24 de noviembre de 2008

lo que hay que oir da que pensar

-Qué lástima
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Al Alberto no le gustaba hacérselo conmigo en la terraza no fuese a verle alguien. Alguna vez que otra -todas ellas al principio- sí que follamos encima de la lavadora, en la ducha, en la terraza sí porque sí, en el ascensor, saltando una valla, sitios que yo no sé dónde estamos, y en el sofá de la Marisa, que se pensaba que el piso era suyo.
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La Marisa (mallorquina, peluquera por cuenta ajena, champú biofruttis - envase verde, fortuna light mierda puta, pelos en la mesa), mi compañera de habitaciones. yo cobro por habitación (aunque el piso no valiera una mierda), gastaba por entonces un novio de sierra de fuentes más acá o más allá, cacereño, con unos ojos azul tajo preciosos, que no sé si era rubio o moreno porque la Marisa, peluquera por cuenta ajena, nada podía hacer con su cabeza rasurada y siempre que le ví era de noche y en manga larga y del color de sus cejas ya no me acuerdo, joder.
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El novio de la Marisa, extremeño él también, estaba bastante tremendo sobre todo los jueves. Yo llegaba y me lo encontraba sin un puto pelo en la barba como siempre y siempre limpito y oliendo bien y siempre atareado, que cuando no estaba barriendo estaba fregando y cuando no él mismo se hacía la cena y la cama, casi siempre cogía el mismo colchón porque según su enamorada es un piso de chicas y los novios duermen en un colchón aparte.
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Yo me follaba al Alberto cada vez que me convenía en el piso que compartí con la Marisa, aunque se pensara que el piso era suyo, y me lo hacía en horarios de peluquerías abiertas al público. Me lo hacía que si esto que si lo otro en la cocina, mientras el extremeño con su jersey nuevo se encontraba cortando unas berenjenas en el comedor ignorando todavía el enésimo enfado absurdo que traería la Marisa, y me lo terminaba de hacer en mi habitación de chica mala, con Alberto en mi oído repitiéndome que teníamos a alguien haciendo la cena.
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La misma tarde que Marisa me dijo que me había cogido de mi armario mi cazadora negra terminé echando el primer polvo en el sillón del comedor, algo sin mucha importancia, con Alberto y rapidito porque yo tenía que meterme como siempre bajo tierra camino del metro y él irse a estudiar oposiciones.
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Otras veces ni aún viniendo de saltar una verja y estando oscuro como estaba y la piscina vacía tuvo los huevos para meterse en el agua.
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Alberto también me hacía la cena de vez en cuando y los fines de semana me hacía siempre la comida. Al principio me despertaba con sus ojos observándome las tetas, tan verdes, después una vez me hubo aprendido se limitaba a hacerme las mismas seguidillas y a concederme los mismos caprichos porque este camino ya nos le sabemos y porque me gusta correrme sin funda y adentro.
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Cuando se animó y/o cuando se me iban los ojos y me quitaba la palabra de la boca -ey, Angel, tío, dónde vas, qué guapo- y ya sí que quería montárselo conmigo en tierra mar y aire a mi ya me daba igual quién estaba en el salón, no me apetecía siquiera el meterle mano, para qué, tampoco si hacía dos días o tres días o qué es lo que me estás contando.
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No tengo buen recuerdo de verle allí conmigo en la ducha, por ej., aunque tampoco recuerdo que allí sucediese ninguna catástrofe; no debía ser nada especial y quizá por eso no recuerdo volver a la ducha con él más veces que aquellas.
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En sitios desconocidos era mejor que no porque nunca se sabe qué o quién puede aparecer o siempre había que cerrar alguna puerta o escuchar a ver quién llamaba, se convirtió todo en un follar por follar, en un gemir por gemir, en un sí sí te digo que sí pero es que no y no digas que estás sola cuando esto está lleno de gente.
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Recuerdo ya al final que nos fuimos de vacaciones para intentar arreglar algo que ya no se sostenía por más base fundamental que se aplicara y recuerdo ahora que ni tan siquiera reparé ya en arreglarlo a polvos, tampoco sabía qué estaba yo haciendo allí.
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-Qué poco amor hicimos.
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Esto mismo o similar dirá la chica culpable de que yo escriba todo esto y a la cual oigo gemir ahora, desde aquí, en el 2º algo, aquí a mi izquierda, y que parece estar en la cama con otro ser. Ella es mujer, eso seguro, y quizá piense de aquí a un tiempo lo que yo pienso, o quizá no, no lo sé, sólo sé que soy yo quien la oye gemir y que prefiero estar aquí sola y drogándome.
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Alguna vez dije por ahi no sé cuando pero lo sigo pensando que se folla bastante más de lo que se hace el amor porque si hay que follar se folla y todos los días son días de fiesta, pero el amor, no, el amor se trabaja, y a nadie le gusta trabajar.
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Y yo voy ahora de arranque, desde este punto I, y teniendo en cuenta que no follo desde mayo, que ya se han marchitado las flores y que. hablando de flores, voy allá, a intentar arrancar mi espinita, sé que me merece la pena trabajarme a Angel.
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-Me lo voy a currar.

