Todos los hombres matan.
Algunos, con una mirada amarga.
Otros, con una palabra simpática.
El cobarde, con un beso.
La otra noche, en La diosa de Montera, en un momento dado, César me miró a los ojos y me preguntó si he vuelto a saber de Ángel. Le respondí la verdad, que no, pero que no por eso se me olvida. Esa es mi realidad. Me sentí bastante ridícula oyéndome decirlo en voz alta pero es algo cierto y él, todo lo que hizo fue guardar silencio. Con César nunca utilizo maquillaje de ningún tipo.
Por otra parte, he vuelto a pintarme la raya en los ojos. Hacía ya mucho tiempo que no lo hacía de forma habitual, demasiado tiempo. Abandoné el ritual de pintarme una noche en la cual mi hermano Miguel, once años mayor que yo, me dijo a mis diecisiete que no distinguía entre la puerta de la cocina y yo. También me dijo que si todas aquellas que se pintan tuviesen mis ojos seguramente no se pintaría ninguna. Me habló con cierto desprecio y esto me hizo hacerle caso.
Ahora con mis ojos pintados recorro los pasillos de metro, tal y como hago siempre, con la diferencia que ahora me siento más conforme ya que entiendo que me miran por motivos más concretos y lo encuentro todo más en su sitio. Quizá piensen lo que me dijo mi hermano o quizá no, yo me encuentro ahora más cómoda así. Me miro de frente y, si no me conociera, pensaría que vengo de la India o que debo tener una colección de amantes, una vida apasionante, detrás del misterio que guardo ahora en mi mirar. Un mirar más oscuro.
En cualquier caso la realidad siempre ha sido y será relativa, incluso en el silencio de una mirada.
4 comentarios:
Para mí q el maquillaje te da cierta seguridad y te hace sentir bien.
La realidad siempre es relativa, afortunadamente, de no ser así no existirían diferentes puntos de vista para una misma cosa.... con respecto a Ángel....q te vea como eres seguro q lo deslumbrarás.
Yo siempre voy con la cara lavada, ni siquiera sé maquillarme de forma que no se note que voy maquillada.
Creo que subestimo el lenguaje corporal, o que no lo manejo bien, o que no me parece importante. Puede que las tres cosas.
Tú sólo con escribir ya transmites sensualidad.
el comentario destructivo de tu hermano es el típico de
"Ay! Que la niña está wapísima y no quiero que nadie se dé cuenta ni la mire ni nada de nada. Quiero que siga siendo mi hermanita pequeñita, virginal e intocable"
besos de viernes, que siempre son soleados.
A lo mejor a fuerza de pintarte y de parecerte a esa mujer, te conviertes en ella. Todo es cuestión de práctica.
Y respecto a pintarse los ojos... Creo que el maquillaje solo tiene que realzar, nunca volver artificial a alguien. Es como las gafas de sol, de verdad quieres sustituir tu mirada por un par de cristales? Yo creo que no.
PD: tu hermano era un hacha xD Yo suelo decirle a las amigas que se pasan con el maquillaje que si han usado un arma de Paintball, pero lo de tu hermano es mas sutil.
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