27 de septiembre de 2009

Si duele más la cura que la bala

La gente con la gripe A y yo con la lepra.

No me han admitido en ningún centro público de madrí, me englobo dentro de un listado de espera infinito repleto de indeseables como yo. Me siento como la última mierda y, aunque supongo que lo he sido siempre porque nací tarde y mal, realmente es ahora cuando lo estoy sintiendo.

No sé qué voy a hacer con mis días, ni siquiera puedo pensar con claridad o ver bien la pantalla. Creo que todo aquello que emprendo acaba fracasando y no sé para qué subsisto pero no tengo suficiente fuerza para tirarme al metro ni para luchar por nada. Hay millones de personas buscando trabajo y yo desprecio el mío, no lo quiero, mi propia vida no me gusta. Mañana lunes intentaré encontrar un sitio privado a sabiendas que, a estas alturas del calendario, debe estar ya todo completo tal y como me dijeron el viernes en uno de ellos.

Supongo que ahora tengo que ahorrar, opositar, rellenar el cupo de puntos por cursos realizados de los cuales ninguno me interesa lo más mínimo. Tengo que reinventarme sin tener ánimo alguno, sonreir, mirar hacia adelante donde nada hay que me invite a hacerlo.

Mañana lunes también sale a la venta la primera novela del Robe, El viaje íntimo de la locura, y me gusta pensar que quizá en algún momento de su lectura me sentiré acompañada. Me asombra con qué poco me conformo a veces y cuánto exijo cada vez que me parece.

3 comentarios:

SIlvia dijo...

EN realidad estamos más acompañados de lo que creemos. NO somos ni más especiales ni más complicados que cualquiera de la gente que nos rodea. SImplemente, no nos lo sabemos decir.

saludos

Señor De la Vega dijo...

Ni ordenador ni tiempo tengo últimamente para poder seguir en profundidad y detalle su derrumbe psicológico... además imagino que quedará el desescombro y el escavar nuevos cimientos.
En fin, le tomará una vida mi

Señora Chafan, ni que decir tiene que disponde de mi espada, para que le sirva de ayuda o para hacerse un virtual harakiri, libre el uso de mi acero frente a su pecho.

Lo bueno de tener un seguidor héroe, es que siempre deseará salvarla, para olvidarla cuando el guión lo pida.

Lo mejor de tener un seguidor que escribe es que yo quiero sus palabras tanto como sus yemas cuando oprimen.

Suyo, Z+-----

cuentagotas dijo...

No es por desanimar, pero lo de los puntos (y las oposiciones en general) es el HORROR. Pero si te quieres meter, házlo. No dejo de decirte que los tienes bien puestos.