6 comentarios:

Señor De la Vega dijo...

Mire señora que yo no sirvo para follar, que sino, la follara y tanto y de tal calidad el polvo fuera que la dejara tan agustico que todos los remordimientos por no saltar la valla del insulsismo se agotaran.
En 'hacer el amor', que es mi destino, si entiendo...lo que pueda entender quien no trabaja en nada que no sea el mecer la hamaca de la estima mientras sueña en gazpachos cartesianos.
Bueno, retiro lo dicho, no sé si lo primero o lo segundo, en fin no retiro nada, hoy lo tengo claro, empezaré de nuevo. ¿cómo era aquello de la inflexión del punto?
Sí, condición necesaria: Si x0 es punto de inflexión entonces f"(x0)= 0
Condición suficiente: Sea x0 / f"(x0)= 0, entonces si además f"´(x0) ≠ 0, x0 es punto de inflexión.
Hoy me iré a buscar la regla de L´Hopital o la suya, bastante más humana.
Supongo que es lunes, aunque igualmente suyo quedo, si quiera tomarme a sorbos, Z+-----

mo dijo...

Joder, pues va a ser por eso que yo prefiero follar a hacer el amor. Creía que era porque al lado del refrán ese de "Señora en la calle y puta en la cama" salía mi foto y tal pero al final va a ser que simplemente soy una vaga (de mierda) sin más.

También te digo que hay muchas formas de follar (y no me estoy refiriendo a hacerlo encima de la lavadora o a las vistas de la comunidad) y que no por ello signifique que el amor se queda fuera sin participar.

No sé.

Al Ángel te lo curras tú siendo tú misma.


MO.

Alex Blanco dijo...

No sabía que lo extremeños teníamos tanto éxito...

Anonymous dijo...

las cosas que son tan puras, bien merecen la pena comerse los miedos y las cagaleras de las dudas.

Y sobre todo darse a uno mismo la absolución por todas las meteduras de pata que se hayan hecho en el pasado.

Salvo decirte que vayas a por ello con uñas y dientes, poco más puedo añadir.

W.S.

kitty_wuuuu dijo...

Súper buena reflexión sobre follar y hacer el amor...

Y hablando de flores, allí no había flores...

patry dijo...

Sí te doy la razón la gente folla y no hace tanto el amor, España es un país mediterráneo de costumbres antañas y aquí el amor y el trabajo van en contra de la salud, de ahí tantas fiestas nacionales pa q se folle más y se procree más la sociedad española.
De hecho haciendo un cálculo yo fui creada un cumpleaños de mi vieja, mi hermana I. en una feria de mi pueblo...y los otros dos...yo q sé pq los hicieron, pero seguro q los hicieron follando, nada de amor.
Pero si es que follar sienta de puta madre!!! hacer el amor...tanta caricia y pamplineo agota, satura, estresa, asi que nada a follarse al amor!!!!

Y estoy con tu amiga al Ángel te lo follas tú por como eres, q ya lo tienes q tener medio empalmao al pobre en plena fecha de cacería!!