zorro, tenga a bien relatarme qué patada, según usté, me han dado en el trasero y, que dice, yo me niego a reconocer.

No crea que tengo yo intención de esconder algo o ganas de hablar de una vida real que no sea la mía propia, aquí en mis balcones.

Señor De la Vega dijo...

Mi Señora Chafan,
Mi Señora, me pareció entender en su penúltimo párrafo que usted sigue como dama del XIX, esperando sus perdices en el más clásico de los clásicos...¿Quién lo pensaría al leerla a veces rodeada de humos de genialidad? ¿o justo por eso quién lo dudaría?
"Entiendo que yo me resisto al punto y final porque creo que todavía nos sobra suficiente vida para que nos comamos el uno al otro la boca, el orgullo, la paciencia, las perdices que uno cazaría y el otro removería a fuego lento en la cazuela."

Déjeme equivocarme, pienso que uno de los personajes de su vida es Ángel, ese chico que solo interpreta de Chafan lo que a él le conviene, mientras chuta con la izquierda un trasero esférico.
Pero es que yo de fútbol, ni entiendo ni me interesa, porque quizás no sea una patada al cuero, sino un acto sadomaso que la pelota espera, y yo ignorante de su real vida, ni me entero porque...

¿Sabe Señora?, es que a mí, sin descartar el tesoro poético que ofrecen los amores fracasados, solo me atrae en lo real, la relación de iguales, igual amor, igual respeto, igual juego. Las diferencias que la pongan las t'r'etas y los güebos.

Por otro lado, no creo que tenga intención de ocultar nada o le falten agallas para mostrarlo todo... nunca he dudado de eso, su lengua en prosa es desnuda y directa, dispuesta siempre a un muerdo o a un bocado.

Lo que sucede, es que a continuación de reconocer su deriva, reclama el derecho a estar perdida y le gusta verse distinta mientras se hunde el Titanic de su vida, sin subirse a un bote de consuelo, porque la travesía sigue, quiera o no quiera, se hiele o se derrita Chafandika.

Besos y Suyo, Z+-----

Chafan dijo...

Gracias por la rapidez en su aclaración.

Déjeme decirle que, más allá de la forma de expresar que usté y yo utilicemos, hablamos idiomas muy diferentes. Equivóquese cuanto quiera, de hecho hoy me sirvió para reafirmarme en lo que creo.

Mantengo, pues, mis puntos de apoyo intactos y el tiempo será el que otorgue...

Señor De la Vega dijo...

Me alegro en haberle servido de algo (¿quién sabe si bueno o menos bueno).

Dicen que decía Arquimides, "¡deme un punto de apoyo y moveré la tierra!", usted con más de uno tiene para mover todos sus universos.
Al final, resultará ser Chafán mi Hipatia.
Suyo, Z+-----

Anonymous dijo...

Folla me

david dijo...

Perder el tiempo una mala sensación, dice(s en) el primer párrafo.

Ya discrepando desde ahí, hay que joderse. Para mí perder el tiempo es lo más glorioso de la vida (claro que hay que definir perder el tiempo, aceptar si vale levantarse tarde, si se pueden hacer cosas, etc).

Pero no contesto para decir que discrepo con el párrafo #1, que sería de un mal gusto terrible. Contesto para decir que discrepo con el penultimo, el de las medias vidas.

La media vida no existe. El pasado no existe, es un fondo pintado, una pared, una biblioteca prestada y engañosa. Sólo existe una vida, entera, que es la que queda por delante. Y que encima no es nada de fiar, porque es voluble, mareante.

Olvídate de medir vidas a medias. Y a quien hable de ellas, dile que las olvide. Dos días pueden ser eternos, como dices, media vida. O dos vidas, para alguien que al cabo de un día muera atropellado, o asaltado por un partisano zulú, o atropellado por un canguro en fuga.

Mirar atrás o adelante por la ventana del tiempo es siempre hacernos trampa.

Si se hace sabiéndolo, pues bueno. Pero si no, peligro.

Anonymous dijo...

Siempre andas deprimida. No fumes tanto porro si no quieres estallar un día de estos, oh chafandika.

lágrima dijo...

Es la primera vez que leo tu blog y no sé si tengo derecho a opinar pero, te diré algunas cosas...
-Creo que nadie llega al punto de no retorno si no quiere.
-Creo que querer es muy difícil y que hacerlo bien es aún más. Creo que se demuetra lo que se quiere y lo bien que se hace, una vez acabada la relación. Lo difícil, es acabar bien con la persona, porque el camino rápido, es odiar. Duele mucho más aceptar que le quieres mientras aceptas a la vez que se acabó.
-Y creo, por experiencia propia, que dependiendo de la persona, antes o después, deja doler o mejor dicho, sigue doliendo pero ya, no se siente...
No sé si servirá de algo lo que he escrito pero ánimo.