Anoche tras ducharme me di cuenta que el moreno que porto es absolutamente divino. En cualquier caso lo primero que me dijo Mario al verme fue
-¿pero, y esos zapatos?-
Antes, ya casi a la una de la madrugada, no había sabido nada de nadie por lo que llamé a César que había terminado de cenar, que luego nos veíamos. Me indicó también que estaba Fran, cosa que yo desconocía y que me alegró la noche, e inmediatamente marqué a éste para fumarme un porrito en su amor y compañía. Después de su -ostias, qué morena y qué guapa estás- y tras fumarme el porro y ponerme al día fue cuando nos incorporamos los dos al resto y como mi brillo era más que evidente obtuve de Mario ese recibimiento.
Como estoy y se me ve tremendamente guapa me entretuve toda la noche en analizar las miradas que me dirigen unos y otros. Esta puta necesidad de control, vaya. Cuando la mirada venía de alguien que me conoce era joder qué morena y qué guapísima está esta chica, hay que mirarla; cuando era de alguien que me conoce y ella era mujer aparte de revisarme de arriba abajo (cosa que sigo sin comprender) era joder pero qué morena está esta tía y qué guapa, no pienso decírselo; y cuando era de alguien que no me conoce ya fuese macho o hembra era algo así como qué barbaridad qué guapa es esta chica, de dónde sale y quién coño es y así. Ligué, como no podía ser de otra manera.
Rufo también estaba allí para clavarme los ojos. Espero que le diga a Angel que estoy aún más tremenda que hace quince días y dada su insistencia en revisarme entiendo que algo le dirá. Si nos encontrásemos esta noche yo sería algo más feliz porque me enciendo hasta por la presencia de sus amigos, en fin.
Ibrahim aunque no puede verme me sigue mandando mensajes (c + v),
-oye coma tefue anocho festa miamor-
-oye como tefue fende sema guapa estoy fels tullamada cada dia me desperoto con sonbriza que disfuruta bien, mil veso-
-hola guapa quetal esta micorazon-
-hola guapa me more contigo porfavor condo resve? contaste todo los dia piensando deti vale prinseza?-
Yo alucino y como no me da la gana de sacar unos minutos y contestarle me envía otros diciendo que le conteste que no se puede dormir.
Socialicé anoche cuanto quise -más que otras veces- aunque no fue mucho porque me bastaba con César siguiendo cada movimiento que yo hacía como si llevase semanas sin verme y a Fran hablándome de unas cosas y de otras que me encanta.
Hablé durante un buen rato con una chica con la que conviví una temporada hace ahora unos trece años y me estuvo rayando la cabeza hablándome de la desesperación -que me explicó no sufrir- por no tener actualmente pareja aunque constaté que no puede estar más ansiosa. Yo la comenté que no estoy con nadie porque no me da la gana, la pura verdad.
De que estoy enamorada y acojonada a partes iguales no le hablo a nadie nunca.
El caso es que la gente me habla y me habla y me importa poco lo que me cuentan a sabiendas como sé que más de la mitad de lo que dicen es mentira. Yo estoy haciendo con que escucho cuando solamente oigo y a la vez estoy pendiente de que Rufo me siga observando y sí, allí está, por lo que me toca reír y cambiar de ángulo y así.
Ni rastro del pedo que pensaba cogerme y los cubatas este año son a tres euros cincuenta; todo sube junto a mi ego.
-¿pero, y esos zapatos?-
Antes, ya casi a la una de la madrugada, no había sabido nada de nadie por lo que llamé a César que había terminado de cenar, que luego nos veíamos. Me indicó también que estaba Fran, cosa que yo desconocía y que me alegró la noche, e inmediatamente marqué a éste para fumarme un porrito en su amor y compañía. Después de su -ostias, qué morena y qué guapa estás- y tras fumarme el porro y ponerme al día fue cuando nos incorporamos los dos al resto y como mi brillo era más que evidente obtuve de Mario ese recibimiento.
Como estoy y se me ve tremendamente guapa me entretuve toda la noche en analizar las miradas que me dirigen unos y otros. Esta puta necesidad de control, vaya. Cuando la mirada venía de alguien que me conoce era joder qué morena y qué guapísima está esta chica, hay que mirarla; cuando era de alguien que me conoce y ella era mujer aparte de revisarme de arriba abajo (cosa que sigo sin comprender) era joder pero qué morena está esta tía y qué guapa, no pienso decírselo; y cuando era de alguien que no me conoce ya fuese macho o hembra era algo así como qué barbaridad qué guapa es esta chica, de dónde sale y quién coño es y así. Ligué, como no podía ser de otra manera.
Rufo también estaba allí para clavarme los ojos. Espero que le diga a Angel que estoy aún más tremenda que hace quince días y dada su insistencia en revisarme entiendo que algo le dirá. Si nos encontrásemos esta noche yo sería algo más feliz porque me enciendo hasta por la presencia de sus amigos, en fin.
Ibrahim aunque no puede verme me sigue mandando mensajes (c + v),
-oye coma tefue anocho festa miamor-
-oye como tefue fende sema guapa estoy fels tullamada cada dia me desperoto con sonbriza que disfuruta bien, mil veso-
-hola guapa quetal esta micorazon-
-hola guapa me more contigo porfavor condo resve? contaste todo los dia piensando deti vale prinseza?-
Yo alucino y como no me da la gana de sacar unos minutos y contestarle me envía otros diciendo que le conteste que no se puede dormir.
Socialicé anoche cuanto quise -más que otras veces- aunque no fue mucho porque me bastaba con César siguiendo cada movimiento que yo hacía como si llevase semanas sin verme y a Fran hablándome de unas cosas y de otras que me encanta.
Hablé durante un buen rato con una chica con la que conviví una temporada hace ahora unos trece años y me estuvo rayando la cabeza hablándome de la desesperación -que me explicó no sufrir- por no tener actualmente pareja aunque constaté que no puede estar más ansiosa. Yo la comenté que no estoy con nadie porque no me da la gana, la pura verdad.
De que estoy enamorada y acojonada a partes iguales no le hablo a nadie nunca.
El caso es que la gente me habla y me habla y me importa poco lo que me cuentan a sabiendas como sé que más de la mitad de lo que dicen es mentira. Yo estoy haciendo con que escucho cuando solamente oigo y a la vez estoy pendiente de que Rufo me siga observando y sí, allí está, por lo que me toca reír y cambiar de ángulo y así.
Ni rastro del pedo que pensaba cogerme y los cubatas este año son a tres euros cincuenta; todo sube junto a mi ego.
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