22 de mayo de 2008

Un rayo de sol

Este fin de semana me voy de escapada rápida a la carretera de Valencia, en el primer sitio donde haya playa y sol allí nos quedaremos hasta el domingo. Iré con Mario y con César, estamos los tres a cual más blanco, en madrid está el tiempo raro y solo hay sol a ratos, no se puede consentir el presentarnos en junio en estas condiciones.

He cambiado un par de mensajes con Sandra, ya la he dicho que haga el favor de averiguar eso y dejarse de gilipolleces. El lunes por la mañana ya me estaba preguntando qué tal mi fin de semana sin haberse dignado siquiera a indagarme lo que me es importante, la mataría.

También he sabido de Mikie, pensé que pudiera desaparecer para siempre pero no, ha hecho todo lo contrario. Me escribió un mail muy majete disculpándose de nuevo, explicándome sus pensamientos y de nuevo su versión de los hechos y esta vez detallando, me ha gustado, y bueno, tras hablar con él por teléfono el domingo ya pensé en que parecía sincero pero a mi no me deja para otro momento nadie porque no me da la gana, tampoco es plan que el chico se piense que me he ofendido o algo así, no es el caso solo que para chula yo y de ahi la reacción que tuve.

Creo que nos hemos entendido. Dice entender todo como comprensible por lo que seguimos en contacto, me cuenta que intuye que nos vamos a ver más veces, a mi me da la risa, yo que sé. Se ha tomado la licencia de decirme que el hecho de morderle yo la oreja -cosa de la que se quejó en el hotel-, que no le gusta, es más: que le despone, dice. Le he pedido permiso para decirle yo lo que me despone a mi de sus movimientos, va a flipar.

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