2 de agosto de 2015

Por los tres clavos que te clavaron

El amigo gay que toda mujer quisiera tener a veces me pregunta por Ángel. También lo hacen la Sandra y Bea. Me preguntan ahora, siendo evidente que nos queremos menos que nunca.

Anoche nuestro amigo común no me preguntó por él, pero le mencionó tres veces. La primera para contarme que ahora él ejerce de concejal sin gobierno por culpa suya. La segunda para decirme que intentó comprar su voto por cien euros, sin conseguirlo, como si yo no supiera que Ángel fue derechito a votar a la Cospedal. Me dolió el alma al escuchar su nombre, a esa hija de puta la mencioné yo. De la tercera ya no me acuerdo, pero sé que la hubo porque respondí

-ya que le gustan tanto las escopetas quiza debería pegarse un tiro.

Me ayudé de la mano derecha y muy delicadamente dejé caer mi dedo índice sobre el esfenoides de nuestro amigo común, simulando el último disparo. En ese momento les habría matado a todos. Creo que se hizo silencio, me sorprendí a mí misma cuando ya estaba hecho. No volvió a mencionarlo.

Anoche nuestro amigo común se folló a la chica que me acompañó al concierto de Extremoduro. Tras el concierto, mi noche se redujo a la escucha de episodios trágicos entre nuestro amigo común y ella, uno detrás de otro. Y el año anterior al concierto, en ese mismo sitio, follamos los cuatro, cada oveja con su pareja. No sé si por lo primero o por lo último, esta chica anoche me saludó, me plantó dos besos muy sonriente y me preguntó que tal diciéndome que ella estaba muy bien. Inmediatamente después, esta chica le preguntó al amigo gay que toda mujer quisiera tener

-¿Dónde está Chafan?

La mujer del ya marido, nuestro amigo en común y el amigo gay que toda mujer quisiera tener se rieron mucho tras la respuesta de este último, señalandome. Esta chica, siendo la que más se reía, me plantó otros dos besos más, chupandome la energía con su medio abrazo y me dijo que me veía muy cambiada y no me había reconocido. No pregunté si el cambio era a mejor porque su opinión me importa una mierda. Se hizo silencio y tuve que sonreír al no poder matarla. Nuestro amigo en común, que la noche que follamos los cuatro en ese mismo sitio delante de Ángel la estuvo criticando previamente, debía tener más ganas de follar que yo porque no se despegaba de su lado y ella no dejaba de reír.

Anoche me hice una foto con nuestro amigo común poniendo cara de otra. El disparo de la foto fue suyo y de frente, mientras esta chica pensaba que la foto estaba siendo para ella y otros dos a los que se la estuvo chupando. La energía es esencial para la vida y cualquiera puede chupartela. 

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