No sé si reir o echarme a llorar.
Ibrahim me sigue bombardeando a sms durante el fin de semana. En los dos primeros me pregunta lo de siempre, qué tal y poco más. El tercero me deja sin habla, me pregunta si me han dicho algo de él o qué me pasa. Como no le contesto envía al poco rato otro en el que tan solo dice
- tengo polla moy larrgo -
entiendo que debe ser una suposición-pregunta y no una afirmación. Quizá ambas cosas.
El fin de semana en su conjunto ha transcurrido de forma un tanto extraña. Me he sentido acompañada y arropada por Fran y también por César, pero a Mario algo le pasa y no creo, vistos los acontecimientos, que se permita a sí mismo el hacérnoslo saber. Creo que Fran y yo somos culpables de algo que aún no sé qué es pero que César sí sabe de qué se trata y ha preferido no decírmelo, tan sólo me cuenta que algo hay.
Todos coinciden en que me encuentran estupenda aunque yo me veo igual que siempre. Y también noto que si permanezco un tiempo sin decir nada, sin motivo aparente, ahi aparecen tanto Fran como César para hacerme sonreir con cualquier chorrada o para hacerme un guiño del tipo que sea y así romper el silencio. Tengo mucha suerte.
Estas cosas creo que me hacen ser el blanco de toda mujer que esté alrededor. Me pasa con Bea que no se dirije a mi ya nada más que por pura cortesía y me pasa con otra niña, familia indirecta de César y Mario, que llamó la atención sobre mis piernas porque no son como las suyas, gordas y fofas. Este tipo de comentarios se inventaron para recibir por parte de los otros un nooooo, las tuyas también están muy bien. Creo que nadie dijo nada.
Me di cuenta también, por cierto, que ésta tiene unas tetas preciosas. La última vez que se calificaron las mías, hace unos días, dijeron algo así como pechos ni excesivos ni ausentes. Y no es que quiera tener más tetas, no, solo que yo siempre he querido tener unas tetas de esas, preciosas. De las mías no creo que digan nunca que son preciosas aunque no estén nada mal. Las suyas sí lo son. Esto quizá lo pensó más de uno cuando ella nombró mis piernas pero ya digo que creo que nadie dijo nada.
También estos días he pasado ratos con el amigo gay que toda mujer quisiera tener. Yo paso tiempo con él porque me da cierta lástima, más que por otra cosa. Tres cuartas partes de lo que dice son mentiras y me aburre un poco, ya me ha contado de tres formas diferentes los motivos por los que lo dejó con su última pareja. Me dice también que ve a Angel muy serio y muy tímido y esto me divierte aunque no entienda una mierda de qué le pasa. Con eso me vale, y de camino en mi coche le intento razonar el por qué de mi enamoramiento, aunque contarlo no me sirva para nada.
Y finalmente he optado por pensar en que esas barbaridades que me cuenta Angel se deben a su propósito de llamar mi atención de alguna forma. He decidido tomármelo así, creo que es lo más sensato, otro sentido no veo quedando a la espera de cómo transcurren las cosas a partir de ahora. Así mismo se lo he hecho saber a César, le conté que estoy tranquila tras verle estas dos últimas veces porque ha habido varios detallitos y le reitero que este verano he de avanzar como sea, que es absurdo continuar así que aunque sea me declaro a bocajarro. Sigo en esto y sigo pensando que he hecho lo más adecuado; no presentarme en su fiesta.
Ibrahim me sigue bombardeando a sms durante el fin de semana. En los dos primeros me pregunta lo de siempre, qué tal y poco más. El tercero me deja sin habla, me pregunta si me han dicho algo de él o qué me pasa. Como no le contesto envía al poco rato otro en el que tan solo dice
- tengo polla moy larrgo -
entiendo que debe ser una suposición-pregunta y no una afirmación. Quizá ambas cosas.
El fin de semana en su conjunto ha transcurrido de forma un tanto extraña. Me he sentido acompañada y arropada por Fran y también por César, pero a Mario algo le pasa y no creo, vistos los acontecimientos, que se permita a sí mismo el hacérnoslo saber. Creo que Fran y yo somos culpables de algo que aún no sé qué es pero que César sí sabe de qué se trata y ha preferido no decírmelo, tan sólo me cuenta que algo hay.
Todos coinciden en que me encuentran estupenda aunque yo me veo igual que siempre. Y también noto que si permanezco un tiempo sin decir nada, sin motivo aparente, ahi aparecen tanto Fran como César para hacerme sonreir con cualquier chorrada o para hacerme un guiño del tipo que sea y así romper el silencio. Tengo mucha suerte.
Estas cosas creo que me hacen ser el blanco de toda mujer que esté alrededor. Me pasa con Bea que no se dirije a mi ya nada más que por pura cortesía y me pasa con otra niña, familia indirecta de César y Mario, que llamó la atención sobre mis piernas porque no son como las suyas, gordas y fofas. Este tipo de comentarios se inventaron para recibir por parte de los otros un nooooo, las tuyas también están muy bien. Creo que nadie dijo nada.
Me di cuenta también, por cierto, que ésta tiene unas tetas preciosas. La última vez que se calificaron las mías, hace unos días, dijeron algo así como pechos ni excesivos ni ausentes. Y no es que quiera tener más tetas, no, solo que yo siempre he querido tener unas tetas de esas, preciosas. De las mías no creo que digan nunca que son preciosas aunque no estén nada mal. Las suyas sí lo son. Esto quizá lo pensó más de uno cuando ella nombró mis piernas pero ya digo que creo que nadie dijo nada.
También estos días he pasado ratos con el amigo gay que toda mujer quisiera tener. Yo paso tiempo con él porque me da cierta lástima, más que por otra cosa. Tres cuartas partes de lo que dice son mentiras y me aburre un poco, ya me ha contado de tres formas diferentes los motivos por los que lo dejó con su última pareja. Me dice también que ve a Angel muy serio y muy tímido y esto me divierte aunque no entienda una mierda de qué le pasa. Con eso me vale, y de camino en mi coche le intento razonar el por qué de mi enamoramiento, aunque contarlo no me sirva para nada.
Y finalmente he optado por pensar en que esas barbaridades que me cuenta Angel se deben a su propósito de llamar mi atención de alguna forma. He decidido tomármelo así, creo que es lo más sensato, otro sentido no veo quedando a la espera de cómo transcurren las cosas a partir de ahora. Así mismo se lo he hecho saber a César, le conté que estoy tranquila tras verle estas dos últimas veces porque ha habido varios detallitos y le reitero que este verano he de avanzar como sea, que es absurdo continuar así que aunque sea me declaro a bocajarro. Sigo en esto y sigo pensando que he hecho lo más adecuado; no presentarme en su fiesta.
1 comentario:
quien seas, gracias por leerme y criticarme y por no querer revolcarte y eso.
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