El corazón apagado o fuera de cobertura

-hola guapa quetal todo estoy con gana-

Eso es todo lo que Ibrahim tiene que decirme. No sé si es gana de verme, o de follar, de salir del trabajo, de ser blanco o yo no sé.

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Eso, después de no contestarle unas quince llamadas acumuladas en mi móvil y no contestarle a ni un sólo mensaje desde hace semanas.

Yo no le respondo mensajes a él y tampoco Angel me los responde a mí. Me siento rara.

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Estoy con gana de escribir.

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Entiendo (o quiero entender) que esto, del no responder, puede deberse a distintos motivos.

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Mi motivo lo tengo claro, no me interesa y no contesto. Por lo tanto a mí no se me ocurre (hipotéticamente) encontrarme con Ibrahim por la calle y acudir a saludarlo, encantada de la vida, como si todo estuviese en su sitio y todo fuese lógico y normal. Sin embargo Ángel no responde mis mensajes pero sí ha reaccionado, luego, de esa manera un par de veces. (una y dos)

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Entiendo (o quiero entender), en definitiva, que no se trata del mismo motivo.

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Solo espero que a Ibrahim no le retumben en la cabeza sus conversaciones conmigo como me pasa a mí con la única puta vez, en esta vida, que Angel me ha llamado por teléfono.

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-chafan??

-siiiiiiiiii

-no será el marrakeshhh? (yo pienso si es que acaso no pudo preguntármelo mediante sms porque dudaba de cómo se escribía / ni buenas tardes ni hostias)

-cóOoOoOmo?

-que si no será el Marrakeshhhshshhs

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Creo que mojé. Una de mis palabras favoritas en sus labios. Lástima que no nos vayamos a cruzar jamás con un tigre de bengala.

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-yo quiero encender una bengngngngala-

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El caso es que yo también estoy con gana, y ante la eliminación del atleti en la copa a pies del barça (porque así ha de ser y así ha de producirse), le enviaré el miércoles a Angel el correspondiente mensaje sin ánimo de respuesta ni de acrituz.

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Estoy segura que yo he pensado más que él en el mensaje que no le envié la otra noche.

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También creo que no le envié nada sólo por joder. Y le enviaré el próximo, sólo por joder, también. Si es que soy mala, mala malísima, sobre todo por no tener ni puta idea de lo que es mejor hacer así que acabaré haciendo, lo de siempre, lo que me dé la real gana y como estoy con gana, escribo aquí y envío mensajes allá.

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A cuál, de las dos, tarea más absurda.

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Pero qué puta pena, joder, no vuelvo a escribir en estas condiciones.