18 de septiembre de 2008

achili achili chili (tal cual)

Me duele la cara... me ha salido un grano, sí.

Es lo único que me interesa de todo este puto día.

(...)


Cuando yo era solamente un pedo pero hablaba ya y esas cositas, iba y venía y en cierta ocasión acababa de ocurrir lo que sea (que ya olvidé) pero yo ante aquellos hechos reaccioné de una determinada manera que ya tampoco recuerdo pero sí cómo mi hermano Pedro sonriendo dijo por vez primera,

-tú lo que eres es una chafandika-

y me dio la risa y me lo acopló y con eso me quedé porque eso es lo que soy, ni más ni menos. Tal cual. Una chafandika se mire como se mire y ahora (y desde hace ya), al parecer, voy por la vida a ver si me encuentro a otro chafandike. Tal cual. Se pueden morir todos y quedarnos él y yo ahi eternamente, el chafandike para mi. Tal cual. (mi hermano Pedro que se quede también, para decirme cosas)

El caso es que yo entonces (y todavía si me pongo) era egoísta y mala y en esa época me enfadé ante todos los presentes tras su alegría viéndome perder ante no se qué juego de cartas. Yo me quejaba y negaba haber perdido, alguien a mi parecer había hecho algo mal y me reboté de tal manera que decidí hacer un juego aparte. Mi hermano Pedro vino a decirme cualquier cosa y no recuerdo cómo pero acepté que jugase conmigo aunque era Mi juego. Gané una, dos, tres partidas, cuatro. La quinta, digamos, la ganó mi hermano, aún no me lo explico pero sí recuerdo que no me enfadé lo más mínimo por perder esa partida. Pedro, cinco años mayor que yo, lo recuerda porque no hace tanto hablamos de esto y me dice que aquel juego mío era una rayada impresionante y a pesar de jugar conmigo varias partidas no se llegó a enterar bien de en qué consistía el hacer para ganar y recuerda también que él ganó una vez y no sabe cómo.

Esta movida yo no sé por qué ha regresado hoy a mi y me ha hecho reflexionar todo este puto día con grano, no he podido dejar de pensar en quién soy.

Quizá no lo sepa nunca, porque ya son veintisiete vueltas (ay, dolor) y todavía me sorprendo yo a mi misma de mis propias averiguaciones por mi cuenta y/o de lo profundamente gilipollas que soy cada vez que me parece. Y si me pongo a pensar en ciertas situaciones que pudieran llegar a ocurrir o que ya estén pasando me pienso ahi en ello y hay veces que no respondo de mi. No sé.

No tengo ni puta idea de qué significa chafandika pero eso soy. Tal cual. Y como todos los caminos llevan a esta puta necesidad llevo todo el transcurrir de hoy pensando en si esto de no saberme es bueno o es malo o regular. El grano es una mierda, pero y esto qué.

(...)


Lo que no me podría consentir nunca sería el yo aburrirme de mi misma, por lo tanto, de vez en cuando me aparece un grano y así no me aburro y

Si yo me conociera ya del todo me iba a aburrir de mi y capaz que entonces yo me mato si me aburro mucho, no lo sé. Como no me conozco del todo no tengo ni puta idea de qué haría, creo que entonces va a ser malo esto de no saber...

Si no me conozco todavía del todo quizá sea para así de esta forma no aburrirme de mi misma y no matarme y, por otra parte tengo bien claro que hay muchas cosas que es mejor no saberlas por lo que entonces va a ser bueno esto de no saber...

(...)


Bah: una chafandika, sí.
Y un grano.
Tal cual.
A ver si puede ser que este fin de semana me encuentre a este chafandike y jugamos a lo que haga falta, yo no pienso hacer trampas, esta vez no, y le dejo que saque, sí, también.

5 comentarios:

Jota dijo...

Cuando menos te lo esperes aparecerá, te lo digo yo.

W. Somerset dijo...

Pues andas muy filosófica. Kant, Descartes, August Comte... cientos de sesudos le han dado vueltas a estas cuestiones, unos ejemplificando con granos, otros con ciruelas, otros con gatos... Las conclusiones son tan pésimas que mejor no empezar a desgastarse en lo de "quién soy".

Yo la duda existencial que tengo es qué día cumples los 28.

Anonymous dijo...

Mi pésame por el (puto) grano.

Yo, cuando tenía los quince y era más tonta (si cabe) de lo que soy ahora, una creida de mierda y la típica niñata de mierda que cree que el mundo, definitivamente, avanzaba porque yo existía y tal tuve que ir a una excursión en FP con los de cursos más mayores (yo iba a 2º) y al levantarme... ¡NOOOO! ¡UN GRAAAAAANO!. Bua nena, aún me acuerdo.
Como nunca he sido muy lista me coloqué una tirita (¿?) justo encima del puto grano de los cojones maltratador de vidas juveniles.
Creo que aún sigue la coña de la tirita porque me metí el moco que había tenido un percance con la barra de la discoteca a la que había ido ese fin de semana.
Y claro, ¿qué pasa? que todos no son igual de gilipollas que yo y, evidentemenete, sabían que ni barra de discoteca ni hostia en la barbilla ni na de na, que tenía un puto grano y que sólo se me ocurrió esa solución para ligarme a ese tío molón de 4º en plena excursión (monjas incluídas).

MO.

P.D.: Me lo ligué.
P.D.2: No ese día.
P.D.3: Lástima que fuera aún más gilipollas que yo porque estaba pa jartarte a mojar pan en él.
P.D.4: Pedro. Se llamaba Pedro, como tu hermano el superviviente.

Chafan dijo...

BLA BLA BLA A CUCHARÁS para todos nosotros y que jota explique qué viene a ser esto.

Sr. Somerset, tiene aún que llover mucho hasta que llegue el día y eso está muy bien ¿de qué color lleva usted el paraguas, por cierto?
Hay calvos con paraguas y gambas con gabardina, fijo.

Silvia dijo...

Cuando naces te reparten unas cartas y con ellas has de de intentar sobrevivir, por escasas y malas que estas sean. Y para ello no debes dejarte despistar por granos faciales ni crear juegos propios porque sabes que con ellos no se gana.

¡Que no te chafen!