Nueve más dos, once y me llevo una porque se ha quedado dormido.
Ni en los mejores sueños consideré tenerle tan cerca y tan pendiente de mí. A partir de ahora dejaré de contar ya que la cantidad no importa mientras el nivel de calidad continúe siendo óptimo. Me escribe para preguntar qué tal me ha ido el día y me explica después por qué califica el suyo de duro. No ha vuelto a pedirme más fotos, ya dijo que me veía perfecta en la última que recibió.
Le interesa saber qué hago, qué he hecho y hasta lo que estoy leyendo. Él me cuenta lo que hace y lo que tiene pensado hacer, incluso se permite transparencias sobre el teclado
-elige tu. que ya no se que mas decir
Intercambiamos buenos deseos, queriendonos sin mencionar el verbo. Vamos tan despacio que tengo tiempo de saborear estos acercamientos y tienen sabor dulce, como el puerto de Indias que he tenido que explicarle.
4 comentarios:
A ver cuando destazas al cerdo ese.
Hazlo, ok? quedan muchas cacerías y excursiones por el bosque?
No entiendo por qué dice que va a Lemberg, si en efecto va a Lemberg.
No existes por ti misma, no eres más que la encarnación de una fantasía. Los anónimos deberían darte asco.
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