Todo esto ya tiene cara, sí, la suya, la de Él, que se me acerca sonriendo y yo me deshago.
Me cogí anoche una borrachera de las que tenían que estar prohibidas. Pero antes de esto, Él aparece, me ve, y no pasan ni cinco minutos y se me acerca sonriendo como encantado de la vida y me planta dos besos.
Siempre me sorprende.
Anoche se me pegaba para escucharme de tal forma que rocé con mis labios su oido y el dorso derecho de su cara lo menos veinte veces. Me pone que es una cosa seria y por lo que se ve, perenne. Y qué feliz parecía ahi escuchándome, no sé, hacía mil años que no hablábamos tanto rato.
Me quedo en blanco completamente cuando tras los protocolos del quétal me animo a preguntarle si cuando yo le envío mensajes él al menos recibirlos los recibe. Me dice que sí, que sí, que recibió dos pero que él no sabe qué decir y nunca contesta. Mi cara debió ser de insulto porque se apresuró a explicarme que él ha sido así de desagradable toda la vida, que me lo puede constatar quien yo elija, que todos lo saben que nunca contesta. Yo no le creo pero me toca la polla.
No tengo cojones para afrontar lo que le escribí y es por lo que lo único que acierto a decirle es que parece que estemos enfadados o yo no sé. Como enfadado no está lo niega pero me miente, en definitiva él tampoco parece dispuesto a afrontar nada. Yo me hice un lío con que si le ví, con que si me vió, con que si no me creo no me viera, y mentimos los dos haciendo el canelo.
-yo siempre que te he visto te he saludado- (él)
-yo no te saludé allí porque no me dio la gana- (yo)
Ay, joder.
Hablamos largo rato de cosas ya irrelevantes como es el viaje a ibiza pero muy bien y por dos-tres veces nos interrumpieron pero después seguíamos la conversación, como que no tenía ningún tipo de prisa o similar en largarse. Me encantó, sencillamente. Fui yo la que ya le dije que me iba para allá con estos y me retiré.
Comencé a flotar en cuestión de minutos y todo se me hizo pajita para beber y beber con lo cual he terminado vomitando esta mañana en mi habitación pues no tenía ni fuerzas para bajarme de la cama y llegar al baño. Noches como la de ayer no deberían terminarse nunca.
Me cogí anoche una borrachera de las que tenían que estar prohibidas. Pero antes de esto, Él aparece, me ve, y no pasan ni cinco minutos y se me acerca sonriendo como encantado de la vida y me planta dos besos.
Siempre me sorprende.
Anoche se me pegaba para escucharme de tal forma que rocé con mis labios su oido y el dorso derecho de su cara lo menos veinte veces. Me pone que es una cosa seria y por lo que se ve, perenne. Y qué feliz parecía ahi escuchándome, no sé, hacía mil años que no hablábamos tanto rato.
Me quedo en blanco completamente cuando tras los protocolos del quétal me animo a preguntarle si cuando yo le envío mensajes él al menos recibirlos los recibe. Me dice que sí, que sí, que recibió dos pero que él no sabe qué decir y nunca contesta. Mi cara debió ser de insulto porque se apresuró a explicarme que él ha sido así de desagradable toda la vida, que me lo puede constatar quien yo elija, que todos lo saben que nunca contesta. Yo no le creo pero me toca la polla.
No tengo cojones para afrontar lo que le escribí y es por lo que lo único que acierto a decirle es que parece que estemos enfadados o yo no sé. Como enfadado no está lo niega pero me miente, en definitiva él tampoco parece dispuesto a afrontar nada. Yo me hice un lío con que si le ví, con que si me vió, con que si no me creo no me viera, y mentimos los dos haciendo el canelo.
-yo siempre que te he visto te he saludado- (él)
-yo no te saludé allí porque no me dio la gana- (yo)
Ay, joder.
Hablamos largo rato de cosas ya irrelevantes como es el viaje a ibiza pero muy bien y por dos-tres veces nos interrumpieron pero después seguíamos la conversación, como que no tenía ningún tipo de prisa o similar en largarse. Me encantó, sencillamente. Fui yo la que ya le dije que me iba para allá con estos y me retiré.
Comencé a flotar en cuestión de minutos y todo se me hizo pajita para beber y beber con lo cual he terminado vomitando esta mañana en mi habitación pues no tenía ni fuerzas para bajarme de la cama y llegar al baño. Noches como la de ayer no deberían terminarse nunca.
2 comentarios:
sobretodo si el final es un vómito al pie de la cama. :) No, en serio, después de leerte tantos días parece que al fin llegáis a algún lado. me alegro.
Joder nena, tanto leerte sobre el el tal Ángel que ahora parece que sea yo la que eres tú y me ponga los nervios que llevabas tú puestos.
No sé si me explico...
MO.
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